Ajedrez/Técnica/La dama en detalle
La reina o dama, como la llaman los jugadores de ajedrez, es la compañera del rey. Es, después del rey, la segunda pieza de mayor valor en la partida de ajedrez. Sin embargo, por su movilidad y ataque, es la pieza más fuerte del ajedrez. La gran ventaja de esta poderosa “arma”, estriba en su fuerza, el número de casillas que ataca y su gran movilidad. Así como en su velocidad de desplazamiento, facilidad de trasladar toda la potencia de una sola pieza de la zona de dama a la zona de rey, en el menor número de movimientos, ganando ventaja de tiempos.
La dama se desplaza en línea recta sin límites de casillas. Su radio de ataque está dirigido en ocho direcciones: las cuatro direcciones de la torre, por las columnas y filas, las cuatro del alfil, por las diagonales.
El movimiento de la dama es muy potente y está dirigido en todas las direcciones, se representa gráficamente por la suma de los movimientos de torre y del alfil es decir, los signos matemáticos + y x, obteniendo como resultado un asterisco (*) o una estrella.
Las damas y las torres, las piezas de mayor movilidad sobre el tablero, forman el grupo de las piezas mayores y son las más fuertes que tiene cada bando para concretar los ataques, de largo y corto alcance, contra el rey adversario.
La dama, al igual que la torre y el alfil, requiere para su desplazamiento que las vías por donde se ha de mover, estén libres de piezas propias o del adversario
El valor de una dama es equivalente aproximadamente a diez peones.
Veamos algunos ejemplos de esta pieza mayor y su radio de acción, colocada en tres situaciones ilustrativas diferentes: en el centro, en un borde y en una esquina del tablero.
La dama se designa con la letra d para el registro de las partidas, utilizando el sistema algebraico.
La dama en el centro:
[editar]Ubicada en la casilla e4, se puede mover en línea recta a cualquiera de las veintisiete (27) casillas finales que ataca: en las cuatro direcciones como lo hace la torre y en las cuatro direcciones como lo hace el alfil. Es decir, la De4, casilla de origen, se puede desplazar por la columna e a las casillas finales o por la fila 4. También puede moverse por la diagonal blanca a cualquiera de las trece casillas finales que ataca y por la diagonal menor hacia adelante o atrás. Es importante tener en cuenta que la dama situada en el centro, De4, ataca 27 casillas. Su silueta es una gran estrella.
La dama en un borde del tablero:
[editar]ubicada en la casilla d1, se puede mover, al igual que la torre, a la columna d o la fila 1. Adicionalmente se puede mover, al igual que el alfil, se puede mover a las 4 casillas que forman la diagonal mayor: e2, f3, g4 y h5 o a cualquiera de las tres casillas que forman la diagonal menor: c2, b3 y a4. Es importante tener en cuenta que la dama ubicada en el borde, Dd1, ataca 21 casillas.
La dama en una esquina del tablero:
[editar]Ubicada en la casilla a1, al igual que la torre, se puede mover a cualquiera de las casillas que forman la columna a y la fila 1. Y, como el alfil, se puede desplazar por las casillas que forman la gran diagonal: b2, c3, d4, e5, f6, g7 y h8.
Es importante tener en cuenta que la dama ubicada en la esquina: da1 ataca 21 casillas.
Estrategia de la dama
[editar]Al afirmar que la dama se mueve como lo hace la torre y como lo hace el alfil, surge una pregunta: ¿el valor de la dama es igual al valor de la torre y al valor del alfil? La respuesta es no. Al tratarse de dos piezas, la torre y el alfil, desplazarlas requiere dos movimientos. La dama, por su parte, permite ser trasladada en una sola jugada para reubicar toda la potencia en la zona de ataque. La segunda diferencia radica en que el alfil sólo domina la mitad de las casillas del tablero, por el contrario, la dama domina diagonalmente todo el tablero, ya que puede cambiar de diagonal.
La debilidad de la dama radica, contradictoriamente, en ser la pieza más fuerte del tablero y en lo que no puede hacer. Sus puntos vulnerables son principalmente aprovechados por las piezas del adversario, utilizando todas las vías de tránsito: columnas, filas, diagonales y los saltos de caballo, así como encierros y aislamientos de las zonas activas.
Sin embargo, es muy importante resaltar que las piezas más fuertes, las de mayor valor, son las que tienen que huir o protegerse de los ataques de las piezas contrarias. Esto la hace vulnerable cuando la exponemos prematuramente en las escaramuzas del juego. Por esta razón, un buen estratega, deja la dama para ser movida después de controlar el centro, desarrollar las piezas menores y colocar al rey en un sitio seguro.