Usuario:Sarabach

ELEGIA BREVE

                         A Celiano Monge

Envidio tu partida, bucólico buen hombre,

Con signo de poeta de algún quedo trinar.

Te vas sin los mordientes del buscado renombre,

Ni el obelisco trunco, ni el azorado lar.

Apenas aprendiste la trova balbuciente,

Apenas soportaste liviana carga ideal,

Y cuando los turbiones de la lírica ingente

Golpeaban los abismos, tú bien hallado, igual.

Pero fuiste elegido por bueno y por sedeño,

Mortero de ternura en más de un corazón,

Los númenes dormidos acunaron tu sueño,

Y la anécdota fue en tus labios canción.

Ambato entero siente tu emigración de niño.

Tu muerte no es la muerte. Oh patricio feliz!

Es justo que la historia retemple su cariño,

Y el vientecillo llore menos trémulo y gris.

D. Celiano, Mecenas para el lirida osado,

Regó tu mano abierta en todo predio afín,

Para ávida garganta durazno mascujado

Por diente marfilino sin desamor ni esplín.

Ya estás en el arcano de la otra ribera,

Talvez con el rapsoda de la “La virgen del Sol”,

Y sabrás que el jilguero teje nidos a Mera,

Y el cóndor desollado al grave Tomanvol.

Y por ello vale un salmo de tristura,

Tan leve y tan unánime como agua de bondad.

Que haya en tu lecho firmes alfombras de verdura,

Un mirlo mañanero y un sol de corta edad.

Y aún para ti la sombra errátil de la historia,

El mirto de Academo, superlativo prez,

Y con esto que sabe, a que bien sabe a gloria,

Adiós dómine augusto! de la escondida mies.