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Tácticas en Formación: Aglomeraciones y Manadas versus Formaciones

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El simple hecho de pegarte a la aglomeración más cercana (en el aire) no te convierte en parte de una formación ni mejorará sustancialmente tus posibilidades de supervivencia, principalmente porque estas aglomeraciones no tienen por lo general una misión clara ni un líder reconocido, ni tienen nunca establecida una estructura interna. Raramente la aglomeración se comunica entre si y todo lo que hace lo marca la dinámica del grupo en contra de cualquier autoridad o voluntad. Puedes esconderte en una aglomeración y conseguir una ligera ventaja al ser uno de los muchos objetivos disponibles, pero la eficiencia resultante de una aglomeración es pequeña. Se puede disolver en cualquier momento dejándote en la estacada.

Por otro lado, las manadas son unidades que se aglutinan imitando el comportamiento de una formación organizada. Una manada se puede lanzar como un todo y tener algo parecido a un plan, sin embargo rara vez un plan que sobreviva al primer contacto con el enemigo. Puede haber un líder pero pocas veces es respaldado por una estructura. La comunicación por voz puede ser parcial, las configuraciones de carga pueden diferir y la puesta en escena para el combate es generalmente una gran incógnita. La manada normalmente se queda estacionaria en el primer encuentro con el enemigo, y no tiene capacidad para retirarse del combate a voluntad. Lo más probable es que falle en su misión, y pocos pilotos pueden esperar un aterrizaje seguro en su regreso a base. Sobra decir que hay que evitar formar parte de una manada si se pretende tener una larga vida (virtual) y progresar en la carrera de piloto.

Las manadas frecuentemente acaban volando en una harapienta formación en línea. Esta formación "en ristra" es fácil de mantener para los pilotos ya que no requiere mucha experiencia, sin embargo, esta formación también los deja expuestos a una rápida aniquilación. Los alemanes llamaban a esta formación "idiotenreihe" (ristra de idiotas). Y es verdaderamente lo que era. Desde el primer momento, los pilotos están intentando frenéticamente reducir la distancia con el líder de vuelo y esto quema combustible a una velocidad alarmante. La navegación es lenta y engorrosa e invariablemente el líder de vuelo apenas sabe el estado de su fuerza porque no puede verlos.

En la siguiente historia me topo con una manada de estas:

Cruzando el Zuider Zee y a lo largo de la lengua de tierra que lo separa de los Dogger Banks, diviso uno, dos... seis... siete, OCHO puntos delante de mi. Corrijo al Oeste, bajo de 22 a 18K y alcanzo los 300 nudos. Van avanzando muy lentamente -ahora están a nivel-, a 16K y la visibilidad es BUENA. ¡Como me latía el corazón! Vale, cálmate, concéntrate. Un tio se está rezagando por la izquierda y por detrás de la formación, otro está bastante adelantado por la parte exterior del flanco izquierdo, hay un tio en formación escalonada por la derecha... y una manada cerrada de cinco aviones en el centro. Acercándome, los identifico positivamente como 109-K's. Una decisión rápida: ¿a quién me llevo por delante para empezar? El rezagado. Esto dejará a los otros 3-5 segundos de reacción, pero podría hacerles una pasada según rompen, o una ráfaga a todos ellos si tengo mucha suerte. Todavía no hay reacción. ¿Están durmiendo? ¿Por qué no se dividen? ¡DEBEN estar durmiendo, o concentrados en mantener esa bonita formación cerrada! ¿Estoy despierto? ¡Quizá! ¡En cierto modo! Imagino que el rezagado tiene puesta toda su atención en agruparse al resto. ¡Mmmmmm! Pico ligeramente hacia abajo y meto motor... más cerca... más cerca... 200 metros ¡FUEGO! Warbirds, 31 de Enero de 1.999

El líder de la manada alabea y gira frecuentemente para controlar el cielo, lo que rompe invariablemente la formación, porque los de atrás están intentando formar a 200-400 metros (mientras los más rezagados sudan la gota gorda para alcanzarlos). Por tanto están demasiado centrados en su líder y consecuentemente pierden toda CS. Cuando se encuentran con el enemigo, los pilotos están perdidos respecto a qué hacer e invariablemente se quedan bloqueados por completo o perdidos en una madeja con el enemigo, a pesar de sus mejores intenciones. Normalmente una manada pelea sin un plan –su única táctica es agobiar numéricamente en la lucha y arrastrar al enemigo a la muerte en una melé “gratuita para todos” donde la formación como tal es redundante porque cada individuo va más o menos a lo suyo. El resultado de este tipo de combate es bastante impredecible: la formación puede salir oliendo a rosas pero también puede caer como moscas. Y navegando al combate en manada, la formación de manada en línea es carne de cañón para cualquiera al que se le ocurra caer sobre ellos. Un enemigo cuidadoso es más que suficiente para sembrar el desorden y enviar al grupo a las insondables profundidades de la desmoralización. Dejando aparte la experiencia del piloto, la formación en línea o las formaciones en manada son extremadamente vulnerables por:

1.- A pesar de la cantidad de ojos, no puede ver suficientemente bien.

2.- A pesar de su aparente fuerza, no puede defenderse a sí misma excepto quedándose quieto en una melé o molestando, ambas opciones incomibles en esas circunstancias.

3.- A pesar de su aparente cohesión, no puede atacar eficazmente.

Las formaciones, por tanto, se distinguen por tener todas las características clave que faltan en los casos anteriores. Tienen un líder y un segundo líder para asumir el mando en caso necesario. Tiene una estricta organización interna que delimita claramente responsabilidades, cometidos y despliegues para el combate y la navegación. La formación comienza como una unidad con una configuración uniforme y se adhiere a un régimen de formación estricto que garantiza su propia seguridad. La formación entra en combate deliberadamente y con visos de éxito en su misión, cuya medida es la supervivencia de sus partes y como un todo. La formación se comunica a un nivel mucho más alto que las aglomeraciones y las manadas, y emplea tácticas reconocidas a través de los años para cumplir su misión. Estas serían las premisas de una formación que lo hace todo correctamente. Poder hacer bien todo esto, todo el tiempo, no está al alcance de una formación cualquiera, incluso parte del tiempo. Conseguirlo conlleva mucho esfuerzo y horas de práctica, pero cuando se consigue, es algo maravilloso.

¿Por qué molestarse uno con formaciones y qué tipo de formación debería emplearse?

Las formaciones se emplean para extraer la máxima potencia de fuego en la mayor concentración espacio-temporal y seguridad del conjunto. El origen y la causa de la aparición de las primeras formaciones se puede seguir hacia atrás en la Historia hasta Alejandro Magno, los lanceros ligeros, las legiones romanas empleaban la Falange y la Caja defensiva. En el aire, no obstante, volar en formación no fue la norma hasta 1917, cuando se comprobó que la simple ventaja numérica tenía una influencia decisiva en el combate aéreo, por si misma. Desde entonces, las formaciones han sido parte integral de cualquier vuelo militar, y es realmente impensable considerar el empleo de aviones de caza en cualquier situación con una formación que no sea al menos la pareja de vuelo.

Se debe tener en cuenta, no obstante, que las formaciones tienden a convertirse en una carga para si mismas si la cantidad de aviones excede de lo que pueda ser empleado provechosamente o dirigido cómodamente. Puesto que éste es raramente el caso en el entorno de la red, porque las formaciones raramente llegan a más de 4-8 aviones salvo en escenarios extremadamente bien organizados, podemos prescindir de este debate con total tranquilidad.

Una distinción importante que en cualquier caso queda todavía por hacer, es la diferencia entre una formación y una unidad.

La unidad (¡que para mayor confusión puede imitar a una formación!) puede estar formada por entre 2 y más de 400 aviones, lo cual no implica automáticamente el uso de una formación cualquiera. Una formación en este aspecto es más bien como se despliega, para este fin u otro, la unidad en el aire.

Las unidades reconocidas se conocen de forma más o menos universal como:

Pareja de vuelo o Elemento (Rotte en alemán): 2 pilotos.

Vuelo o División (Schwarm en alemán): 2 Elementos.

Escuadrón (Staffel en alemán): de 2 a 4 vuelos/divisiones

Grupo o Ala (Geschwader en terminología alemana de la SGM): de 2 a 4 escuadrones.


Supongamos que tienes suficiente personal como para formar un escuadrón estándar de 16 aviones. Estarían distribuidos como sigue:

Primer Vuelo:

Oficial Comandante (CO, Commanding Officier): Jefe de Escuadrón.

Punto.

Segundo líder de pareja.

Punto.


Segundo Vuelo:

Líder de vuelo (3º al mando)

Punto

Segundo líder de pareja.

Punto.


Tercer Vuelo:

Segundo Oficial Comandante (XO, Executive Commander Officier): 2º al mando

Punto.

Segundo líder de pareja.

Punto.


Cuarto Vuelo:

Líder de vuelo (4º al mando).

Punto.

Segundo líder de pareja.

Punto.

El tipo de formación más conveniente para un vuelo de cuatro aviones es la “Formación de Combate”, también conocida como “Cuatro Dedos” (18) o “Schwarm” (19), que es su origen. Mantener correctamente las distancias requiere mucha práctica, pero una vez se aprende y domina la técnica, es insustituible. Otras formaciones como en “V”, en Rombo, en Línea, en Escalera o Doble Columna son todas claramente inferiores a la “Formación de Combate” por diversas razones que tienen que ver principalmente con el mando y control, cobertura visual y flexibilidad táctica. Así pues, asume el autor que sólo quieres aprender la mejor práctica y por tanto se dispensa de cubrir con mayor detalle las alternativas menores.


(18) Finger Four (N. del T.)



(19) Schwarm hace referencia al grupo en vuelo de cuatro aviones, aunque en ocasiones se haga referencia a esta formación con este nombre por ser la formación más estandarizada en los vuelos realizados por la Luftwaffe durante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial(N. del T.)


Antes de entrar a analizar en profundidad cómo vuela y lucha la formación, vamos a echar un vistazo a su componente más pequeño, el Elemento.

El Elemento de Combate[editar]

El Elemento es la unidad más pequeña con que se puede volar a los cielos hostiles y su doctrina de combate es la misma que la de cualquier formación mayor –Vuelo, Escuadrón, Grupo. Ni en el mejor de los mundos debes plantearte una salida en una unidad menor que el elemento y de hecho cualquiera que alguna vez haya visto la belleza, utilidad y eficacia de la pareja de combate, empezará a hacerlo con naturalidad. Salir solo sencillamente no se hace.

La formación estándar para el elemento es la formación de combate, lo cual quiere decir que un avión vuela al lado del otro en paralelo. La distancia entre aeronaves depende principalmente de la situación y la cantidad de aviones utilizada, aunque en ningún momento la distancia debe ser tan pequeña que ciegue a la pareja de ataques por detrás. Cuando se navega en formación de escuadrón o grupo y en cielos relativamente tranquilos, la separación lateral puede ser bastante pequeña – 25, 50, 100 metros. Cuando la formación está limitada al elemento o vuelo, o cuando el escuadrón o grupo pueden entrar en combate en cualquier momento, la separación debe aumentar a 150-300 metros entre aeronaves. Un escuadrón o grupo dispuesto de esta forma cubre la mayor parte del espacio aéreo, y cualquier formación desplegada de esta forma es virtualmente invulnerable a ataques sorpresa desde cualquier sector.

Archivo:Fig 43.jpg
Fig 43: Las ventajas de la formación en linea

Esto se debe al procedimiento de búsqueda de la formación de combate: en vez de girar y guiñar ansiosamente con objeto de mantener limpias las seis uno mismo y de dedicar una cantidad ingente de atención en guardar la formación con un único líder al frente, la formación vuela tranquilamente y va nivelando con calma en un rumbo dado mientras vigila sobre el propio ala el sector trasero del avión vecino. Esta vigilancia cruzada es continua, casi hasta el punto de mirar casi exclusivamente sobre el ala en vez de al frente. Realmente el piloto necesita escudriñar el cielo entero, incluyendo el sector frontal, y comprobar los instrumentos también de vez en cuando, pero la mayor parte de la vigilancia la realiza sobre el ala y el sector trasero del escolta. De esta forma hasta el más pequeño rincón del espacio aéreo está siempre bajo observación, sin necesidad de maniobrar apenas. Los puntos ciegos de la parte trasera y bajo las alas son así prácticamente inexistentes, incluso para aviones con una destacada falta de visibilidad dorsal. Dispuesto de esta manera, el equipo puede controlar varios enemigos a la vez con distinto estado energético. Sin embargo, si pierdes la separación o la posición durante la navegación, (es decir, si te deslizas por detrás o te adelantas), estás cegándote a ti mismo y a tu escolta. Trabaja siempre con la potencia, la separación y las comunicaciones para mantener la formación.


Nunca de los jamases mantengas una formación en línea. Si os encontráis volando en hilera, haced un giro simultáneo de 90 grados para recuperar la formación de combate, retomando después el rumbo deseado por medio de un giro sobre la posición o un viraje táctico, el cual se explica a continuación.


Viraje Táctico o Giro con Cruce[editar]

El viraje táctico permite al elemento cambiar de rumbo rápidamente mientras mantiene la formación de combate y cubre visualmente la parte dorsal. El truco consiste en intercambiar posiciones durante el giro, para lo cual el caza “exterior” tiene que virar primero. Cuando el caza “interior”, todavía en el rumbo antiguo, observa que su acompañante se desliza a sus siete o cinco en punto, inicia también el viraje. Es fácil cuando le pillas el tranquillo. Mantened la velocidad durante el viraje –no perdáis energía tirando demasiado fuerte del timón. Tendréis que ir jugando ligeramente con la palanca de gases, la separación lateral y realizar pequeños cambios de altitud para recuperar la formación. A base de práctica, tendríais que ser capaces de realizar el viraje tan rápido y con la misma eficacia que haciéndolo solos. El procedimiento es el mismo para virajes de ángulo inferior o superior a los 90º mostrados en el ejemplo. Para virajes de 45 grados, el avión interior aguanta el giro hasta ver al escolta pasar por detrás y cruzar aproximadamente un ángulo de cola de 20 grados. Para giros más amplios, digamos 120º, el avión interior inicia el giro mucho antes de que el avión exterior cruce por detrás para mantener la formación de combate tras el viraje. Un viraje de 180 grados se puede ejecutar como dos virajes de 90 grados ( lo cual es más difícil de gestionar y lleva más tiempo) o como un giro-cruzado: la pareja realiza un viraje de 180 grados hacia el otro. Hay que recordar que los giros deben hacerse a una velocidad mantenida y a nivel. Este procedimiento, aunque parezca farragoso, tiene la clara ventaja de mantener siempre el cielo bajo vigilancia, incluso durante el giro.

Archivo:Fig 44.jpg
Fig 44: Viraje Táctico o Cruce Superior

Doctrinas de Combate[editar]

Tener y seguir una doctrina para el combate puede sonar muy trillado al observador ocasional, pero cuando piensas que la mayoría si no todas las formaciones “ad hoc” no tienen una, y cuando observas como les va, cuando escuchas y ves su desorientación, te das cuenta que tener una noción previa de lo que se espera de ti no debe ser tan malo después de todo. Si no tienes una doctrina no sabes como formar, como combatir, como apoyar a tu líder –no sabes nada, y serás más una desventaja que una ventaja en el combate. Así pues, ¿Cuáles son las doctrinas? Se llaman “Ala con Ala”, “Doble Ataque” y “Pareja libre” –aunque podrían llamarse perfectamente “¡Sígueme!”, “¡Mantente apartado!” y “Divide y vencerás”. Cada una de las doctrinas tiene distintas ventajas y aplicaciones y han evolucionado naturalmente paso a paso con la experiencia y los impedimentos. Mientras hoy en día una mayoría de (consumados) pilotos combaten automáticamente en "pareja libre", en situaciones concretas, las doctrinas de "ala con ala" y "doble ataque" todavía tienen claras ventajas. Así pues, estar familiarizado con todas ellas y pasar de una a otra puede resultar de gran ayuda.

Ala con ala[editar]

En los albores del combate organizado de cazas, en biplanos desvencijados sobre los campos de Flandes, en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial cuando se carecía de experiencia de combate tanto a nivel individual como de formaciones, los escoltas volaban pegados a sus líderes y seguían cada uno de sus movimientos lo mejor que podían. La práctica habitual era pegarse con la punta de plano a unos pocos pies, o incluso pulgadas, de la de tu líder, ligeramente por debajo, y permanecer ahí frente a viento o marea. Más allá de mantenerse pegado al líder, era tarea de los distintos aviones del grupo buscar al enemigo y proteger al líder constantemente, algo que debía ser una tarea enormemente difícil debido a la pequeña separación. Escuadrones enteros volaron tales formaciones “ala con ala”, doce aviones de las más altas prestaciones barriendo el cielo como uno solo, habitualmente en formación en escalera. Cuando se entraba en combate, no obstante, el escuadrón se dividía en parejas y a veces ni eso, ya que formar tan cerca del líder maniobrando y dando sacudidas salvajes requería cada ápice de concentración y naturalmente los pilotos se separaban. Puedes comprobarlo en cualquier momento en los cielos virtuales –te aseguro que no es una hazaña cualquiera mantenerse así en formación. Es una formación genial en espectáculos aéreos y misiones sencillas de traslado, pero su aplicación al combate es prácticamente nula. Hay una situación no obstante en la que una formación fuertemente cerrada es útil, particularmente del tamaño elemento y vuelo/división, y es para atacar formaciones muy densas de bombarderos y otros objetivos estáticos o que se muevan lentamente tales como concentraciones de tropas y navíos de superficie. En tales situaciones la formación de “ala con ala” tiene un doble objetivo: mantener junta la formación para coordinar y repetir los ataques y concentrar la potencia de fuego.

Doble ataque[editar]

Habiendo experimentado a través de la práctica los defectos de la teoría del "ala con ala", los estrategas aéreos entendieron que el simple hecho de aumentar los efectivos para un combate no era suficiente, había que rodear al enemigo, atacarle secuencialmente y tener preparada una reserva para cualquier contingencia. Así evolucionó la doctrina del "doble ataque" en la cual los vuelos eran tratados como entidades homogéneas por derecho propio y llamados para apoyar secuencialmente el combate. Así uno o dos vuelos llevarían a cabo las labores de ataque mientras otro permanecería apartado, preparado para atacar o apoyar a los elementos/vuelos en combate según la necesidad. Dentro de las divisiones y los elementos, cada piloto volaba todavía "ala con ala". No fue hasta más tarde, empujados por la innovación táctica de la Luftwaffe, que los pilotos de todos los países aprendieron a volar en “Schwarm” o formación “Cuatro Dedos” en los distintos elementos/vuelos.

Archivo:Fig 45mod.jpg
Fig 45: Cuatro dedos

En la doctrina del "doble ataque", la cual es de aplicación al combate de un único elemento, una parte de la formación (punto, elemento o vuelo) se mantiene en altitud buscando contactos, lista para apoyar a los compañeros que están enganchados cuando sea necesario, como por ejemplo cuando el grupo se desengancha o recupera la posición, eliminando enemigos perseguidores. Este tipo de estrategia funciona bien cuando el combate es en gran medida estacionario y los combatientes entran en un clásico combate mano a mano, o cuando el grupo enganchado está sometiendo a una presa desventurada a una serie de ataques fulminantes. Es menos apropiada para combates en igualdad de altitud o energía, o para combates dispersos en mucha extensión. Aún así, el "doble ataque" tiene su valor en las situaciones para las que fue desarrollado. Digamos que te dispones a atacar a un par de enemigos más bajos con un vuelo de cuatro aviones: si te acompaña otro vuelo, sería una fuerza excesiva enviarlos a todos al ataque. Es mejor mantener al segundo vuelo en punto muerto merodeando en altura, mientras que el primer vuelo se encarga de los contactos de abajo. Igual si solo tienes un escolta – puede que te sientas con confianza para encargarte de un enemigo solitario tú sólo y considerar que tu punto es más útil de vigía frente a posibles contactos mientras te ocupas de tu presa. Si las cosas se torciesen, siempre puedes hacerlo bajar para realizar alguna pasada mientras te desenganchas.

Pareja libre[editar]

La cima de la evolución táctica es la doctrina de la Pareja Libre, que es hoy en día la única táctica que merece la pena tratar en profundidad y a la que dedicaremos toda nuestra atención. El concepto fundamental aquí es que cada parte de la formación maniobra de la forma más provechosa en cada momento, sea individualmente en un equipo de dos, o como vuelo de cuatro aviones en un escuadrón de dieciséis. La clave de la pareja libre es la separación: cómo moverse en el espacio y la previsibilidad del enemigo para aplastarlo en el menor tiempo posible. Las tácticas de Pareja Libre correctamente empleadas son algo digno de contemplar, un ballet aéreo, una partida de ajedrez en cuatro dimensiones, que deja al enemigo menos avezado o más confiado completamente bloqueado y en poco tiempo muerto. En la doctrina de la Pareja Libre, cuando se entra en combate, la relación habitual líder-punto se rompe. En su lugar quedan dos cazas en igualdad de oportunidades que se apoyan y complementan el uno al otro, cualquiera de los cuales puede estar “enganchado” o “libre”. Los roles pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos, en función de los ángulos en juego, siendo un aspecto que diferencia a la pareja experimentada de otras que lo son menos el conocimiento instantáneo y el reconocimiento radiado entre cazas respecto a quien está libre y quien enganchado en cada momento preciso. De aquí en adelante, las tácticas debatidas tienen todas que ver con esta disposición de “Pareja Libre”. El siguiente relato proviene de uno de mis libros de bitácora en el que una pareja en dos Dewoitine D.520, entra en combare empleando tácticas de equipo contra múltiples aviones enemigos:

Formaba con Starry después de haber derribado un 109E bajo, a las afueras de Montfaucon, que acababa de despegar, el área estaba limpia. Tres 109s habían sido avistados antes por la zona. Formamos en paralelo trepando hacia el Este. Diviso un contacto a las seis lejos persiguiéndonos que resulta ser un Emil. Me vuelvo hacia él con una “chandelle” y lo arrastro al Este hacia Starry que consigue un derribo fácil. Volvemos a formar y ponemos rumbo Norte volando en paralelo. Starry divisa un contacto hacia el Sur y un poco bajo, entrándolo inmediatamente seguido por Starry. El contacto resulta un 109 que viene de frente. Realizo una chandelle rodeándole, hago toneles buscando la resolución, pero tengo que abandonar el combate al aparecer otro Emil, a mi altura pero sin energía. Ambos van a por mí, estoy bastante fuera de su alcance, así que nuevamente los arrastro, hacia el Este. Veo a Starry batiendo desde sus siete altas yendo primero a por el más bajo y lejano. Consigue matar al piloto del primero, el otro se divisa volando hacia el Norte a ras de suelo. Formamos hacia Este y luego al Norte otra vez. Llegamos a Bertrix y nos apostamos a 3Km de altitud, Starry se queda a 5Km.

Tres contactos en pista, dos de ellos rodando, así que le digo a Starry de descender a una órbita mas baja. Le entro a un Stuka rumbo Norte pero fallo mi pasada de forma escandalosa por tirar demasiado adelantado. El ahora prevenido enemigo se arrima al antiaéreo de Libin un rato y luego pone rumbo Noroeste otra vez. Pico hacia él en tres o cuatro pasadas hasta que lo dejo ardiendo. De vuelta a la base. Starry entra a un 87 que acaba en una zanja ardiendo bastante alejado del perímetro del aeródromo. A continuación entro a un 109 y un 87 que se alejan con rumbo norte pero fallo al 109 que rompe en el último momento. Realizo una chandelle sobre él pero pierdo contacto visual. Mientras tanto Starry había ido también hacia el Norte. Poco después veo un contacto hacia el Norte como a 2 Km. y lo entro, siendo Starry que persigue dos contactos cerca de Libin. Starry va por el 109 alto, mientras que yo voy a por el Stuka. El Stuka queda ardiendo en una pasada. Starry se encarga del 109 mientras yo entro a un 110 que se une al combate. Lo persigo hacia Wellin hasta que lo derribo. Starry perfora al 109. Intentamos recuperar la formación en las cercanías de Wellin, veo un contacto al Norte que supongo que es Starry. Acaba siendo un 110, moviéndose desesperadamente. Starry me gana el derribo. Volvemos a base en Maubeuge con poca munición. Una salida EXCELENTE en todos los sentidos, particularmente en comunicaciones y disciplina de combate. Marcador final: bmbm 4 derribos, Starry 5 derribos y un 6º compartido (el Stuka). Duración de la misión: 1:10.

Antes de entrar en detalle, hay que tener presente que el Elemento de Combate, o el Vuelo, o el Escuadrón, desplegado en formación de combate y luchando de acuerdo con la doctrina de la pareja libre es SIEMPRE, pero siempre, ofensivo. No se trata de maniobrar para defenderse. Aunque actúe para defenderse de una ráfaga o maniobre para evitar un ataque, mantiene siempre una actitud ofensiva. Cada movimiento aparentemente defensivo no es más que una transición al ataque. Incluso cuando se retira de un combate, la formación está atacando de forma activa o preparando el ataque sobre sus perseguidores. Habría también que tener siempre presente, nuevamente, que las maniobras individuales tal y como se explican en la sección de MCA, tienen muy poca aplicación en el vuelo en formación. Date cuenta de esto cuando veas los diagramas. Para que la Pareja Libre funcione correctamente los cazas deben mantener un nivel de energía bastante similar: cuando uno de ellos se queda atascado y pierde su energía realizando maniobras muy forzadas o entrando en combate individual con el enemigo, la relación se vuelve inconexa y se resiente en consecuencia. En el combate de Pareja Libre se lucha de una forma totalmente distinta, en un plano de trabajo en equipo que no tiene nada que ver con la del caza en solitario. Remuérdalo siempre: mantén alto tu nivel de energía, vigila como afectan tus movimientos a los de tu compañero y a los del enemigo, y no podrá salir mal.

El ataque en pinza o pinza[editar]

El ataque en pinza es la táctica de ataque primaria usada por el elemento o formación mayor cuando se encuentra frontalmente con el enemigo. Escenifica la filosofía de “libre – enganchado” y muestra claramente como y por qué la separación es una herramienta tan poderosa. Al forzar al enemigo a dividir su atención y tener que entrar solo a una parte del elemento (el caza enganchado), el caza libre obtiene una oportunidad de tiro claro. A lo largo del combate los papeles de caza libre y enganchado van cambiando según quién tiene en cada momento la atención del enemigo, hasta que consiguen derrotarlo. El movimiento inicial condiciona el desarrollo: partiendo de la separación de crucero, los dos cazas se abren en sentido opuesto dejando al enemigo en el medio, y entonces giran hacia él en un punto que se determina en función del estado energético, índice de acercamiento y distancia entre la pareja de vuelo y el atacante. En ese punto, si no antes, el enemigo debe decidir de quién de los dos se defiende – pues no se puede defender de los dos.

Archivo:Fig 46.jpg
Fig 46: Ataque en Pinza 2 contra 1.

La siguiente figura muestra (fuera de escala) la mecánica del ataque en pinza. Justo después de que la pareja aumente la separación lateral (a la orden de “¡Pinza!, ¡Ahora!”) ya se va viendo que el enemigo elige maniobrar hacia el caza de la derecha, probablemente por ser éste el primero en ceder ángulos. El enemigo actúa por reflejo, siendo el resto inevitable. El caza derecho se cruza de la forma usual con el enemigo, evitando el ataque con una maniobra evasiva y eludiendo la tentación de buscar un tiro. Mientras, el caza de la izquierda (el caza “libre”) ha iniciado ya la trayectoria de aproximación y se acerca a las seis del enemigo. En este punto el caza enemigo está casi muerto – solo es una cuestión de tiempo y de puntería por parte del caza “libre”. Como se observa en el esquema, lo que empieza como un combate igualado se convierte rápidamente en un “tiro al blanco”.

Cabe destacar aquí que el caza azul oscuro hace un amago de quedarse ‘”por fuera” del enemigo para obligar a éste a mantener su vector de sustentación sobre él después del cruce, lo que hace que quede en mejor posición para el tiro del caza “libre”. Esto es de lo más vital, dado que el instinto de mantener el vector de sustentación sobre la amenaza más cercana e inmediata es irresistible y por tanto se puede contar ello. Si hubiese pasado al enemigo por el interior, éste estaría girando hacia el caza “libre”, lo que sería menos deseable dado que el caza libre se encontraría con una situación de cruce frontal en lugar de a la cola del enemigo.

En lo sucesivo, las distintas variantes de la pinza se pueden aplicar indistintamente a un vuelo de dos elementos o un escuadrón de cuatro vuelos, entrando en combate con un único enemigo o una formación enemiga que vuela como uno solo. No obstante, cuando la formación enemiga se divide también, la pinza se pone más interesante.

Fig 47: Ataque en Pinza 2 contra 2.

En este caso entra en juego la misma mecánica. La diferencia es que en vez de producirse dos combates individuales por separado, el equipo azul se afana en eliminar al enemigo secuencialmente uniéndose en contra de uno de ellos tras dejar al otro clavado. La técnica es similar a la del combate 2 contra 1: ambos cazas se cruzan por la parte exterior con el enemigo de forma que los movimientos defensivos se hacen de uno hacia el otro. Por defecto el enemigo se esforzara en mantener sus vectores de sustentación sobre sus respectivos blancos, con un alto coste en energía, forzándose así a que vayan hacia el exterior y creándose una separación entre ambos que es imposible acortar a tiempo para evitar que el equipo azul elimine el objetivo elegido. La clave para el equipo azul está aquí en seleccionar y comunicarse que avión se elige para destruir primero. En un caso ideal, el blanco seleccionado se destruye en el movimiento de apertura del combate, y habiéndose quitado de en medio a uno de los malos, es bastante simple poner el punto final encargándose del escolta con una pinza 2 contra 1.

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Fig 48: Pinza Alta

Al igual que antes, esta táctica es aplicable a formaciones mayores (vuelo, escuadrón, grupo) sin variación contra formaciones de prácticamente cualquier tamaño. Sin embargo, si hay mucha disparidad entre las fuerzas, el elemento o vuelo haría mejor en pasar de largo y combatir otro día – salvo por supuesto que se tenga a mano una ventaja energética significativa.

La misma teoría sobre separación puede aplicarse en el plano vertical con los mismos alegres y predecibles resultados: la pinza alta. Aquí, el caza líder ordena la maniobra y comienza una trepada sostenida, ligeramente lateral para mantener al enemigo en visual, obligando al caza rojo a elegir entre entrar a la amenaza alta o a la baja. Muchos pilotos actúan instintivamente y van por la amenaza mayor, según se ve abajo, pero aún así está bien. Lo que ocurre es que el caza libre consigue un tiro que vale su peso en oro a las seis bajas del caza rojo, en un ángulo particularmente destructivo también. Supongamos que el caza libre se pierde de cualquier forma, lo cual es bastante desagradable, no supondría el fin del mundo ya que para el caza enganchado es muy sencillo trepar en espiral alrededor del vector del caza rojo y esquivar su tiro a velocidad de pérdida. En el caso de que el caza rojo fuera por el blanco a nivel, que haga un sencillo giro defensivo mientras el caza alto usa la ayuda de la gravedad para caer sobre el enemigo. ¡Pan comido!

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Fig 49: Pinza Baja

Igualmente, la separación se puede crear descendiendo uno de los cazas para realizar la Pinza Baja - el caza enganchado realiza una maniobra defensiva normal, con rotura exterior, provocando que el enemigo se escore hacia el exterior, dejando un blanco de primera para el caza bajo, en trepada. Es poco probable que el caza enemigo vaya a por el caza “bajo” – más probable es que el enemigo pase de largo y no quiera en absoluto aceptar el combate, en cuyo caso se da una situación clara para el caza libre de aprovechar el exceso de energía y girar hacia las seis en punto antes de que huya. Todo esto se ve con bastante antelación al cruce, por lo que hay tiempo disponible más que de sobra (¡dos o tres segundos!) para detectar y preparar la maniobra.

Lo único que puede estropearlo todo es la fuerte tentación que experimenta el piloto de equipo de maniobrar de forma individual contra el enemigo. Cuando se entra en combate con la filosofía de la Pareja Libre lo principal que hay que recordar es la separación. Cuando los cazas estrechan la separación, pierden la capacidad de apoyarse el uno al otro y de atacar secuencialmente. Dicho esto, la separación no debería ser nunca en un caso ideal mayor que un radio de giro o una maniobra básica –si la separación es muy grande el equipo pierde igualmente la capacidad de apoyarse y atacar secuencialmente. Son necesarias muchas horas de vuelo para perfeccionar este equipo, mucha comunicación y un montón de análisis después del combate para afinar los movimientos y las reacciones. No esperes que un equipo recién formado tenga éxito desde el primer día con la táctica de la Pareja Libre.

Ataque en Estela/Pescadilla[editar]

Cuando el elemento tiene la oportunidad de dejarse caer sobre un contacto enemigo volando confiado y bajo es muy aconsejable abrir la separación de forma intencionada manteniéndose el punto suspendido unos segundos antes de seguir al líder. Si falla el líder, el punto tiene una oportunidad clara de tiro sobre la parte cenital del avión enemigo si este rompe, o la posibilidad de empalarlo sin haber salido de su sorpresa, si se concentra en el líder. En realidad es bastante sencillo – lo único que hay que recordar es que el punto duplica el ataque del líder, es decir, si el líder realiza una persecución por las seis baja, el punto debería hacer igual, de forma que no lo coja ni sea visto por el enemigo. Tras el ataque, si no ha tenido éxito, el equipo azul debería realizar el siguiente movimiento en direcciones opuestas, esto es, una vez que el escolta ha finalizado su ataque, trepa alejándose del líder para crear la necesaria separación para otro ataque secuencial.

Fig 50: Ataque en estela

Rotura Cruzada[editar]

La rotura cruzada es un buen ejemplo de cómo la pareja de combate es siempre ofensiva, incluso cuando parece que se encuentran a la defensiva. A pesar de partir con un enemigo a las seis, la transición hacia el ataque es rápida y despiadada. La clave de la maniobra es detectar y actuar frente a la amenaza antes de entrar en el rango de tiro del enemigo lo cual es muy sencillo cuando se vuela en paralelo. El equipo hace un viraje sostenido de cada uno hacia el otro, mientras se observa al enemigo. El giro crea separación, forzando al enemigo a realizar una rápida elección sobre a quien atacar – no puede atacar a ambos a la vez. Esto, la elección del enemigo, se hará patente durante el giro, o si el combate se inicia a más larga distancia, según se vaya acortando. Si se iniciase la maniobra a muy larga distancia, se trataría como un ataque en pinza normal –asegurándote de mantener la suficiente separación lateral para forzar al contrario a tener que elegir para no poder atacar a los dos cazas a la vez. Una vez que se ve clara la intención del enemigo, el caza “enganchado” realiza una rotura como en la pinza (procurando pasar por fuera para forzar al enemigo a pasar escorándose hacia el exterior) mientras el caza libre se dirige a toda potencia a sus seis en punto. De aquí al final hay poco. Si no se consigue terminar aquí la partida y la situación exige más maniobra, hay que asegurarse de seguir trabajando sobre el enemigo desde distintas direcciones para obligarlo a romper o saturar su Conciencia Situacional. En otras palabras, mantened la separación.

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Fig 51: rotura cruzada

Sándwich o bocadillo[editar]

La separación también es útil si se emplea de cualquier otra forma. Si consideras que es mejor no hacer un viraje completo (como en la rotura cruzada) hacia el enemigo para evitar por ejemplo un área particularmente infestada, forzando a éste a fijar uno de los dos cazas, siempre da al segundo caza un tiro fácil. Es imperativo determinar a quien ha encañonado el enemigo: tan pronto como se observa que éste se decanta por el caza de la derecha, el caza libre vira hacia él en persecución anticipada.

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Fig 52: Sandwich, o rotura defensiva frente a un enemigo a corta distancia

El caza libre debe elegir con cuidado el momento del viraje, que sea preferiblemente con el enemigo enseñando la panza. Si gira muy pronto el enemigo puede cambiar de blanco, si gira muy tarde pone en peligro al caza enganchado. En general, esta maniobra debería iniciarse con el enemigo fuera de la distancia de tiro y con un índice de acercamiento moderado, para dar a la pareja suficiente tiempo de reacción. Estas ilustraciones no están escaladas de acuerdo a las envolventes de tiro, por lo que si en cualquier momento el caza enganchado estuviera a tiro, debería realizar movimientos defensivos.

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Fig 52b: misma maniobra con un enemigo a corta distancia:la ejecución se puede hacer más fácil con un coste más bajo en energía

El Bocadillo es peligroso porque depende de que el enemigo pique el anzuelo de un derribo aparentemente fácil – el caza enganchado cuenta con que su punto controla la situación y puede reducir la distancia antes de que lo haga el enemigo. Por tanto, siempre utiliza el Bocadillo con cautela y cuando las distancias y el índice de acercamiento sean manejables.

Media Rotura[editar]

La Media Rotura es prácticamente idéntica al Bocadillo – pero en este caso el enemigo se decanta por el caza que alarga. Lo crítico es este caso es medir el momento del reverso – si el caza que se está separando inicia el reverso muy pronto, puede pasarlo mal para alinear al enemigo e incluso pudiera deslizarse por delante de él, claramente poco deseable. El caza enganchado puede facilitar la maniobra variando su rumbo para que el caza libre tenga una maniobra más sencilla, esto es, reduciendo el ángulo de cola. Igualmente, esta maniobra se emplea mejor cuando las distancias y el índice de acercamiento son manejables – si el enemigo se encuentra muy próximo a su distancia de tiro, es preferible optar por alguna otra maniobra (por ejemplo la Rotura Cruzada).

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Fig 53: media rotura con el enemigo yendo a por el defensor que "alarga"

Zigzagueo Thach[editar]

Denominada así en honor a su inventor – el comandante Jimmy Thach de los USN -, la mejor forma de describir esta maniobra es como unas tijeras de equipo – giros en S alternos – muy cerca o dentro del alcance del enemigo. Solo puede ser realizada por formaciones de al menos el tamaño del elemento de combate, no la puedes realizar tu solo, y también requiere mucha práctica.

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Fig 54: Zigzag Thach

El Zigzagueo Thach o Defensa Relámpago como se denominó inicialmente, es una maniobra defensiva excelente y extremadamente intimidatoria (¡para el enemigo!) contra un único o múltiples aviones enemigos cuando tu propio avión es inferior o cuando tu mayor preocupación es desengancharte rápidamente. ¡Nótese que es absolutamente necesario volar en paralelo para realizar el Zigzagueo Thach! Un aspecto importante es que hay que realizar el viraje inicial a 45 grados (más o menos) del rumbo general. Si te ves forzado a girar más de 90 grados (es decir 180 grados en el giro siguiente) en relación al rumbo general, te vuelves estacionario y propenso a entrar en un peligroso combate de giros – en el que el Zigzagueo deja de funcionar. Es por tanto increíblemente importante mantener el avance hacia delante. Cada vez que las tijeras se “cierran” el caza libre tiene una breve oportunidad de tiro cruzado -con mucha deflexión y una descarga generosa de munición, preferiblemente sin carga (gravitatoria), el enemigo, que expone completamente su planta, debe atravesar una cortina de fuego.

El Zigzagueo también puede ser usado por formaciones (es decir sustituyendo los aviones individuales que aparecen en la ilustración por elementos o vuelos) a alta y baja velocidad. A altas velocidades y alcances largos, el Zigzagueo se debe hacer abierto y plano, esto es con giros más suaves y mayor separación. De esta forma, el equipo, los dos cazas perseguidos de cerca, pueden “ir quitándose enemigos de la cola el uno al otro” casi indefinidamente.

¿Qué pasa si no estás en paralelo sino en hilera (el punto sigue al líder) saliendo a toda prisa de territorio enemigo? Sencillo. Imagínate a ti mismo unos mil metros por detrás de tu líder. No muy atrás el malvado enemigo, aunque fuera todavía de su alcance. ¡Vas a toda pastilla, corriendo asustado, sabiendo que pronto te pillará y te habrá derribado! Y es cuando piensas en el Zigzagueo Thach, ¿Por qué no probarlo por variar? Seguro que es mejor que ser derribado gritando como una nena. Así que pides al tío de adelante virar unos treinta grados hacia un lado, mientras viras también un ángulo similar en sentido opuesto, para crear separación lateral entre ambos. Una vez distanciados, retomáis el rumbo anterior. El enemigo se tiene que inclinar por uno de los dos, dejando al otro libre. De repente la amenaza pesa solamente sobre la mitad de vuestra fuerza y además tenéis la posibilidad de contraatacar. Te encuentras en paralelo con tu punto, separado varios cientos de metros, el enemigo por detrás se esfuerza por reducir la distancia. Pide ahora a tu amigo que haga un giro sostenido (suave) hacia ti – haciendo tú lo mismo, girar hacia tu punto. ¡El enemigo intenta reducir la distancia acortando el giro pero no tiene ángulo suficiente! Y aquí llega tu punto, entrando con una espléndida desviación de 30 grados sobre el enemigo. ¡¡Ratatatatatatatatá!!


Debería ser fácil también ver ahora, que cuanta menos distancia haya entre los dos brazos de la tijera, más fácil será para el caza libre entrar en un combate de giros con el enemigo. En otras palabras, es relativamente sencillo para el caza libre trepar ligeramente, hacer un invertido y dejarse caer sobre el cuadrante dorsal del enemigo consiguiendo una oportunidad de tiro con poca deflexión.

El Zigzag tiene utilidad real en un combate de unos pocos contra muchos, contando con que llevas un avión que pude aguantar unos pocos impactos y seguir funcionando. Si sois cuatro contra catorce no os podéis permitir relajaros ni por un instante. Intenta visualizar el Zigzagueo en el que ambos brazos de la tijera son atacados. Si quieres sobrevivir tienes que dar bandazos, menearte y zigzaguear de la forma que sea hasta conseguir que se cierren las tijeras, donde la otra mitad del equipo puede acortar la distancia y abatir al enemigo.

Entrar y salir del combate[editar]

Habiendo localizado a “Trimcz” cerca de Herbaumont, lo ayudo a liberarse de dos 110s e iniciamos el camino de vuelta a casa en los alrededores de Mouzon. El grupo va regresando de zona de uno en uno o en parejas. Woolef vuelve prematuramente a base tras haber sido herido por un artillero de cola, Hammered colisiona tras una hora sobre posición, Duff muere en acción, pero los restantes regresan más o menos a salvo a base. El Grupo consigue 25 derribos confirmados frente a dos pérdidas, en una misión de 2 horas y 15 minutos de duración. Un estupendo ratio de regreso.

WWIIOL, Febrero de 2003.’’

Como ya se dijo anteriormente, es fácil ENTRAR en combate, pero es mucho más difícil SALIR de él. A tal fin, al comandante de vuelo astuto le incumbe saber cual es la vía de escape antes incluso de haberse unido a la lucha. Ayuda inmensamente la adhesión estricta al principio de “hacer una pasada, salir a toda pastilla”, al igual que tener un equipo que lo admita. Un solo miembro del vuelo puede echarlo todo a perder – todo el mundo debe estar muy al tanto de las reglas. Una y otra vez te encontrarás con formaciones que saben perfectamente entrar en el combate pero no tienen idea sobre como salir – en poco tiempo la formación queda empantanada y fragmentada en una serie de combates individuales en los que nadie apoya a nadie.

La formación entra en combate[editar]

Habiendo participado en innumerables combates formación contra formación, lo que me resulta más significativo es lo extremadamente pequeño que es el abanico de oportunidades y lo delgada que es la línea que separa un buen combate de uno malo: el líder de la formación debe tomar decisiones en décimas de segundo, comunicar sus órdenes, preferiblemente con el comandante de la fuerza, y maniobrar su formación y él mismo – todo en un intervalo de unos pocos segundos.

Estaba en el vuelo de Boomer, volando el segundo por la cola [no conocíamos otra forma] de la segunda columna, acabando de alcanzar los 33,000 pies en algún lugar en la zona de Hannover – nuestros Mustang se iban bamboleando a esta altura, a pesar de navegar a 400 nudos, nuestros cacharros iban rozando la entrada en pérdida – velocidad indicada sobre los 180 nudos. Un movimiento en falso, un momento de distracción y te quedabas atrás. Todo el mundo iba gritando a los rezagados: “¡Acercarse!¡Acercarse!”. Justo entonces, hacia nuestras 10 en punto lejanas, apareció un grupo desordenado de contactos, creciendo rápidamente. “¡Contactos! ¡A las 9 en punto!” – “¿Enemigos?” – “¿Grupo Rojo?” – “¡Focke-Wulfs!” – “¡Enemigos a las 9 en punto!”. Apenas tuvimos tiempo de asustarnos antes de verlos pasar majestuosamente por delante nuestro, a menos de 500 pies por encima y por delante, como un rayo de izquierda a derecha, sin desviar su rumbo ni un grado. Supongo que estaban tan sorprendidos como nosotros, porque giraron igual de poco, moviendo a duras penas las alas. Y aún si hubiésemos girado no habríamos tenido la más mínima oportunidad de cogerles.

Operación Pointblack, WarBirds 1.997

Las cosas suceden a gran velocidad en el aire. En un momento dado puedes estar en la más imponente de las formaciones y al momento siguiente haberse dispersado al viento, con todo el mundo intentando frenéticamente recuperar el control de la situación. El sello distintivo de la eficacia es cómo se abordan las oportunidades y el factor sorpresa, como grupo e individualmente. Sed conscientes que una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones: un piloto retrasado puede poner en riesgo a todo el grupo, un piloto que falla una pasada o que se queda empantanado sin velocidad ni altura puede llevar a la muerte a toda la formación por su ineptitud. Aunque esta mal visto dejar a un miembro de la formación en la estacada, el líder debe sopesar lo que es mejor para el grupo en su conjunto: a veces esto significa sacrificar al débil para salvar a los más fuertes. Da miedo desde luego ser abandonado en un cielo claramente hostil, sobre todo tras haber disfrutado de la relativa seguridad de una formación. De repente te sientes desnudo, vulnerable y lento – un blanco para cualquiera que te sitúe en su punto de mira. Como líder de la formación debes tener un plan de contingencia para tales situaciones: un “vector de escape”, un “punto de reunión”, o simplemente una orden de vuelta a base para el infractor. En alguna ocasión podrás permitirte el lujo de socorrer al piloto rezagado o al que está en apuros en combate, si no tienes que cumplir una misión concreta o te puedes permitir desperdiciar altitud. En otras ocasiones te puedes encontrar en un combate urgente con una formación de bombarderos o tengas el combustible justo para volver a base y debas elegir entre salvar un piloto o completar la misión. Estas decisiones no son nunca fáciles, pero se pueden tomar siempre y cuando los miembros de la formación sean conscientes de tus Reglas de Combate.

Nos dirigíamos hacia el sudoeste, a 28-30 K pies, desplegados en un grupo desordenado, como muchos otros, aunque supuestamente en dos secciones, buscando una manada de “Spitis” avistados sobre la Zona de Ramsgate. ¡Eureka! Cuento más de doce contactos, al frente abajo con rumbo norte - ¡allá vamos! Nuestro líder se lanza al ataque, el resto seguimos el ejemplo. Hago un ataque de barrido sobre el centro de la manada, que está haciendo un perezoso viraje a izquierdas, sin saber aparentemente qué hacer. Veo impactos sobre uno, que rompe fuerte a izquierdas, rompiendo la formación. Alargo la pasada con una trepada, viendo a la mayor parte de los miembros del vuelo persiguiendo enemigos hacia abajo, más abajo… más abajo, entrando en combates individuales, rompiendo en añicos la integridad de la formación. Nivelo el avión, intentando mantenerme sobre la acción, discernir el flujo general. Tras esto no conseguimos recomponer la formación.

Escenario Blitzkrieg!, Warbirds 1999

Cuando la formación no tiene otra doctrina de combate que “liarse y haber que pasa”, tienen que ocurrir forzosamente catástrofes pequeñas y grandes. Tú, como líder de la formación debes instruir a tus pilotos y asegurarte que han comprendido las ventajas de la formación de combate. Por regla general, tan pronto como un solo un piloto se olvida u omite las normas de buena práctica del combate en formación y se enzarza en un combate individual, la formación entra en el terreno resbaladizo de la destrucción escalonada. El líder debe por todos los medios imponer la disciplina, a riesgo de no tener formación alguna en absoluto. Dicho esto, es bastante desmesurado pretender que una formación ad-hoc se comporte al mismo nivel que un grupo afinado en combate, así que moderar las expectativas de uno mismo y adaptarlas por tanto a la capacidad de la formación ad-hoc en vez de perseguir el ideal, es probablemente la diferencia entre un grupo eficaz formado ad-hoc y uno ineficaz. O, dicho de otra manera, cuanto menos experiencia colectiva, tanto más básico (en el sentido de disciplinado y orientado a la seguridad) y breve debe ser el combate. La mayor parte de las veces saldrá bastante bien si dispones de al menos un buen piloto que haga de “segundo al mando” y jefe del segundo vuelo: reparte al resto entre los dos vuelo e instrúyeles en seguir al líder no importe el qué.

Otras veces tendrás el placer inequívoco de preparar de forma quasi-científica el ataque con tiempo suficiente para planificar la aproximación y las tácticas de equipo. No hay mayor recompensa que enfrentar una formación enemiga completa desde una posición de absoluta superioridad – saboréalo, dado que estos combates permanecerán para siempre en tu memoria. Recuerdo varios de estos combates y me considero afortunado por haber tenido la oportunidad de vivirlos. La sensación de tener el control absoluto sobre una situación delicada en potencia, y salir de rositas, es realmente excepcional.

Trepando sobre las montañas de Owen Stanleys en nuestros “Perros de Acero” (P-39es), los grupos de vuelo formando en paralelo, viramos a rumbo Norte para barrer de un lado a otro la zona de Dobodura a 25.000 pies. Un vuelo de Zekes vino a darnos la bienvenida: pasamos volando a través de ellos. Pudimos verlos pararse literalmente en el aire, esperando que diéramos la vuelta y presentáramos batalla. ¡No señor! Nos encontramos con otro vuelo, a nuestras 11 alto, entrando ahora a nuestras seis lejos y acortando rápido. Doy la orden: “¡Primer vuelo, continuad! Segundo vuelo giro suave al noreste, seguidme!”. Toda la manada de Zekes fue tras el primer vuelo. Al ver como acortan distancia le digo a mi vuelo que permanezca unido y rompemos hacia ellos, cortándolos el paso por así decirlo. ¡El primer vuelo está a punto de ser hecho picadillo! Vamos acortando distancia, el primer vuelo en estado ya de pánico, picando ligeramente para ganar velocidad, disparamos según llegamos. Uno, dos Zekes caen por los impactos del 37 mm y pasamos a través de ellos, alcanzando al primer vuelo. No nos paramos para mirar hacia atrás pero seguimos a toda prisa hacia Port Moresby para repostar y rearmar. No perdimos ni un solo avión en el encuentro, pero algunos fueron dañados y la mayoría conmocionados.

Escenario de Nueva Guinea, Warbirds, 2.000.

En el combate anterior, un líder menos experimentado seguramente hubiera perdido el control sobre el grupo y hubiera sido el primero en meterse de cabeza en el primer encuentro. El resultado hubiera sido bastante predecible: la formación hubiera podido conseguir algunos derribos (al ser los Zekes frágiles sobre todo) y es de imaginar que hubiera sido forzada a bajar al suelo y llevada a la muerte en partes más pequeñas. Unos pocos y afortunados supervivientes, en la periferia del combate podrían conseguir escapar, pero la formación se habría desecho y la misión habría fracasado abismalmente. Lo he visto pasar cientos de veces. Por así decirlo, aumentamos la separación entre vuelos y observamos con atención por cual se decidía el enemigo, para entonces hacerles el emparedado al reducir la separación. Esta media rotura a alta velocidad requiere una gran precisión y coordinación, y tuvimos suerte en reunir ambas cosas a la vez ese día.


La formación sale del combate[editar]

Según soltaba una última ráfaga a un 110 oí a “Hammered” decir “creo que es hora de volver”, y realmente lo era. “Sí, salgamos hacia el sur”. Morro abajo, alabeando sin parar, rumbo Sur. Recojo a “Hammered”: tenía a dos 109s y un 110 detrás de él. ¡Nada del otro mundo! Cojo velocidad, entro con energía y fuerzo a todos a romper. El 110 y uno de los 109s sin embargo, no abandonan. Al finalizar la pasada fulminante, “Hammered” trepa para despegarlos de mis seis. Viéndolos romper nuevamente con su ataque, me vuelvo para despejar la cola de “Hammered”. De esta forma nos los quitamos de encima, derribando a dos, y volvemos sanos y salvos a base

Saliendo del combate en el área de Metz, WWIIOL, 2.003.

La clave para salir del combate es mantenerse en movimiento. Esto suena horriblemente trillado –después de todo los aviones están en movimiento, ¿no? Sin embargo, con facilidad, la formación puede quedar más o menos estacionaria en un área, con pilotos luchando por superar solos al enemigo, en una serie de combates individuales descoordinados. La formación debe mantenerse en movimiento como un único cuerpo, y si se queda estacionaria el líder debe darse cuenta y ordenar la salida del combate en un rumbo determinado. Cuando se da la orden de abandono queda a expensas de cada piloto el desenredo de uno mismo y tomar sin demora el rumbo indicado, mientras se defiende y ayuda a sus compañeros de vuelo a soltarse. Aquel que se da la vuelta para presentar batalla y el que se queda atrás con la vana esperanza de conseguir otro derribo más, seguramente retrase la salida y consiga complicarlo todo.

Archivo:Fig 55.jpg
Fig 55: otra victoria del autor desde el punto de vista de su punto

Una vez que unos cuantos cazas hayan podido salir, deben recuperar energía y ventaja posicional, y ayudar a quitar los enemigos perseguidores a los restantes cazas que salen. Cuando esto ocurre, la formación está de nuevo en movimiento y puede usar tácticas de formación, arrastre y emboscada, emparedados, etc., para recuperar su integridad. Un combate en retirada con éxito es tan reconfortante como un combate frontal y a menudo proporciona los derribos más sencillos. Lo difícil es elegir bien el momento de la retirada – en general, siempre es mejor retirarse a renglón seguido de un gran ataque. Cuando el enemigo está a la defensiva o intenta reagruparse, ¡inicia la salida!

Es extremadamente difícil desenredarse uno mismo del combate cuando éste se ha vuelto en tu contra, no solo porque el enemigo está situado en rango de tiro a tus seis, sino porque es muy obvio que intentas salir del combate. El enemigo interpreta esto como una rendición, lo cual aumenta su motivación para derribarte. Por tanto, inicia la salida cuando el enemigo está todavía recuperándose. Algunas veces solo podrás hacer un ataque en condiciones antes de tener que salir, así que haz que sea contundente.

La salida debería ser hecha hacia un Punto de Reunión preestablecido, o si el punto de reunión no es seguro o simplemente fuera de vuestro alcance, en un punto cardinal en dirección contraria a la mayor parte de corredores aéreos enemigos. Si el enemigo espera que huyas en dirección a base, huye en sentido opuesto. Si el enemigo viene del Sur, pon rumbo Este u Oeste. Si el enemigo suele volar a media o alta cota, sal volando a ras de suelo.

Dependiendo de la habilidad del enemigo y de tu propio nivel, probablemente consigas perder a la mitad de la fuerza enemiga durante la maniobra de escape. Los restantes te perseguirán, forzando posiblemente a adoptar acciones evasivas radicales y a retroceder en ayuda de algunos compañeros de vuelo. Lo más importante aquí es proseguir la retirada, alejarse bien del grueso de la fuerza enemiga, y recuperar sin demora una formación tácticamente operativa (es decir en paralelo). Ajusta el vector de salida 45-90 grados respecto al rumbo inicial (¡aquel que han comunicado tus perseguidores al resto de la manada enemiga!) cuando te hayas despegado con éxito de la concentración enemiga principal. Poco a poco, empleando tácticas de equipo, iras reduciendo los perseguidores a un puñado, recuperando la conciencia situacional y la integridad de la formación, al tiempo que será obvio hasta para ellos, que avanzan por un estrecho sendero. Empezaron como perseguidores, pensando en conseguir unos derribos fáciles, y ahora no son más que carne de cañón. ¡Da la vuelta y derribalos!