Quehacer científico/Las formas del saber y la racionalidad científica/La Racionalidad

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La racionalidad es la capacidad que permite pensar, evaluar, entender y actuar de acuerdo a ciertos principios de optimidad y consistencia, para satisfacer algún objetivo o finalidad. El ejercicio de la racionalidad está sujeto a principios de optimidad y consistencia. Cualquier construcción mental llevada a cabo mediante procedimientos racionales tiene por tanto una estructura lógico-mecánica distinguible (razonamiento). La racionalidad y el conocimiento experto son el fundamento de la planificación como práctica característica de la modernidad. La convalidación de las creencias para presentarlas como afirmaciones verdaderas traducibles a acciones son materia de la racionalidad. La modernidad hereda del iluminismo el ideal perseguido de democracia, y por ende pareciera que a mayor racionalidad, mayor democracia. Plantea que la democracia se construye con la racionalidad instrumental del individuo experto, conocedor y científico, que en nombre de la ciencia propone las estrategias para alcanzarla. Racional, por lo tanto, es aquello que surge del raciocinio, que resulta conforme a la razón o que está dotado de ella. Por ejemplo: “No me expliques lo que pasó con argumentos insólitos: quiero oír una explicación racional”, “El diputado ha demostrado ser un hombre racional que sabe cómo actuar ante estas circunstancias”, “Si fueras un poco más racional, no hubieras comprado un coche semejante sólo por impulso”. Lo racional se opone a lo irracional. Si un hombre tiene problemas cardíacos, una conducta racional implica que cuide su salud y que no tome riesgos innecesarios. En caso que dicha persona decida saltar en paracaídas, podría decirse que no actúa de manera racional.

La racionalidad humana

El ser humano puede usar la razón para evaluar la mejor manera de alcanzar un determinado objetivo. El ser humano tiene otras formas para tomar decisiones o idear comportamientos donde la racionalidad no parece el principal factor. Estas decisiones o comportamientos, adjetivadas a veces como "irracionales" en realidad esconden frecuentemente aspectos de racionalidad limitada y aspectos de imitación social otras veces. Algunas conductas humanas parecen completamente "irracionales" (desde la perspectiva de la maximización de la satisfacción a corto plazo), y muy pocas son completamente "racional" (en el sentido de maximizar la consecución de un objetivo). Generalmente suele decirse que todos los humanos son racionales, pero tal afirmación pasa por alto que existen humanos que no actúan de acuerdo a lo que se define por racional o lo hacen en un grado disminuido, por ejemplo, bebés, discapacitados psíquicos graves, seniles, etc. Es por ello que a estos individuos no se les exigen los mismos deberes que a humanos plenamente racionales. En ocasiones, la línea que divide lo racional de lo irracional es muy delgada, y resulta difícil percibirla con nitidez. La decisión de una mujer que ocupa un puesto gerencial en una gran empresa y que opta por renunciar para poner en marcha su propio emprendimiento puede ser considerada como racional por algunos (ya que tendrá mayor autonomía y no contará con un techo para sus ganancias) y como irracional por otros (que creen que es una apuesta arriesgada y que no debería dejar un empleo bien remunerado).

La racionalidad no humana

No sólo el ser humano puede usar la razón para evaluar la mejor manera de alcanzar un determinado objetivo, animales de otras especies también pueden hacer razonamientos simples y en algunos casos complejos sobré cómo resolver un determinado problema. La cognición animal se ocupa de estudiar las capacidades mentales de los animales, entre ellas la capacidad de razonamiento. Diversas fuentes se extienden a lo largo de infinitos párrafos para enaltecer la figura del ser humano entre todas las especies de este planeta, al punto de calificarnos de entidades que rozan la divinidad. Se dice que somos los únicos seres racionales, y que eso nos distingue del resto de los animales, por lo cual no es del todo correcto asumir que pertenecemos al mismo reino que estos últimos. Continuando con las observaciones aceptadas por la mayoría, los seres humanos somos los únicos que tienen consciencia de su propia existencia, lo cual nos lleva a querer modificar nuestro entorno y convertir el mundo en un lugar humano. No nos conformamos con lo que la naturaleza nos brinda, con la disposición natural de las cosas, sino que necesitamos dejar nuestra huella para sentirnos más cómodos y protegidos, sin importar las consecuencias de nuestros cambios, el sufrimiento que en los demás generen.


La filosofía

La racionalidad puede aplicarse a nuestras expectativas, a nuestras evaluaciones y a nuestras acciones. Puede fundamentarse en creencias o axiomas. Pero no siempre evaluamos racionalmente. Dado que la parte racional depende de la educación recibida, la forma de educar limita en mayor o menor medida el marco de posibilidades a las cuales poder acudir como parte de las soluciones, por lo que no siempre evaluamos racionalmente y no siempre actuamos de manera racional. La causa es que el ser humano no posee el suficiente criterio como para poder educar a la razón de manera que entienda sus propios sentimientos, pasiones y emociones de forma que dirijan y moldeen a la imaginación y facultades de creación. El buen uso de la razón le da al hombre la voluntad de vivir, perdiendo ésta en el momento que no encuentra razones que le satisfagan y alivien el sufrimiento. Por ese motivo no todas nuestras expectativas responden a las exigencias de la racionalidad, ni tampoco nuestras intenciones a la hora de actuar, ni la forma como lo hacemos. La racionalidad es, desde este punto de vista, una aspiración humana, más que una realidad. Por esta razón muchas personas consideran necesarias las religiones, son un atajo a nuestra mente, frente a la agotadora realidad de hacer frente nosotros solos a absolutamente todas las situaciones.

La ciencia

Desde un punto de vista individual, acepta el mundo de la forma más compatible con nuestra realidad termodinámica, nos hace más aptos y con mejores resultados a la hora de adaptarnos. Por lo tanto, el objetivo en la ciencia es encontrar las explicaciones con mejores resultados en nuestra red neural. La ciencia consigue que las personas podamos establecer expectativas realistas con la verdadera esperanza de poderlas obtener si aplicamos cierto método a nuestra forma de trabajar. La verdadera ciencia da esperanza a las personas. Esto tiene un valor añadido: Si formamos personas emocionalmente equilibradas (personas realistas, que evalúan su objetivo, establecen un cauce racional y trabajan por ello), estaremos definiendo grupos sociales capaces de fomentar la unidad del grupo porque su deseo personal es hacer precisamente eso.