Fotografía Arquitectónica/Reseña histórica, científica y conceptual/Luz, Vista y Percepción
El sentido de la vista es el que nos permite captar la luz reflejada en los objetos y el ambiente, y con ella la forma, los colores y las texturas. Esta es la primera parte del proceso de percepción que culminará en la evaluación y apropiación de lo percibido.
El sentido de la vista es quizá el pincipal de nuestros sentidos externos conscientes. El ser humano, para interactuar con otros individuos y con su ambiente se vale de los sentidos para obtener información. Contrariamente a lo que aprendimos en la primaria -desarrollado por Aristóteles hace ya casi dos mil quinientos años- tenemos más de cinco sentidos. A los cinco sentidos estudiados por Aristóteles, que correponden a los sentidos externos concientes, habría que agregar dos más, ya que el sentido del tacto, en realidad se trata de tres sentidos complementarios diferentes: el sentido de la presión, el de la temperatura y el del dolor. También poseemos ottos sentidos externos, pero estos no son concientes, es decir, no nos damos cuenta conciente de que los tenemos, pero contamos con organos para percibir a través de ellos lo que nos rodea: tenemos el sentido químico general, el sentido del equilibrio y el del movimiento y posición de nuestros miembros.
Finalmente tenemos también los llamados sentidos internos, que son definitivamente más interesantes y los que nos van haciendo humanos, nos hacen distinguirnos de los amimales. Es cierto: somos mamíferos, nos reproducimos vivíperamente, nos alimentamos de nuestra madres, pero somos mucho más que eso. También es cierto que somos bípedos implumes, pero la tenencia de dos patas (piernas por favor!) y nuestra carencia de plumas no son suficientes para definirnos como seres humanos. Me parece que en la presencia de los sentidos internos (algunos de ellos exclusivos del ser humano) es dónde podemos encontrar un punto de partida lo sufientemente claro y completo para definirnos como humanos. Y sin embargo, por una carencia en nuestra formación nos va a costar más trabajo entenderlos como sentidos. No es el propósito de este libro entrar en los detalles o dar una explicación y argumentación convincente de cuales con las notas constitutivas de los sentido o de demostrar y explicar el porque de etos sentidos internos. Para eo recomiendo al lector interesado leer otras obras como xxxx.
El primero de los sentidos internos es la memoria, por medio la cual volvemos a percibir impresiones pasadas que se hicieron y guardaron en nuestra mente por medio de los sentidos. El segundo es la imaginación, por medio de la cual somos capaces de tener percepciones desde nuestro interior, si bien se nutre de la experiencia sensible pasada. Es decir un ciego de nacimiento, desafortunadamente, no tiene la capacidad de tener imaginación visual, dado que nunca tuvo esta experincia, en en cambio a alguien que se queda ciego, o incluso que tiene un problema visual como las cataratas, si le es posible tener imaginación visual, si es capaz de recrear en la mente imágenes que no parten del exterior, sino de su interior. La imaginación, la capacidad de visualizar cosas inexistentes es una habilidad fundamental para los diseñadores, los espacios que creamos los arquitectos son imaginados en nuestro interior y posteriormente materializados en planos y construcciones.
Los dos siguientes sentidos son todavía más difíciles de entender
Sabemos que los animales tiene memoria, pero desonocemos si tienen imaginación, sabemos también que es muy posible que tengan sentido común (por más raro que suene esto, por favor lea el párrafo anterior para saber exsctamente a qué me estoy refiriendo) y estamos completamente seguros de que no tienen cogitativa.
Depués de interiorizar la imagen, ocurre en nuestra mente un proceso integral de complementación, donde a la imagen visualizada se le incorporan otras experiencias perceptuales, ya sea que estas se hayan interiorizado por medio de otro sentido, que sus imágenes se hayan retrotraido de percepciones previas, almacenadas ahora en la memoria o que sea el individuo el que las construya por medio de la imaginación, a este proceso, en el realintsmo crítico se le conoce como phatasma (de fantasía).
Nuestros phantasmas, de alguna manera, determinan nuestra subjetividad, cada individuo tiene cargas perceptuales y simbólicas diferentes y esas diferencias hacen que el objeto percibido, en este caso la fotografía, sean evaluados e interiorizados de formas igualmente diferentes. Lo que a alguien le pueda parecer solemne, puede parecerle triste a otra persona, por ejemplo. También por esta subjetividad las personas pueden recordar de diferentes maneras un mismo suceso, quizá a partir de una misma fotografía. Lo cual a final de cuentas querría decir que hay mucha construcción, mucha imaginación en nuestras memorias. Y yendo más allá, que el pasado también se puede diseñar y manipular. Claro la evaluación y apropiación que de él tenemos en nuestro interior.
La fotografía, sin editar o manipular, constituye una evidencia, un punto de partida, incontrovertible. Lo que aparece en la fotografía es la evidencia de un hecho. Y a partir de esta evidencia (y creo que esa es la razón por la cual apreciamos tanto las fotografías) se disparan varias experiencias perceptuales, como la apreciación estética, la complementación, la memoria, la imaginación, la evaluación y la apropiación.