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Guaraní/Anexo/Historia del guaraní

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La lengua guaraní, al igual que otras lenguas indígenas sudamericanas, tradicionalmente no tuvo sistema de escritura pero contenía en su expresión oral una estructura gramatical propia.

El pueblo guaraní, en su astronomía, tenía en cuenta no solamente los astros brillantes, como la egipcia, griega, y otras, sino también las zonas oscuras de la Galaxia.

Respecto a la Arqueoastronomía guaraní o Etnoastronomía guaraní, puede consultarse “Tupi-Guarani Ethnoastronomy”; Germano Bruno Alfonso, Department of Physics, Universidade Federal do Paraná; Thaisa Maria Nadal, Department of Biology, Universidade Tuiuti do Paraná.

Teniendo en cuenta su amplio vocabulario, la riqueza de sus formas gramaticales, su estructura y procedimientos colectivos, el célebre botánico suizo Moisés Bertoni[1] , uno de los más grandes estudiosos de la cultura y la lengua guaraní, el jefe indiscutido de la tendencia naturalista, la denominó “la sola lengua popular científica del mundo”, que se manifiesta especialmente en la nomenclatura botánica guaraní, pero que también puede constatarse en los nombres geográficos, como los topónimos, zoológicos, y en la nomenclatura de las constelaciones guaraníes, donde tenían en cuenta no solamente los astros brillantes, como la egipcia, griega, y otras, sino también las zonas oscuras de la Galaxia (Arqueoastronomía Guaraní). Bertoni atribuye a los guaraníes el descubrimiento del binomio, antes que ningún otro pueblo civilizado del mundo, del concepto de género y de familia natural, entre otros aspectos.[1]

Alfabetos de la época Colonial

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Antes de la conquista española de América en el siglo XV, el pueblo guaraní no tenía un sistema de escritura. Sin embargo, existen numerosos petroglifos en toda el área guaraní, que son anteriores a los guaraníes mismos.

En las cuevas de Jasukavenda[2] existen petroglifos que corresponden a etnias guaraníes.

Petroglifos de los protoguaraníes.

El primer europeo que escribió palabras en guaraní fue Antonio Pigafetta, el cronista de la expedición de Magallanes que circunnavegó el globo: fue uno de los dieciocho que hicieron el periplo completo. En sus “Relazioni”, Pigafetta recoge algunas palabras en la costas del Brasil, y las traduce al italiano. Otro pionero fue el también italiano Alonso de Aragona.

Los primeros textos en guaraní fueron escritos por misioneros franciscanos y jesuitas, que usaron el alfabeto latino. El abad Antonio Ruiz de Montoya documentó la lengua en sus trabajos Tesoro de la lengua Guaraní, se trata de un diccionario guaraní-español, impreso en 1639 y Arte y Vocabulario de la Lengua Guaraní, un compendio de la gramática y un diccionario, impreso en 1722, entre otros.

El alfabeto y el deletreo usado en esos libros antiguos era a veces inconsistentes, sustancialmente diferente de los modernos. Pero los gramáticos coloniales reconocieron e investigaron detalladamente los fonemas del guaraní. Inclusive, inventaron los primeros signos diacríticos para su escritura, que fueron empleados en los primeros libros publicados en el Río de la Plata, ya que la imprenta fue introducida en esta región, en las Reducciones guaraníes organizadas por los Jesuitas.

El alfabeto López 
El primer Alfabeto Republicano Paraguayo

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En 1867, el mariscal Francisco Solano López, presidente de Paraguay, creó un Convenio de Escritura para regular el alfabeto (Comisión de Paso Pukú). Su esfuerzo dio resultados: este alfabeto es el primer alfabeto fonético organizado. Distingue las vocales orales de las nasales, las que clasifica en átonas y tónicas. Para las vocales nasales, emplea el acento grave: à, è, ì, ò, ù, ỳ. Para las vocales nasales tónicas, hace gala de sabiduría fonética y exquisitez conceptual (perdida por todos los otros alfabetos), al emplear el acento circunflejo: â, ê, î, ô, û, ŷ. Utiliza la i inicial de vocablos para representar al sonido de la Y consonante (la actual J del alfabeto Montevideo 1950 o Achegety). Establece también la regla del acento único. Este alfabeto fue la base de la escritura popular o folclórica, predominante hasta 1939. Se lo conoce también como alfabeto Paso Puku o alfabeto Cacique Lambaré o alfabeto Kavichu'i. Moisés Bertoni lo consideraba el mejor alfabeto popular.

En la sección Anexo: El Alfabeto Paso Puku 1867 de este Wikilibro puede consultarse un estudio más amplio sobre el tema. Autores como R. Decoud Larrosa y otros intentaron descalificar el alfabeto. Sin embargo, indudablemente, como lo dijera Bertoni, fue el mejor alfabeto popular existente y pemitió por primera vez la difusión masiva popular del guaraní. Ello se debe a que se atendió un criterio fundamental: respetar el medio de producción y reproducción, ley básica de cualquier asunto económico. Es decir, utilizó la tipografía corriente que hasta hoy existe en cualquier imprenta. Nignún alfabeto posterior logró siquiera acercarse a este cometido.

La importancia del alfabeto tradicional o folclórico

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La mayor parte de las obras más populares y significativas de la literatura guaraní, en todo el Paraguay y el Río de la Plata, fueron escritas en alfabetos populares. Los alfabetos populares atienden al medio de producción, la imprenta, de los primeros años del siglo XX. Y consisten en utilizar la crema o diéresis (como ä, ë, ï) o el circunflejo (por ejemplo, ê, î, ô) como signos de nasalidad, de cuyos tipos disponían ya las imprentas más pequeñas. La “JH” como signo de la J aspirada (que a partir del alfabeto ACG se representa con “H”), y el signo “Y” para el sonido semiconsonántico de la Y española como en yacaré y también para el sonido vocal de la Y (“Y”, sexta vocal oral actual). También se utilizaban indistintamente la “V” o la “B”. Y algunos utilizaban “Yn” en vez la “Ỹ” actual. (Véanse por ejemplo, las “Cartas y Proclamas en guaraní” de Manuel Belgrano, el periódico “Cabichu'i” de la época de Francisco Solano López, y la sección Guaraní de “La República del Paraguay” de DuGraty, todas ellas del siglo XIX, además de las obras originales de los mas célebres poetas guaraníes, que se encuentran, por ejemplo, en “Okara Potykuemi”. El poeta y director teatral Rudy Torga editó sus obras en ambos alfabetos, ya superada la primera mitad del siglo XX. También el Diccionario bilingüe del correntino Dacunda Díaz y el Diccionario bilingüe de Antonio Mortiz Mayans (Editado por EUDEBA —Editorial de la Universidad de Buenos Aires—, aunque hay otras ediciones). Asimismo, la “Enciclopedia de Ciencias Naturales y Conocimientos Paraguayos” del DR. Carlos Gatti Battilana.-

ACG 1939 - Asociación Cultura Guaraní 
El primer alfabeto fonético paraguayo

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[3] El alfabeto moderno se basa, en su mayor parte, en el Alfabeto de la Asociación Cultura Guaraní (ACG). El Ministerio de Educación del Paraguay solicitó a dicha entidad el alfabeto de la lengua. El mismo fue oficializado en 1939, según consta en las “Breves Nociones de Gramática Guaraní” de Tomás Osuna. A este alfabeto se agregaron 3 signos y eliminaron algunos, resultando así el alfabeto moderno del guaraní, el Achegety o M1950, presentado en Montevideo en 1950. A su vez, este alfabeto se basa en el Alfabeto Buenos Aires 1910, o Alfabeto Bertoni.

La ACG introdujo:

  1. La tilde nasal para las letras nasales
  2. El uso de la K
  3. El signo Ỹ para la sexta vocal nasal
  4. El uso de la H en vez de la JH
  5. El uso de la V y la eliminación de la B
  6. El apóstrofo (') como signo de la suspensión glotal intervocálica o “puso”.

Ejemplos: ake, duerno; kirirî, silencio; ate'ỹ, perezoso; Jyva'ỹ, sin brazo. Puede verse en la primera página de “Breves Nociones de Gramática Guaraní” de Tomás Osuna - Apéndice al Diccionario bilingüe de A. Jover Peralta y Tomás Osuna.

La escritura plana o sin diacríticos o “a la inglesa”

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Tampoco faltaron los partidarios de la escritura plana, sin diacríticos, entre los que se contaba Antonio Guasch, en su primera época, hasta que este adopta el alfabeto de la Asociación Cultura Guaraní, “especie de academia no oficial de la lengua”, como lo expresa en su Gramática. La Sociedad Biblica de Londres, editó una popular traducción de los Evangelios en guaraní, utilizando la escritura plana. (“Ñande Yara Marangatu”, Editorial Sociedades Biblicas Unidas, Londres, 1950).

Los dos alfabetos propuestos por Bertoni

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Moisés Bertoni propugnó un alfabeto fonético para los usos científicos y otro alfabeto más popular para el uso corriente.

Realmente, el primer alfabeto normativo del guaraní, en contra de los que afirman tendenciosamente algunos guaranistas actuales, especialmente R. Decoud Larrosa y sus seguidores, fue el propuesto básicamente por Moisés S. Bertoni. Fue aprobado por el Congreso Centífico Latinoamericano de 1910. (“Ortografia Guaraní según la Ortografia internacional. Aprobada por los congresos de3 Zoología y Botánica y aprobada por el Congreso Científico Latinomericano de 1910 (2a Edición)”[1])

Este es el primer estudio científico integral fonético del guaraní, estudio aprovechado por muchos sin citar su origen y fundamentos. Están, por ejemplo, los que Bertoni denominó “signos genéticos” (que sirven para indicar las relaciones de descendencia, correespondencia, unión o separación de las palabras o vocablos), que fueron usados por Antonio Guasch en su Gramática, por otra parte con acierto en la mayoría de los casos. Es el primero que predica el uso de la “K”, que posteriormente influyó en Alfredo T. Martínez, Ponce de León y en la Gramática de Juan de Bianchetti, que fue la primera en utilizar metódicamente este signo. Preconiza el uso de la “Y” en vez de la “J” y da los fundamentos para ello. Escribe la “Y” (sexta vocal oral) como “IH”, asimilándola a la grafía del alfabeto ruso, porque era el único alfabeto en el mundo junto con el polaco (“YH”) que ya había graficado el signo para esta vocal particular. Su reedición por el Ministerio de Agricultura y Ganadería del Paraguay en 1980 rescata así del olvido una de las bases históricas más importantes de la fonología guaraní.

Academia Correntina de Guaraní

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La Academia Correntina de Guaraní propuso también un proyecto de alfabeto fonético, según Raúl Amaral, en su estudio acerca de las obras referentes a la lengua y cultura guaraní en la República Argentina, en que cita más de 150 obras y autores de distintas épocas.

El Achegety o M1950 
El Alfabeto Moderno, Monteviedo 1950

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La escritura fue regulada finalmente en el modelo actual en 1950, en el Congreso de la Lengua Guaraní en Montevideo. El sistema elegido fue bàsicamente la notación del Alfabeto Fonético de la ACG de 1939. Ahora se usa en todo el Paraguay, en la enseñanza oficial, o guaraní escolar, como la denomina Tadeo Zarratea. Se lo conoce como “Achegety” (abecedario) o alfabeto Montevideo 1950.

Decoud Larrosa y su aclaración acerca del origen del «Achegety»

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En el Congreso de Montevideo 1950 se adoptó como alfabeto oficial el ACG, con los siguientes cambios:

  1. Uso general de la “K” antes de las vocales (el Alfabeto ACG introdujo el uso de la “K” antes de la “E” o la “I”, pero mantenía el uso de la “C” antes de “A”, “O” y “U”).
  2. Utilización del signo “Y” para la sexta vocal oral.
  3. Utilización de la “J” para el sonido semiconsonántico de la “Y”, por ejemplo, “jakare” en vez de “yacare”.

El propio Decoud Larrosa reconoce en una carta[4] (cuando la polémica acerca de la escritura con la ADEG, Asociación de Escritores Guaraníes) que solamente propuso algunos cambios a dicho alfabeto. Y que “fue presentado por Antonio Guasch”. A pesar de las propias declaraciones de R. Decoud Larrosa, muchos exdiscípulos suyos le atribuyen indebidamente la creación del alfabeto moderno: este fue creado por la mencionada ACG 1939, como fruto de decadas de investigación, polémicas y finalmente, por acuerdo de los más conspicuos guaranistas, siendo uno de sus impulsores más enérgicos e inclaudicables el Dr. Tomás Osuna, como así también el Dr. Anselmo Jover Peralta, entre otros.

Adoptó para el guaraní, la nomenclatura de las consonantes creada por Domingo Faustino Sarmiento Sarmiento para el español, en su Método de lectura gradual (1849,Santiago de Chile), que consise en agregar una "e" después de la consonante; así la n (ene) se lee "ne", la l (ele) "le", y así sucesivamente. SE opuso al uso popular y tradicional de la Y en el guaraní, que consiste en que se utiliza como consonante cuando es inicial de sílaba y como vocal cuando final de sílaba, por lo que propició y logró introducir la J a la usannza brasileña, influencia de los guranistas del Brasil,durante su estadía en dicho país, (sin tener en cuenta los estudios acabadísimos de Bertoni sobre este tema) para el sonido consonántico de la Y. Así hoy se escribe, por ejemplo, "Jakare" en vez de "yakare", grafia oficial de la lengua guaraní conocida como Achegety y aprobada en el mencionado Congreso de La lengua en Montevideo,1950. Decoud Larrosa es así, un ejemplo de la influencia argentina y brasileña en la gramática guaraní.-

Algunos desacuerdos

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Sin embargo, todavía hay algunos desacuerdos entre los lingüistas en detalles del modelo. Algunos creen que el dígrafo "CH" debería ser cambiado por “X”; y que “G̃” (nasal) debería ser reemplazado por una simple “G”, con la tilde colocada en una de las vocales adyacentes. Martínez Gamba, prestigioso guaranista residente en la provincia argentina de Misiones, utiliza el dígrafo “GW” para las pocas palabras en que se utiliza este fonema en el guaraní paraguayo-correntino (pero de amplio uso en el guaraní étnico o tribal), que con la escritura actual se escribe “GU”. “Mbogwygwy”, en vez de “mboguy-guy”, por ejemplo.

Origen del nombre «Achegety»

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El nombre guaraní del alfabeto achegety es un neologismo formado con a-che-ge (el nombre de las tres primeras letras) y ty que significa “agrupación”, “conjunto”. Fue propuesto por el profesor Reinaldo Decoud Larrosa.

Opinión del Guaranista Tadeo Zarratea sobre la Crisis del guaraní

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«El guaraní paraguayo es el producto natural de cinco siglos de historia de transformaciones del guaraní karió, el dialecto que fuera de los indígenas asuncenos, los que “pactaron la alianza” e iniciaron el mestizaje. Por su parte, el guaraní escolar es el producto de cuarenta años de errores en el enfoque lingüístico; se inició con la equivocación del Dr. Decoud Larrosa, quien creyó que se podía restaurar el guaraní paraguayo por medio de la recuperación de los arcaísmos y la creación de “neologismos de gabinete”; en consecuencia rechazó la carga de hispanismos que tiene nuestro guaraní. Ese error, cometido de buena fe, absolutamente humano, no fuimos capaces de corregir por falta de apertura hacia la ciencia del lenguaje, el dogmatismo y la pontificación de Decoud

Para la versión completa del artículo ver: “El guarani está en crisis”.


Ortografía Propuesta por el MEC (Ministerio de Educación y Cultura el Paraguay)

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Esta también es una propuesta nueva similar a la propuesta anterior pero es la optada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que también tiene cierta similitud con la propuesta presentada por Tadeo Zarratea, pero a la vez tiene sus propias características, la primera diferencia que se encuentra entre estas dos propuesta es en el alfabeto.

El alfabeto que propone el MEC utiliza como base las 33 letras, aceptada en el cuarto seminario de Asunción, y agrega más grafías que según la estructura que propone serán necesaria para la escritura del idioma guaraní. Esta propuesta consta de 36 grafías que son: “a, ã, ch, d,e, ẽ, f, g, ĝ, h, i, ĩ, j, k, l,ll, m, mb, n, nd, ng, nt, ñ, o, õ, p. r.rr. s. t. u. ũ. v. y. ỹ , ` (puso ).”

Este alfabeto presentado no admite la utilización de la x y la Sh y sin embargo toma la ĝ como una grafía más, que se debe utilizar en la escritura de la lengua guaraní, es donde ya desde un principio se diferencia de las otras propuestas.

La fundamentación en que se basa el MEC para presentar esta propuesta es tomar como referencia la lengua real, la lengua que se utiliza para la comunicación funcional entre los hablantes del idioma guaraní, también con esta propuesta se evitará crear terminologías por escritores de la lenguas que son muy ambiguos y de esta manera ya se dejará de estar adaptando los préstamos a la escritura del guaraní.

Sin embargo el idioma guaraní tiene su esencia y su riqueza misma dentro del contexto, es lo que lo enriquece y si se llega a escribir a base de préstamos ya con las nuevas grafías dejará de ser autóctona y pasará a derivar de las demás lenguas y especialmente del castellano.

El MEC tomó la responsabilidad de intentar encontrar el alfabeto correcto para el idioma guaraní y las reglas ortográficas que se debe utilizar porque no existe otra institución que regule el uso del idioma guaraní y como forma parte de la educación necesita ser regulada.

 (Ministerio de Educación y Cultura, La Educación Bilingüe en la reforma Educativa Paraguay)

Referencias

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  1. 1,0 1,1 1,2 Moisés S. Bertoni. “Dicionario Botànico Latino-Guarani y Guarani-Latino”, con un Glosario de Vocablos y Elementos de la Nomenclatura Botánica - Introducción a las Plantas Usuales y Útiles del Paraguay. Ministerio de Agricultura y Ganadería-Asunción, Paraguay, 1980. Además del Diccionario, contiene:
    1. Capítulo De las grafías del guaraní y de las ortografías, páginas 108 a 114.
    2. Ortografía Guaraní, páginas 115 a 131.
    3. El famoso ensayo “Acerca de la Nomenclatura”, páginas 132 a 146, el estudio más acabado de la Nomenclatura botánica guaraní y sus bases y principios.
  2. Sobre el arte rupestre en Jasuka Venda, véase Museo de Altamira, España JASUKAVENDA: ARTE RUPESTRE EN EL CENTRO DEL MUNDO:CUADERNO DE NOTAS
  3. Dr. Anselmo Jover Peralta y Dr. Tomás Osuna. Diccionario Guaraní Español y Español Guaraní. Editorial Tupa, Buenos Aires, 1950, sin ISBN. Página 429, Ortografía y Alfabeto. Capítulo “Nociones de Gramática Guaraní”, escrito por el Dr. Tomás Osuna. En la Introducción de esta obra, Jover Peralta también hace consideraciones a este tema.
  4. Carta enviada por Reinaldo Decoud Larrosa a la ADEG.