Aprendizaje colaborativo/Desafíos educación
Aparte de los señalados arriba en cuanto a la estructura y organización del sistema, existen otros desafíos.
El uso de las nuevas tecnologías, en un entorno donde las demandas realizadas desde la sociedad de la información vienen apuntando por un aprendizaje a lo largo de la vida, comporta un problema cultural que mueve una transformación de los roles de los estudiantes, del profesor y de la metodología de trabajo, donde la colaborativa se convierte en estructura básica de trabajo.
El estudiante debe de pasar de una actitud pasiva a activa, lo cual potenciará el dominio de capacidades para adaptarse a un entorno que se modifica rápidamente: trabajar en equipo de forma colaborativa, aplicar la creatividad a la resolución de problemas, aprender nuevos conocimientos y asimilar nuevas ideas rápidamente, tomar iniciativas y ser independientes, aplicar las técnicas del pensamiento abstracto e identificar problemas y desarrollar soluciones. Esto le permitirá alcanzar “las competencias que deben poseer los individuos de la sociedad de la información: competencias cognitivas, competencias metacognitivas, competencias sociales y disposición efectiva para un trabajo eficaz” (Birenbaum 1996).
Desde el punto de vista docente, se necesita una figura reflexiva, con un bagaje cultural y pedagógico importante para organizar un ambiente y un clima propicio para el aprendizaje. El profesor pierde su estatus de transmisor de la información, y se potencia como evaluador y diseñador de situaciones mediadas de aprendizaje. Al mismo tiempo deberá de poseer habilidades para trabajar y organizar proyectos en equipo, transformándose en un organizador dinámico del currículum estableciendo y adoptando criterios para la creación de un entorno colaborativo para el aprendizaje.
Se ha señalado que la creación de ambientes de aprendizaje colaborativo, asistidos por computadoras, introduce un nuevo escenario para el proceso de enseñanza aprendizaje y aporta nuevos elementos para la aplicación de un enfoque constructivista en la enseñanza de la ciencia(Páez J., 1999).
Las influencias de las nn.tt. en los entornos de formación: posibilidades, desafíos, retos y preocupaciones.
Comunicación y Pedagogía, nº 175, (ISSN: 1136-7733), páginas 48-54.
Julio Cabero Almenara
Julio Barroso Osuna
Pedro Román Graván
Universidad de Sevilla
En las actividades en clases presenciales, el profesor de debe balancear la exposición en clase con actividades en equipo. Aquí el profesor no sólo es una persona que transmite información sino que debe transformarse en un facilitador. El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey nos sugieren una serie de actividades que debe desarrollar el profesor: - Motivar a los estudiantes despertando su interés antes de introducir un nuevo concepto. - Proporcionar una experiencia concreta antes de iniciar la explicación de una idea abstracta o procedimiento. - Verificar que se hayan comprendido las explicaciones y demostraciones. - Ofrecer a los estudiantes la oportunidad de reflexionar o practicar la nueva información, conceptos o habilidades. - Revisar el material antes del examen. - Cubrir eficientemente información textual de manera extensa. - Pedir un resumen después del examen para asegurarse que los estudiantes han aprendido. (Las estrategias y técnicas en el rediseño).
En estos nuevos contextos de formación, los docentes sin tener que ser grandes expertos en el manejo de tecnología si se le exigirá que posean un cierto dominio tecnológico, que progresivamente irá disminuyendo con la amigabilidad de los entornos telemáticos. Si en un modelo de comunicación tradicional la comunicación es interpretada a través de códigos verbales y no verbales implícitos y explícitos, en un contexto mediático de comunicación la sencillez de la interacción con el sistema y la calidad didáctica y técnica de los materiales será un determinante relevante para que ésta se produzca. En este caso es necesario recordar que las situaciones de teleaprendizaje requieren una detallada organización, tanto por parte del administrador técnico del sistema como por el administrador pedagógico.
Estas transformaciones también se producirán en los roles a desempeñar por los estudiantes, que necesitarán estar más capacitado para el autoaprendizaje mediante la toma de decisiones y el diagnóstico de sus necesidades, la elección de medios y rutas de aprendizaje, la búsqueda significativa del conocimiento y tener mayor significación en la elección de sus propios itinerarios formativos; al mismo tiempo deberá de estar menos preocupado por la repetición formal y memorística de los contenidos. Desde aquí se potenciarán nuevos dominios de capacidades por parte del estudiante: adaptabilidad a un ambiente que se modifica rápidamente, trabajar en equipo de forma colaborativa, aplicar la creatividad a la resolución de problemas, aprender nuevos conocimientos y asimilar nuevas ideas rápidamente, tomar iniciativas y ser independientes, aplicar las técnicas del pensamiento abstracto e identificar problemas y desarrollar soluciones. Como indica Salinas (1997) las nuevas tecnologías van a afectar a los alumnos y al rol que juegan de diversas formas: el acceso a un amplio rango de recursos de aprendizaje, control activo de los recursos de aprendizaje, participación en experiencias de aprendizaje individualizado, acceso a grupos de aprendizaje colaborativo y experiencias en tareas de resolución de problemas.
En esta misma línea puede ser interesante las reflexiones que realiza Birenbaum (1996) respecto a que los individuos de la sociedad de la información deben de poseer una serie de competencias que concreta en cuatro fundamentales: competencias cognitivas como solución de problemas, pensamiento crítico, formulación de preguntas pertinentes, búsqueda de la información relevante, ...; competencia metacognitiva que le permitan la autorreflexión y la autoevaluación; competencias sociales que le permitan participar y en su caso dirigir discusiones en grupo, y trabajar cooperativamente; y disposición efectivas que hagan posible un trabajo eficaz, tales como la motivación intrínseca, una actitud responsable... A ellas deberíamos de incorporale una actitud significativa para la interacción por y desde los medios.
Los motivos por los cuales las nuevas tecnologías de la información y comunicación no se han utilizado en demasía en nuestro contexto educativo son diversos, y sin ánimo de acotar el tema podemos indicar los siguientes: la tradición oral e impresa, en la que tiende a desenvolverse nuestra cultura formativa; el papel que suele jugar el profesor como transmisor de información; la lentitud con que la institución educativo tienden a incorporar los cambios y las innovaciones; la falta en nuestro contexto de experiencias de referencia que sirvan de guía y reflexión; la no existencia de centros de dinamización; el analfabetismo tecnológico institucional; la formación que suele poseer el profesorado para su utilización; la escasa producción de material audiovisual informático y multimedia para su explotación didáctico; los altos costos que suelen tener estas tecnologías para su implantación y mantenimiento y la disminución de recursos económicos que se le están asignados a la institución educativa; las limitaciones de las tecnologías existentes; y las soluciones tecnológicas inadecuadas adoptadas que han llevado a la desmotivación y al desinterés de los participantes. Sin olvidarnos que algunas veces cuando se han introducido, lo mismo que ocurrió con otras tecnologías más tradicionales, el debate se ha centrado más en cómo agregarlas a las estructuras existentes que en reflexionar en qué cosas nuevas podemos hacer con ellas y de qué formas diferentes; y el sentido exclusivamente mercantilista que algunas veces está dirigiendo su introducción.
Los últimos comentarios realizados nos permiten sugerir algunas medidas que pueden facilitar la incorporación de estas tecnologías en la formación que con el riesgo de caer en cierta reducción podemos concretar en las siguientes: presencia, formación del profesorado, creencias y organización escolar (Cabero, 1998).
Lógicamente una de las primeras medidas a adoptar para su integración es que éstas se encuentren presente en los centros de formación. Presencia que no debe de limitarse exclusivamente al hardware sino también a la existencia de software específicos para la realización de actividades formativas, no sólo del tipo de propósito general. "La historia de los medios audiovisuales en nuestro país ha demostrado con creces cuantos medios han quedado obsoletos con un mínimo uso, simplemente por la falta de recursos para su utilización. Al mismo tiempo deben de adoptarse medidas para que al software de propósito general, se le vaya incorporando otro específicamente didáctico y educativo." (Cabero, 1998, 61-62). Ahora bien, también la historia de su introducción también ha demostrado que su mera presencia no es suficiente, y que se necesita adoptar medidas en otros aspectos, que a continuación pasamos a detallar.
La formación y el perfeccionamiento del profesorado, posiblemente sea una de las piedras angulares que determine la incorporación de los medios al terreno de la enseñanza. Ahora bien, desde nuestro punto de vista no es simplemente cuestión de tomar la decisión de llevarla a cabo, sino lo que es más importante reflexionar sobre los aspectos y dimensiones en los cuáles preferentemente se deben de hacer hincapié para su formación, así como los aspectos en los cuales debe de llevarse al cabo la misma, aspecto sobre las que ya hemos reflexionado en otro lugar (Cabero y otros, 1999), digamos aquí por tanto simplemente que ésta debe de superar con notoriedad la mera capacitación instrumental.
Una de las creencias que debe de cambiarse hace referencia a la idea que se maneja, posiblemente como consecuencia de situarnos en una escuela que surge de la revolución industrial con unos espacios y tiempos definidos y preconfigurados, que el aprendizaje y el conocimiento no se produce por lo general, y salvando la modalidad de la educación a distancia, si no existe una presencia física entre el profesor y el estudiante, y por otra que el profesor es el depositario del saber. Aspectos ambos con claras referencias de un modelo bancario de educación. "En este sentido nos encontramos con un fuerte problema y es el referido a la inexistencia de modelos teóricos sobre su funcionamiento, gestión y evaluación de experiencias de aprendizaje que las utilicen" (Cabero, 1999, 74).
Dentro de estos aspectos debemos contemplar para su introducción, la dimensión organizativa, ya que sin lugar a dudas su incorporación va a repercutir en la organización y estructura del sistema educativo. Como señala San Martín (1995, 22), cada vez contamos con más medios y se hace más necesario preguntarnos cómo influyen en la organización de los centros y el sistema educativo, al cambiar los límites geográficos y vulnerar las leyes de la propiedad intelectual, donde el conocimiento parece ser que ya no está apegado ni a personas, ni a instituciones, sino que circula libremente por el ciberespacio. El uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación no sólo es cuestión de un problema de acceso, es más un problema cultural que mueve una actitud donde el estudiante debe de pasar de una actitud pasiva a activa, el profesor pierde su estatus de transmisor de la información, y una transformación de la metodología de trabajo donde la colaborativa se convierte en estructura básica de trabajo.
Como hemos podido observar los problemas hoy en la red no son tecnológicos, o mejor dicho disponemos hoy ya de una tecnología sostenible y con estándares aceptados, que nos permiten realizar diferentes cosas, y con unos parámetros de calidad y fiabilidad verdaderamente aceptables. Los problemas posiblemente vengan en qué hacer, cómo hacerlo, para quién y por qué hacerlo. O dicho en otros términos cómo ponemos a disposición de los contextos de aprendizaje y de los ciudadanos las posibilidades que ofrece esta nueva tecnología.
Tradicionalmente, en la enseñanza de la ciencia se ha procurado recrear situaciones semejantes a la realidad en los laboratorios. No obstante, estas experiencias basadas en la simulación, presentan grandes limitaciones para el proceso de enseñanza- aprendizaje. Entre las más evidentes se señalan:
(a)interacción acotada de cada estudiante con el trabajo, sobre todo si se conforman grupos muy numerosos.
(b) imposibilidad de repetir varias veces la simulación dentro de un período académico;
(c)tiempo de programación de las experiencia muy importante;
(d)aislamiento de los laboratorios de docencia, lo que no permite el intercambio de información con otros grupos.
La implementación de ambientes de aprendizaje colaborativos asistidos por computadoras en la enseñanza de la ciencia permitiría configurar modelos más activos, basados en la construcción del conocimiento. Se pueden vislumbrar los aportes de las nuevas tecnologías en varios aspectos: a)podría incorporarse el juego como componente del proceso de enseñanza aprendizaje, lo cual ha sido señalado por varios autores como importante para lograr inducir dinamismo y motivación al estudiante de ciencia. (Beichner, 1994; Pence, 1995-96; Wiburg, 1994; b)sería factible fortalecer el trabajo grupal en clase, desarrollando actividades que requieran recolectar datos, analizarlos y proponer soluciones en conjunto; compartir los datos y desarrollar proyectos con estudiantes de otras instituciones; establecer contactos con científicos e investigadores para discutir y analizar temas del área, así como trabajar en conjunto con miras a establecer un lenguaje común y desarrollar habilidades de comunicación y sistematización de la información. (Restrepo, Venegas & Castañón, 1997); c)podría superarse una de las grandes fronteras de la enseñanza de la ciencia: el poder experimentar sin correr riesgos, pues si bien los ambientes virtuales no pueden reemplazar a la experimentación real, ellos si pueden permitirle al estudiante manipular las variables dentro de un laboratorio y observar los resultados de sus acciones, establecer pautas de trabajo y manejar una compleja red de información en un tiempo breve y le ofrecen, además, la oportunidad de repetir la experiencia cuantas veces desee, sin que ello represente un gasto excesivo para el laboratorio.
En caso que se opte por utilizar estas herramientas para la enseñanza de la ciencia deberá tomarse en cuenta: a)la inversión inicial para implementarla; b)La utilización de una estrategia apropiada para conducir el proceso; c) El adecuado manejo de la tecnología que deben tener tanto el docente como el participante de estas experiencias.
Dependerá de los resultados de futuras investigaciones y del trabajo que realicen múltiples equipos multidisciplinarios, traducir estas posibilidades en experiencias significativas de aprendizaje.
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