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Aprendizaje colaborativo y Redes sociales/Impacto sociológico

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Las oportunidades que brinda la filosofía colaborativa utilizando las nuevas tecnologías no se quedan solo en la educación. De hecho, la consigna más conocida y utilizada cuando éramos estudiantes de cualquier materia relacionada con las ciencias de la educación es precisamente la capacidad de la educación para ser un motor de cambio social.

Así, desarrollar estrategias de aprendizaje colaborativo y que los alumnos aprendan a aprender bajo esta metodología tiene una repercusión que va más allá del propio contexto educativo. Aspectos como los valores, la economía de las familias, el trabajo, la política, la movilidad, el ocio, etc., están interconectados con la manera en la que aprendemos.

Creando

En este contexto adquiere un protagonismo especial todo lo relacionado con el uso masivo de las nuevas tecnologías y la web 2.0, que suponen una oportunidad para facilitar la comunicación y la puesta en marcha de todo tipo de iniciativas colaborativas. Claro está que por sí solas no son capaces de nada en concreto, solo la intención que exista detrás de su utilización puede darle uno u otro sentido.

La diferencia está en si instrumentalizamos estas oportunidades para un cambio profundo en la sociedad, creando sinergias que faciliten el desarrollo y bienestar de las personas, o si por el contrario, nos quedamos en el uso aislado y disperso de los recursos y capacidades con las que ya contamos.

Para que podamos extrapolar la experiencia colaborativa en la educación al resto de ámbitos de la vida, los docentes y alumnos además de aprender a instrumentalizar la tecnología para alcanzar sus objetivos, también tienen que tomar conciencia de las implicaciones personales y sociales que conlleva este tipo de aprendizaje.

En definitiva, promover el aprendizaje colaborativo no significa solo un cambio en la metodología que utilizamos para aprender-enseñar, eso sería quedarnos con una milésima parte del potencial que lleva consigo, sino que representa un factor clave para alentar un cambio que alcanza al estilo de vida en su conjunto. Es decir, tiene la capacidad de generar un fuerte impacto en el modelo social, económico y político actual, en beneficio de todas aquellas propuestas que emanan del movimiento colaborativo.