Se calienta el caldo de pollo y se mantiene a fuego lento para que se conserve caliente.
Se pica la cebolla muy fina y se sofríe con un poco de mantequilla.
Cuando la cebolla empiece a dorarse, se añade el arroz, se remueve un instante e inmediatamente se cubre con el caldo de pollo. Reservar el resto del caldo para añadirlo posteriormente si hiciese falta para terminar de cocer el arroz. Remover con frecuencia para facilitar que el almidón contenido en el arroz se disuelva en el caldo y nos dé como resultado un arroz bien cremoso.
Mientras se cuece a fuego lento, se vierte un poco de vino blanco en una cacerola aparte y se rehogan los champiñones hasta que se consuma el vino.
Una vez cocido el arroz y consumido el caldo de pollo, se le añaden los champiñones y el queso rallado, removiendo bien el risotto para que se mezclen los tres ingredientes.
Trucos y consejos
Una de las claves para conseguir un buen risotto está en escoger una variedad de arroz que tenga alto contenido en almidón. Las variedades recomendadas son arborio o carnaroli, aunque también se puede conseguir la consistencia adecuada con arroz bomba.
El queso rallado debe ser de tipo graso, preferentemente queso parmesano o Grana Padano.
Trucos y consejos