Impactos ambientales/Control integrado de las plagas y uso de agroquímicos

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Los insectos, malezas patógenos y otras plagas [1] son un hecho de la vida agrícola. Prosperan si existen una fuente concentrada y confiable de alimento, y, desafortunadamente, las medidas que se utilizan normalmente para aumentar la productividad de los cultivos [2] crean un ambiente aun más favorable para las plagas. Por eso, en cualquier agro sistema efectivo, se requiere el manejo inteligente de los problemas de las plagas.

La introducción de los pesticidas químicos [3] durante los años 40 fue considerada, generalmente, como una revolución de la agricultura. Eran, relativamente, económicos, y altamente efectivos, y llegó a ser una práctica común, como medida preventiva, su aplicación aun cuando no hubiera ningún ataque visible. Desde entonces, la experiencia ha demostrado que este método no sólo perjudica el medio ambiente, sino que a la larga es también ineficaz. Donde se han utilizado los pesticidas de manera indiscriminada, las especies de las plagas se han vuelto resistentes y difíciles, o imposibles de controlar. En algunos casos se ha creado resistencia en los vectores principales de las enfermedades [4], o han surgido nuevas plagas agrícolas. [5] En base a esta experiencia, los especialistas en la protección de cultivos han desarrollado un método más diversificado y duradero: el manejo integrado de plagas. Se fundamenta en los siguientes tres principios:

  • (a) Tanto como sea posible, se debe depender de las medidas no químicas para mantener las poblaciones de las plagas en un nivel bajo. Por ejemplo, se emplean métodos de cultivo que hacen menos hospitalario el medio ambienta para las plagas, y mantienen las plantas más sanas, para que puedan resistir o tolerar el ataque. Esto puede incluir la introducción de patógenos o enemigos naturales que no sean del área.
  • (b) El objetivo es controlar las plagas, no erradicarlas. Se vigilan las poblaciones de las especies de plagas importantes, y las intervenciones de monitoreo y control se hacen, únicamente, cuando sea necesario. (Los modelos estadísticos comunes que se utilizan son: el nivel del umbral económico (NUE), y el nivel del umbral para tomar acción (NUTAL). El primero se establece evaluando las pérdidas sufridas en base al valor del cultivo, los daños que éste puede tolerar durante cada etapa de su crecimiento sin perjudicar, mayormente, su rendimiento o valor en el mercado, y el costo de las medidas que se tendrían que tomar para proteger el cultivo. El segundo nivel se refiere a la magnitud de la población de las plagas que requeriría acción para controlarlas y evitar que lleguen al nivel del umbral económico. El uso adecuado de los umbrales de control reduce la frecuencia de aplicación de los pesticidas.)
  • (c) Cuando sea indispensable emplear los pesticidas, (Los “Pesticidas” incluyen las variedades siguientes: insecticidas, acricidas, herbicidas, arbocidas, rodenticidas, fungicidas, molusquicidas, miticidas, nematicidas, etc., así como los reguladores de crecimiento de las plantas (p.ej. las hormonas y los compuestos mejorados, genéticamente).) se escogen y se aplican de tal manera que los efectos para los organismos beneficiosos, los seres humanos y el medio ambiente, sean mínimos.

Dentro de estos principios básicos, los métodos pueden variar, dependiendo de los cultivos y las plagas. Asimismo, puede variar, considerablemente, el nivel de control necesario, especialmente, en el caso de las frutas y vegetales, porque los daños cosméticos pueden reducir, significativamente, su valor en el mercado.

  1. La palabra “Plagas” se refiere a todos los animales, plantas y microorganismos que tienen un efecto negativo sobre la producción agrícola
  2. por ejemplo, el monocultivo de las variedades de alta producción, el cultivo múltiple mediante la reducción o eliminación de los suelos descansados, el uso de los fertilizantes, etc.
  3. El término pesticida, que se utiliza aquí, es más ampliamente difundido que el nombre genérico exacto: biocida, literalmente: matador de la vida. El término pesticida sugiere que las plagas pueden ser distinguidas de los organismos no nocivos, que los pesticidas no lo matarán, y que las plagas son, totalmente, indeseables.
  4. p.ej. los mosquitos de la malaria
  5. Por ejemplo, todos los ácaros fueron fomentados por los pesticidas, porque no abundaban antes de su empleo.

no sirve Texto en negrita

Las inversiones han de diseñarse según los principios, ecológicamente solventes, y, económicamente sustentables, del manejo de las plagas. Cada país tiene una normativa específica, pero si no la tuviera se recomienda usar las normativas operacionales de las instituciones financieras, escogiéndose de preferencia la más rigurosa.

Sin embargo, esta práctica justificable requiere conocimiento especial en cuanto a las sustancias que están siendo utilizadas, y la forma de almacenar y aplicarlas. Es importante recordar que la mayoría de los pesticidas son compuestos tóxicos que se difunden en el medio ambiente, y que los maneja mucha gente. Su nivel de peligro para el ser humano y el medio ambiente, así como su margen de seguridad en el caso de mal uso, varían grandemente.

El mal uso puede causar una enfermedad grave o la muerte, contaminación del suelo y del agua, daños al ganado y a la fauna, y la disminución o eliminación de los enemigos naturales de las plagas. Por eso, es fundamental que se cree una conciencia alerta y preocupada con el manejo adecuado y la supervisión del uso de los pesticidas.

Los siguientes factores son advertencias que deben llamar la atención de los organismos encargados del control ambiental, durante la preparación, evaluación y supervisión de los proyectos: (a) financiamiento o uso importante de los pesticidas; (b) introducción o promoción del uso de los pesticidas en las áreas donde, actualmente, sean poco utilizados; (c) introducción o expansión de los cultivos (como el algodón, los vegetales o el arroz) que, a menudo, requieren niveles altos de pesticidas; (d) uso de los pesticidas que pueden representar un peligro importante para la salud o el medio ambiente; y, (e) dudas en cuanto a la rentabilidad de la inversión en el manejo de las plagas.

En general, resulta común reconocer el problema de los pesticidas en el caso de los proyectos agrícolas que tienen como objetivo la producción de cultivos; sin embargo, a menudo, se pasan por alto cuando son utilizados para reducir las pérdidas, después de la cosecha. Hay varios tipos de plagas (incluyendo los hongos) que causan pérdidas almacenados; y en los países en desarrollo el problema se complica más debido a las condiciones climáticas y la falta de una infraestructura de almacenamiento adecuada. Usualmente, los productos que se almacenan a granel, se fumigan o se tratan con polvos de insecticida diluidos. La fumigación puede ser extremadamente peligrosa para los seres humanos, requiere equipos y capacitación especializados, y puede dejar residuos tóxicos en los alimentos.

La protección de los cultivos es un parte integral del desarrollo agrícola, y se debe promover la “mejor práctica”, según la información que está disponible en ese momento. Por eso, es aconsejable la preparación de un plan de manejo de plagas para cada programa de desarrollo agrícola, que toma en cuenta los factores económicos, ambientales, sanitarios y de seguridad. Una parte fundamental de este plan es el programa de manejo integrado de plagas. Bajo este sistema, se utilizan los pesticidas como último recurso. Es conveniente el desarrollo y difusión de estos métodos a través de la investigación, extensión y capacitación, y la promoción de las políticas de apoyo que existen dentro del país prestatario.

La identificación y preparación de cada proyecto de desarrollo agrícola debe incluir los problemas que se espera tener con las plagas, y las medidas para su control, a fin de determinar:

  • (a) el grado en que las prácticas actuales concuerdan con el manejo integrado de plagas;
  • (b) los problemas y oportunidades para mejoramiento; y, (c) la estrategia que se vaya a utilizar.

El proyecto y las operaciones que se relacionan con plagas (investigación agrícola, proyectos de extensión, o préstamos sectoriales) deben ser diseñados para que los complementen, llenando los vacíos de conocimiento, infraestructura y recursos humanos o promoviendo las reformas de las políticas que faciliten el uso del manejo integral de las plagas.


Las inversiones han de diseñarse según los principios, ecológicamente solventes, y, económicamente sustentables, del manejo de las plagas. Cada país tiene una normativa específica, pero si no la tuviera se recomienda usar las normativas operacionales de las instituciones financieras, escogiéndose de preferencia la más rigurosa.

Sin embargo, esta práctica justificable requiere conocimiento especial en cuanto a las sustancias que están siendo utilizadas, y la forma de almacenar y aplicarlas. Es importante recordar que la mayoría de los pesticidas son compuestos tóxicos que se difunden en el medio ambiente, y que los maneja mucha gente. Su nivel de peligro para el ser humano y el medio ambiente, así como su margen de seguridad en el caso de mal uso, varían grandemente.

El mal uso puede causar una enfermedad grave o la muerte, contaminación del suelo y del agua, daños al ganado y a la fauna, y la disminución o eliminación de los enemigos naturales de las plagas. Por eso, es fundamental que se cree una conciencia alerta y preocupada con el manejo adecuado y la supervisión del uso de los pesticidas.

Los siguientes factores son advertencias que deben llamar la atención de los organismos encargados del control ambiental, durante la preparación, evaluación y supervisión de los proyectos: (a) financiamiento o uso importante de los pesticidas; (b) introducción o promoción del uso de los pesticidas en las áreas donde, actualmente, sean poco utilizados; (c) introducción o expansión de los cultivos (como el algodón, los vegetales o el arroz) que, a menudo, requieren niveles altos de pesticidas; (d) uso de los pesticidas que pueden representar un peligro importante para la salud o el medio ambiente; y, (e) dudas en cuanto a la rentabilidad de la inversión en el manejo de las plagas.

En general, resulta común reconocer el problema de los pesticidas en el caso de los proyectos agrícolas que tienen como objetivo la producción de cultivos; sin embargo, a menudo, se pasan por alto cuando son utilizados para reducir las pérdidas, después de la cosecha. Hay varios tipos de plagas (incluyendo los hongos) que causan pérdidas almacenados; y en los países en desarrollo el problema se complica más debido a las condiciones climáticas y la falta de una infraestructura de almacenamiento adecuada. Usualmente, los productos que se almacenan a granel, se fumigan o se tratan con polvos de insecticida diluidos. La fumigación puede ser extremadamente peligrosa para los seres humanos, requiere equipos y capacitación especializados, y puede dejar residuos tóxicos en los alimentos.

La protección de los cultivos es un parte integral del desarrollo agrícola, y se debe promover la “mejor práctica”, según la información que está disponible en ese momento. Por eso, es aconsejable la preparación de un plan de manejo de plagas para cada programa de desarrollo agrícola, que toma en cuenta los factores económicos, ambientales, sanitarios y de seguridad. Una parte fundamental de este plan es el programa de manejo integrado de plagas. Bajo este sistema, se utilizan los pesticidas como último recurso. Es conveniente el desarrollo y difusión de estos métodos a través de la investigación, extensión y capacitación, y la promoción de las políticas de apoyo que existen dentro del país prestatario.

La identificación y preparación de cada proyecto de desarrollo agrícola debe incluir los problemas que se espera tener con las plagas, y las medidas para su control, a fin de determinar:

  • (a) el grado en que las prácticas actuales concuerdan con el manejo integrado de plagas;
  • (b) los problemas y oportunidades para mejoramiento; y, (c) la estrategia que se vaya a utilizar.

El proyecto y las operaciones que se relacionan con plagas (investigación agrícola, proyectos de extensión, o préstamos sectoriales) deben ser diseñados para que los complementen, llenando los vacíos de conocimiento, infraestructura y recursos humanos o promoviendo las reformas de las políticas que faciliten el uso del manejo integral de las plagas.

Guía para las evaluaciones ambientales[editar]

El manejo integral de las plagas no contempla, necesariamente, ningún procedimiento sofisticado de recolección de información, o toma de decisiones. Este proceso puede ser introducido en cualquier etapa del desarrollo agrícola, por ejemplo, variando las prácticas básicas de manejo de los cultivo, como el tiempo de la siembra, el espacio entre las plantas y la eliminación de los desechos. Se puede comenzar con poca información o personal administrativo especializado. Sin embargo, los siguientes factores fortalecerán la efectividad de cualquier programa de manejo integrado de plagas:

  • (a) El entendimiento de las interacciones entre los elementos del ecosistema agrícola local (p.ej., los cultivos, las plagas, los organismos beneficiosos, el ambiente abiótico, etc), y de las perturbaciones que puedan producir el uso excesivo o inadecuado de los pesticidas;
  • (b) El desarrollo, con la participación de los agricultores, (“La participación de los agricultores” significa que la gente (a menudo, las mujeres) realiza el trabajo.) de un plan para manejar las plagas, empleando métodos prácticos para reducir su concentración (incluyendo los métodos que se relacionen con el sistema de producción, o los que se apliquen, específicamente, al manejo de las plagas);
  • (c) El establecimiento de los niveles prácticos de umbral económico y de acción, para las plagas claves;
  • (d) El desarrollo de los sistemas prácticos para el monitoreo de las poblaciones de las plagas o sus niveles de infestación (sea colectivamente o por agricultores individuales) y de cualquier infraestructura de apoyo que se requiera para sostenerlos;
  • (e) La existencia (o promoción) de la capacitación para los agricultores en cuanto a los principios y prácticas del manejo integrado de plagas;
  • (f) La disponibilidad de los materiales y equipos adecuados, incluyendo el establecimiento de insectarios, donde sea apropiado, para facilitar el manejo biológico de las plagas;
  • (g) El apoyo social y/o económico que le proporciona al agricultor, tanto el incentivo, como la oportunidad para reducir al mínimo el costo del manejo de plagas, y aumentar la productividad de manera permanente.

Asimismo, no necesariamente debe ser sofisticada la investigación de los métodos que se emplean para proteger los cultivos y manejar las plagas, pero debe ser amplia. Además de verificar la eficacia (y características ambientales y toxicológicas) de los pesticidas, el plan completo de investigación debe incluir.

  • (a) Los estudios básicos del ecosistema agrícola, abarcando la biología y los ciclos vitales de los cultivos, las plagas y los organismos beneficiosos, y sus interacciones (p.ej. identificación y clasificación de las plagas y sus enemigos naturales, y evaluación del impacto de éstos sobre la población de las plagas).
  • (b) El desarrollo y mejoramiento de las variedades de cultivos que son resistentes a las plagas.
  • (c) El estudio de las prácticas culturales para la reducir la población de las plagas (p.ej. rotación de cultivos, siembra simultánea de dos cultivos, sincronización de la siembra y el riego, sanidad de los cultivos, preparación de la tierra, espacio entre las plantas, etc.).
  • (d) La investigación de los métodos biológicos de manejo, como la difusión de los enemigos naturales nativos, o introducidos, los pesticidas microbícos, los feromonas, los repelentes, etc.
  • (e) La identificación de los pesticidas y las técnicas de empleo que tengan un efecto mínimo sobre los organismos beneficiosos, los seres humanos y el medio ambiente. (Para una discusión de los criterios que pueden servir para determinar cuáles pesticidas deben ser restringidos (por ejemplo, debido a su toxicidad aguda para los mamíferos y organimsos no objetivos, permanencia en el medio ambiente, efectos crónicos en la salud etc.), ver WHO Recommended Classification of Pesticides by Hazard de la Organización Mundial de la Salud.)
  • (f) Determinación de los impactos reales de las diferentes plagas y sus niveles de población sobre el rendimiento y la calidad de la cosecha.
  • (g) El estudio de las prácticas tradicionales de manejo de las plagas, empleadas por los agricultores locales, porque, a menudo, éstas tienen una base biológica racional. (Sin embargo, algunas veces tales prácticas están basadas en percepciones erróneas de la importancia de plagas sumamente visibles o puede no ser más efectiva debido al cambio de condiciones. También pueden haber sido desarrollados compuestos naturales que son extremadamente tóxicos. Un intento puede ser realizado al identificar las substancias y controlar su uso.)

Es más probable que la investigación realizada con la participación activa de los beneficiarios, produzca tecnologías que sean prácticas para las condiciones socioeconómicas locales, y por tanto, sean adoptadas por los usuarios. Por eso, debe ser una característica esencial de toda investigación de manejo de plagas, que los agricultores y campesinos se integren el proceso de planificación e implementación, y que se de énfasis a la realización de ensayos en sus terrenos; para ese proceso, debe constituir un vínculo valioso entre los agricultores y los investigadores, el servicio de extensión agrícola.

El proyecto puede apoyar la investigación del manejo integral de las plagas de la siguiente manera: (a) proveer ayuda técnica para evaluar y desarrollar los planes para controlar las plagas, o los programas de investigación en las áreas específicas; (b) ofrecer becas de capacitación para los investigadores y técnicos; (c) mejorar las instalaciones de investigación; y, (d) dar becas para proyectos de investigación y fortalecimiento institucional específicos. La División Regional para el Medio Ambiente puede ayudar a identificar los consultores o instituciones de capacitación apropiados.

Capacitación y extensión[editar]

El manejo integrado de plagas debe ser el enfoque central de la educación y capacitación que se relacionan con la protección de los cultivos a todo nivel: el de los formuladores de las políticas gubernamentales, los compradores importantes de las cosechas, los colegios agrícolas y universidades, los proveedores de pesticidas, los extensionistas, los agricultores, etc. Para los campesinos, la educación en este sentido es sumamente importante, porque, en muchos países, las principales fuentes de información y asesoramiento para el agricultor provienen de los representantes o intermediarios que venden los pesticidas, y tienen poca o ninguna experiencia en cuanto a los aspectos técnicos de su uso seguro, y existe un incentivo importante para enfatizar los beneficios sobre los riesgos.

Deberá ser resaltado el papel importante que juegan los enemigos naturales en el manejo de la población de las plagas. Muchos agricultores no entienden este concepto, ni sus principios básicos (p.ej. muchos no diferencian entre los insectos benéficos y los dañinos). Tampoco es sorprendente, el hecho de que algunos campesinos no distingan entre los diferentes pesticidas (creen que cualquier producto sirve para cualquier plaga o cultivo), o que no reconozcan la importancia de utilizar la dosis adecuada en el momento apropiado. Como los pesticidas, a menudo se venden de segunda o tercera mano en las áreas rurales remotas, los agricultores pueden comprar productos sin recibir la información acertada que les indique, que son, y cómo deben ser empleados. Los extensionistas deben estar listos para aconsejar a los agricultores en cuanto al manejo y uso correcto de los pesticidas, y los peligros que representan para ellos, sus familias y el ganado.

Por eso, la capacitación debe proporcionar un entendimiento claro de los pesticidas; sus efectos y limitaciones, los peligros que representan para la salud y el medio ambiente, y las normas para su uso y manejo seguro y efectivo. Además de los canales normales de extensión, se debe emplear una variedad de métodos y medios de comunicación (por ejemplo, la radio, la televisión, el cine, los folletos ilustrados y las revistas de tiras cómicas) para vencer el problema del analfabetismo y para difundir la información lo más ampliamente posible.

Se debe dar capacitación, información y materiales educativos especiales, relacionados al Manejo Integrado de Plagas y a los pesticidas, a las siguientes personas:

  • (a) Los almacenistas, vendedores, grupos de agricultores, o cooperativas agrícolas que venden o distribuyen los pesticidas, para asegurar que todos entiendan su naturaleza tóxica.
  • (b) Los médicos, centros de salud comunitarios y grupos de mujeres (especialmente, con respecto a los síntomas y el tratamiento de la intoxicación con pesticidas);
  • (c) El personal de las instituciones que otorgan crédito, para ayudarles a entender las ventajas económicas del manejo integrado de plagas y para alentarles e incitarles a que no se impongan condiciones sobre los préstamos que crean dependencia en cuanto a los pesticidas, o los materiales muy peligroso;
  • (d) Los profesores de escuela y alumnos (y sus padres) de las áreas rurales

Marco de política[editar]

Si bien la investigación, la educación y los canales de distribución pueden proporcionar las herramientas necesarias para el manejo racional y eficaz de las plagas, sin embargo, los agricultores deberán ser incentivados para su aplicación. Por eso, al evaluar el componente de protección de las cosechas de un proyecto, es importante estudiar el marco de las políticas económicas y la estructura de los incentivos, y, si es necesario, se debe proponer las medidas eficaces para corregirlos. Claramente, si el uso de los pesticidas se promueve mediante subsidios del gobierno o de las agencias donantes, o los requerimientos del mercado, se reduce el incentivo para limitar su uso.

Monitoreo, evaluación y supervisión[editar]

Es difícil controlar y evaluar el desarrollo e implementación de los programas de manejo integrado de plagas, porque la base científica requiere mucho tiempo para su desarrollo, y también, porque los agricultores, probablemente, no adoptarán de inmediato, la tecnología que se les ofrece. Por eso, a menudo, se deberá medir el progreso, inicialmente, sólo en base al establecimiento de los procesos correctos: los programas adecuados de investigación y capacitación (con el personal y apoyo necesario); los vínculos fuertes entre la investigación y la extensión; etc. Asimismo, se deben evaluar los avances logrados con respecto a las políticas y la infraestructura (p.ej. la eliminación de los subsidios sobre los pesticidas) , la seguridad del uso de los pesticidas y la exposición humana a los mismos, y la contaminación ambiental (por ejemplo, las aguas superficiales y freáticas, la fauna). Cabe recordar que la posibilidad de poder competir en el mercado es un factor importante para el agricultor, y todo programa exitoso de manejo integrado de plagas, debe tratar, efectivamente, este problema.

Si se introduce un programa de manejo integrado de plagas en un área donde el uso de los pesticidas ha sido elevado, probablemente, un buen indicador de su implementación exitosa será una reducción en su uso, dentro de pocos años. Al comienzo del proyecto, se debe establecer un sistema de monitoreo de la población de las plagas, y vincular el resultado del monitoreo y control a la eficacia de la intervención.

Si no existe, localmente, la capacidad técnica o institucional necesaria para efectuar este monitoreo y supervisión, hay que planificar los pasos necesarios para adquirirla. Se debe buscar la cooperación formal o informal de las organizaciones no gubernamentales locales. Donde sea apropiado, se debe facilitar la supervisión de la institución financiera, incluyendo la participación de expertos técnicos (locales o internacionales).

Contenido del informe de evaluación[editar]

En el caso de un préstamo agrícola, este reporte debe indicar la manera en que se observarán los lineamientos durante la preparación del proyecto, y cómo su implementación será evaluada y supervisada. Debe explicar, tan cabalmente como sea posible, los problemas con las plagas que se espera tener, y las prácticas actuales, utilizadas para su manejo. En el caso de que no sean compatibles con los principios del manejo integrado de plagas, dicho reporte debe incluir la lista de los pasos que han de tomarse en los proyectos propuestos para que se cumplan las normas. Se debe consultar tomarse en los proyectos propuestos para que se cumplan las normas. Se debe consultar sobre las áreas de conflicto (p.ej. la malaria versus el pantano, el drenaje versus el uso de los insecticidas). Necesariamente, los pesticidas que se escojan deben ser justificados, explícitamente, en el informe, y éste ha de incluir la capacitación, monitoreo, precauciones, y otras medidas preventivas que reduzcan los riesgos para el medio ambiente.

Asimismo, este Reporte debe tratar las prácticas y problemas actuales, y proponer medidas de mejoramiento con respecto a la selección, uso y eliminación de los pesticidas. Deben ser considerados los siguientes aspectos:

  • (a) Los problemas existentes o anticipados en cuanto a las plagas. Se debe proporcionar la información sobre los objetivos específicos relacionados con los cultivos y las plagas, para ayudar en la identificación de las tecnologías disponibles para su manejo integrado, y las que hayan sido desarrolladas en otras áreas, y que puedan ser adaptadas a las condiciones locales. Asimismo, hay que proveer información sobre las plagas que representen, localmente, una amenaza para la salud pública, y los programas de control que ya estén en operación, porque éstos pueden afectar las opciones que están disponibles para manejar las plagas agrícolas;
  • (b) Los planes y métodos propuestos para el manejo de plagas;
  • (c) El marco institucional actual en cuanto a la protección de los cultivos (por ejemplo, ¿el manejo de plagas es la responsabilidad de un servicio gubernamental o comercial, o de los agricultores como individuos?; ¿Los canales Gubernamentales suministran los pesticidas, o son las empresas comerciales?; ¿los pesticidas tienen un subsidio gubernamental?; ¿la demanda de mercado por los productos de cierta calidad, fomenta el uso de los pesticidas?);
  • (d) La infraestructura institucional existente y la capacidad para:
    • (i) tratar los problemas de las plagas (incluyendo su diagnosis y el monitoreo de los niveles de la población, los impactos sobre los cultivos y el intercambio de información en la región);
    • (ii) realizar investigación aplicada para desarrollar y verificar, con la participación de los agricultores, las tecnologías de manejo de plagas (incluyendo el control biológico, la siembra simultánea de cultivos, el mejoramiento de las prácticas culturales y el desarrollo de variedades resistentes);
    • (iii) difundir la información y las nuevas tecnologías necesarias para el manejo de plagas, y dar capacitación a los agricultores; y
    • (iv) proveer los servicios e insumos, y las medidas necesarias para recuperar el costo de cualquier servicio o insumo (incluyendo la presencia o ausencia de subsidios) proveniente del sector público.
  • (e) Cualquier recurso acuático u otros que sean importantes para el medio ambiente, que existan en el área del proyecto propuesto, y que puedan representar preocupaciones especiales en cuanto al uso de los pesticidas, u otros aspectos del manejo de plagas (p.ej., los acuíferos que se utilicen para agua potable, pesca natural o comercial o criaderos de las especies acuáticas que se encuentren aguas abajo, los parques o reservas cercanos, la presencia de especies en peligro de extinción que pudieran ser perjudicadas).
  • (f) La legislación relacionada con la protección de las cosechas y la importación uso de los pesticidas, sus reglamentos y la capacidad de imponerlos. Estos incluye: los reglamentos que se refieren a los procedimientos de solicitud, la capacitación del personal que realizará ese trabajo, y las instrucciones que acompañan a los productos (fertilizantes, fungicidas, pesticidas, etc.) y, la capacidad para realizar una evaluación confiable de la toxicidad de los pesticidas, la exposición humana a los mismos, y los residuos que queden en los alimentos y en el medio ambiente.
  • (g) Los paquetes de tecnología que se ofrecen a los agricultores para aumentar su producción agrícola (usualmente, esto incluye las semillas mejoradas, los fertilizantes, los pesticidas, las prácticas culturales, etc).

El manejo integrado de plagas no se adapta a los paquetes estandarizados; sin embargo, en la mayoría de los casos, la introducción de estos paquetes tiene un impacto importante sobre la situación de las plagas, y viceversa. Por eso, deben ser evaluados en cuanto a su efecto potencial, tanto para el ecosistema agrícola, como para las posibilidades de adoptar un procedimiento integrado para manejar las plagas.


Referencias[editar]

  • Nota de Política Operacional N° 11.01: “Pautas para la Selección y Uso de los Pesticidas en los Proyectos que tienen Financiamiento del Banco, y para su Adquisición, si ésta es Financiada por el Banco “ (marzo 1985).
  • La Directiva Operacional N° 4.02: Manejo de Plagas Agrícolas”