Likutey Moharan/Parte 1/Torá 228
orá 228:1 1 ¡Sabe! cuando el Santo toma nota de un alma que es capaz de hacer que la gente se arrepienta y de hacer conversos, entonces Él mismo, por así decirlo, busca y dispone que esa [alma] tenga oposición. 2 Esto se debe a que los conversos no son aceptados en la era mesiánica o en los días de Shlomo (Yevamot 24b) debido a la majestad [judía]. En tales circunstancias no se convierten por amor, sino porque son testigos de la eminencia de los judíos. [Sinceros] GeRim (conversos) son principalmente aquellos que se convierten en un momento en que los judíos están sufriendo de pobreza y opresión, como está escrito (Isaías 54:15), “quien GoR (moró) contigo”—en tu pobreza (Yevamot , ibíd.). 3 Es pues necesario que alguien que haga arrepentirse y haga sufrir oposición a los conversos, para que no tenga tranquilidad. Pues entonces, cualquiera que se acerca a él es sincero; entonces él puede hacer conversos de buena fe, no [conversos que están] motivados por la paz y la satisfacción, como se explicó anteriormente. 4
Esta es la explicación de “Yaakov habitó en el área de la meguray (morada) de su padre” (Génesis 37:1). El Midrash declara: “el meGuRaY de su padre”: hizo conversos, como lo habían hecho sus padres (Bereishit Rabbah 84: 4); como si estuviera escrito “miGiyuRaY (de los conversos) de su padre”. 5 Esta es la explicación de lo que nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron: “Yaakov se estableció”—Yaakov buscó morar en tranquilidad, pero fue inmediatamente acosado por la irritación con respecto a Yosef. Es decir, debido a que Yaakov hizo conversos, el aspecto del “meguray de su padre”, no pudo establecerse en tranquilidad, para que los conversos fueran sinceros. Si hubiera tenido tranquilidad, no hubiera podido hacer conversos, porque los conversos no son aceptados en la era mesiánica, como se explicó anteriormente.