Ética y responsabilidad social en los negocios/Ética, cultura y sociedad

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Características Generales de la ética como disciplina del saber[editar]

La ética engloba un concepto muy amplio, pero su objetivo fundamental radica en accionar el deber ser de las cosas, dejando así nuestros pre juicios personales y enfocándonos en lo que es correcto.

Cuando incluimos el principio de mayordomía como parte de la ética lo hacemos porque el mismo se trata de administrar, tomar para si las responsabilidades sobre algo y preservar la integridad. Igual que el autogobierno, que significa tener dominio propio y autoridad sobre las cosas dejando así enmarcado un desafío para la filosofía, la ciencia y la prudencia.

La ética, se define como una disciplina de la filosofía que estudia el “Deber ser” del comportamiento humano.

La ética se ocupa de normar lo que los individuos deben hacer en su interacción social, es decir, indica lo que es “bueno” y lo “malo” de las acciones humanas.

Se denomina moral o moralidad al conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social determinado que oficia de guía para el obrar
(es decir, que orienta acerca del bien o del mal -correcto o incorrecto- de una acción o accione)

La cultura es la forma de vivir las diversas relaciones entre la persona y realizar diferentes operaciones de una identidad a quienes la componen.

La cultura también esta presente en lo interno en la forma de conocer de relacionar los conocimientos también lo esta en los sentimientos como la alegría o la pena y esto se manifiesta de una forma singular de un modo singular en el lenguaje.

El principio general de la ética es hacer bien y evitar el mal y dicho principio y no es negado por su propia obviedad de ahí se desciende a principios generales mas concretos como afirmar no matar ni robar no ultrajar ni mentir respetar entre otros .

Todo lo existente esta en relación de lo que lo rodea y en los modos culturales esta relación se regula tanto para con lo iguales (personas) como para con todo lo otro. La ética no se queda en el plano sociológico si no que busca fundamentos de los actos morales a partir de la persona por lo mismo es el fundamento done podemos saber si los actos culturales son buenos indiferentes o malos.

El término deontología procede del griego: to deon (lo conveniente, lo debido) y logía (conocimiento, estudio…); lo que significa, en términos generales, el estudio o la ciencia de lo debido. El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos del deber y las normas morales. El concepto de deontología fue acuñado por Jeremías Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral, donde ofrece una visión novedosa de esta disciplina. Para Bentham, la deontología se aplica fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están sometidas al control de la legislación pública.

Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontología" es que la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y diseño de códigos deontológicos, además de auto regular esta profesión, se invita al seguimiento de un camino muy concreto y a la formación ética de los comunicadores. De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética inter personal que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general: inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión.

La ética de las profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas específicas o “aplicadas”. El profesional se juega en el ejercicio de su profesión no sólo ser un buen o mal profesional sino también su ser ético. No acaba de ser considerada una persona éticamente aceptable quien en todos los ámbitos actuase bien y cumpliese con sus deberes menos en el ejercicio de sus responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones se plantea en términos de principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el principio de justicia y el principio de no maleficencia.

Los principios se distinguen de las normas por ser más genéricos que éstas. Los principios ponen ante los ojos los grandes temas y valores del vivir y del actuar. Las normas aplican los principios a situaciones más o menos concretas, más o menos genéricas. Las normas suelen hacer referencia a algún tipo de circunstancia, aunque sea en términos genéricos. Pero también los principios se hacen inteligibles cuando adquieren concreción normativa y hacen referencia a las situaciones en las que se invocan y se aplican. En términos generales un principio enuncia un valor o meta valiosa. Las normas, en cambio, dicen cómo debe aplicarse un principio en determinadas situaciones.

Tanto las normas como los principios son universales aun cuando el ámbito de aplicación de los principios sea más amplio y general que las normas específicas que caen bajo dicho principio. Desde la perspectiva de la ética profesional, el primer criterio para juzgar las actuaciones profesionales será si se logra y cómo se logra realizar esos bienes y proporcionar esos servicios (principio de beneficencia). Como toda actuación profesional tiene como destinatario a otras personas, tratar a las personas como tales personas, respetando su dignidad, autonomía y derechos sería el segundo criterio (principio de autonomía). Las actuaciones profesionales se llevan a cabo en un ámbito social con demandas múltiples que hay que jerarquizar y recursos más o menos limitados que hay que administrar con criterios de justicia (principio de justicia). Y, en todo caso, habrá que evitar causar daño, no perjudicar a nadie que pueda quedar implicado o afectado por una actuación profesional (principio de no maleficencia).

Relación ética y moral[editar]

La moral[editar]

Se denomina moral o moralidad al conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social determinado que oficia de guía para el obrar (es decir, que orienta acerca del bien o del mal -correcto o incorrecto- de una acción o acciones).

La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en relación con la sociedad y consigo mismo. Este término tiene un sentido positivo frente a los de «inmoral» (contra la moral) y «amoral» (sin moral). La existencia de acciones y actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano como sujeto de actos voluntarios. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones.

«No existen fenómenos morales, sino sólo una interpretación moral de los fenómenos» (Friedrich Nietzsche).
Friedrich Nietzsche

La palabra moral tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es "costumbre".Moralis (< latín mos = griego "costumbre"). Por lo tanto «moral» no acarrea por sí el concepto de malo o de bueno. Son, entonces, las costumbres las que son virtuosas o perniciosas. La moral podría definirse también como «la suma total del conocimiento adquirido con respecto a lo más bueno a lo que una persona se apega».

El sentido más antiguo de la ética (del griego ethika, de ethos, "comportamiento", "costumbre"), residía en el concepto de la morada o lugar donde se habita. El éthos es el suelo firme, el fundamento de la praxis, la raíz de la que brotan todos los actos humanos. Éthos significa carácter, que se logra mediante el hábito y no por naturaleza. Dichos hábitos nacen "por repetición de actos iguales" en otras palabras, los hábitos son el principio intrínseco de los actos, aquel que acuñamos en el alma.

El hombre a través de su vida va realizando actos. La repetición de los actos genera "actos y hábitos" y determinan además las "actitudes". El hombre de este modo, viviendo se va haciendo a sí mismo. El carácter como personalidad es obra del hombre, es su tarea moral, es el cómo "resultará" su carácter moral para toda su vida...

Podemos aproximarnos a la conceptualización de la palabra "moral" (del latín mores, "costumbre"), como la adquisición del modo de ser logrado por la apropiación o por niveles de apropiación, donde se encuentran los sentimientos, las costumbres y el carácter.

La conducta humana[editar]

Es el conjunto de comportamientos o reacciones humanas frente a determinados estímulos que provocan una respuesta según la persona. “Una persona puede reaccionar ante un estímulo de distinta manera que otras”, por tanto la conducta humana es una manifestación externa en el mundo o realidad (declaratio externus). El entorno social modifica la respuesta y la persona influye, igualmente, en el entorno en el que se encuentra y por el que está rodeada. ACOV, plantea que la conducta humana puede verse en sus tres dimensiones: como “UN ACTO MORAL, UN ACTO JURÍDICO, UN ACTO SOCIAL, UN ACTO INTRÍNSECO Y PERSONAL”. La conducta humana en cuanto sea voluntaria y razonada es un acto moral, por que puede ser valorada moralmente como positiva o negativa. Es un acto jurídico por que como elemento social y al coexistir en un estado de derecho por superfluo que sea éste influye en nuestros modos de respuesta que no siendo así pues tienen consecuencias jurídicas. Es un acto social, por cuanto nuestras respuestas o modos de responder a situaciones concretas influyen en nuestro mundo externo (medio social), además no nos olvidemos que el hombre es un ser social por excelencia.

Relación entre conducta humana y acto moral[editar]

Axiología y Teoría de los Valores[editar]

La axiología es una de las ramas de la filosofía, que tiene por objeto de estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar un individuo. Por eso, es muy común y frecuente que a la axiología se la denomine “filosofía de valores”.

La axiología, junto con la deontología, se constituyen como las ramas más importantes de la filosofía que contribuyen con otra rama más general: la ética.

Quien por primera vez utilizó “axiología” como término fue Paul Lapie, en los primeros años del siglo XX, y luego Von Hartman unos años después tomó el concepto de Lapie para fundamentar sus estudios, y así consolidar a la axiología no ya como termino sino más bien como una disciplina independiente y autónoma de la filosofía y en particular, de la ética.

Pero, no es con Lapie y con Von Hartman que se inicia la reflexión sobre valores y juicios de valor, también Karl Marx tomó algunos conceptos económicos relacionados a los valores como fundamento de las críticas y análisis antes de realizar sus obras. Esta reflexión es anterior a la definición del concepto/noción de axiología. Quienes primeros se encargaron de reflexionar sobre los valores en términos filosóficos fueron Hume, encargado de la reflexión sobre valores morales, elaborando varias teorías al respecto; y Nietzsche, quien define que los valores no son solo juicios morales o estéticos, sino que también engloban aquellas formas de observar cotidianas, las cuales encierran determinada forma de valorar, poniendo en juego determinados valores por parte del individuo.

Tanto los valores positivos como los negativos son abordados de manera igual por la axiología, mediante el análisis que considera a algo como valioso o no. Por esto, la axiología ha planteado importantes conceptos para los principios de la ética y de la estética, ambas disciplinas donde la noción de “valor” tiene una importancia clave para el desarrollo de las mismas.

Dentro de la axiología, los valores podrán ser subjetivos o en cambio, objetivos. Los subjetivos, son aquellos mediante los cuales se plantea un medio que permite llegar a un fin, y están impulsados por un deseo u objetivo a nivel personal, por ejemplo la solidaridad o el compañerismo. En cambio, los valores objetivos son valores por sí solos, como la verdad o la belleza, que plantean finalidades por si solos.

Lo axiológico es todo lo que se refiere a un concepto de valor o que constituye una axiología, es decir, los valores predominantes en una determinada sociedad. Según el filósofo alemán Max Scheler, los valores morales siguen una jerarquía, y aparecen en primer plano los valores positivos relacionados con lo que es bueno, después lo que es noble, luego lo que es bello, etc.

Dentro del pensamiento filosófico existe un punto central que es cómo queremos llegar a ser en el futuro, en un estado mejor. Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado es necesario que se comprenda primero que para hacer mejoras tenemos que fundarlas en ciertos puntos claves. Esto se llama la axiología filosófica o axiología existencial, es decir, los valores, que son aquellos fundamentados de la acción que nos pueden llevar a un estado mejor el día de mañana. Esto se debe a que los valores dan sentido y coherencia a nuestras acciones.

Teoría de los Valores[editar]

El relativismo moral es entendido más fácilmente en comparación con el absolutismo moral. El absolutismo afirma que la moralidad depende de principios universales (leyes naturales, conciencia, etc). Hay muchos argumentos para el relativismo; sin embargo, pueden decirse muchas cosas de todos ellos que demuestran su dudosa naturaleza.

  • Primero, mientras que muchos de los argumentos usados en el intento de sustentar estas varias afirmaciones pueden sonar bien en principio, hay una contradicción lógica inherente en todas ellas porque todas proponen el esquema moral “correcto” – aquel que todos debemos seguir. Pero esto en sí mismo es absolutismo.
  • Segundo, aún los autollamados relativistas rechazan el relativismo en la mayoría de los casos – ellos no dirían que un asesino o secuestrador está libre de culpa en tanto no viole sus propias normas.
  • Tercero, el hecho mismo de que tenemos palabras tales como “correcto,” “incorrecto”, “deber”, “mejor”, etc., muestra que estas cosas existen. Si la moralidad fuera verdaderamente relativa, estas palabras no tendrían este significado – diríamos, “Siento que eso es malo,” en vez de decir “Eso está mal.”

Los relativistas pueden argumentar que diferentes valores entre diferentes culturas, muestran que la moral es relativa para diferentes tipos de personas. Pero este argumento confunde las acciones de individuos (lo que hacen) con las normas absolutas (si es que debieran hacerlo).

Si la cultura determina lo que es correcto y lo que es incorrecto, ¿cómo habríamos podido juzgar a los Nazis? Después de todo, ellos estaban siguiendo la moral de su cultura. Los Nazis hicieron mal, sólo si el asesinar está considerado universalmente incorrecto.

El hecho de que ellos tuvieran “su moral,” no lo cambia. Más aún, aunque mucha gente tenga diferentes opiniones de la moralidad, aún así comparten una moral común. Por ejemplo, quienes están a favor y en contra del aborto, concuerdan en que el homicidio es incorrecto, pero difieren en si el aborto es o no homicidio. Así que aún aquí la moralidad universal absoluta demuestra que es una verdad.

Los cristianos absolutistas creen que Dios es la fuente última de nuestra moralidad común, y que por lo tanto, es tan inamovible como lo es Él. El relativismo moral asegura que la moralidad no está basada en ninguna norma absoluta. Más bien en “verdades” éticas que dependen de la situación, cultura, sentimientos propios, etc.

El hecho es que toda la gente nace con una conciencia y todos sabemos instintivamente cuando hemos hecho algo malo o cuando se lo hemos hecho a otros. Actuamos como si esperáramos que los demás lo reconocieran como algo bueno. Aún como niños, sabíamos la diferencia entre “justo” e “injusto.” Se necesita una mala filosofía para convencernos de que estamos equivocados.

Valores: Clasificación y Escala de Valores[editar]

Valores y Clasificación[editar]

Los valores éticos son principios que orientan nuestro comportamiento y nos proporcionan pautas para formular nuestros propósitos personales para realizarnos como personas. En un sentido genérico, los valores son las propiedades, cualidades o características de una acción, una persona o un objeto consideradas de gran importancia. Estas creencias nos permiten preferir una cosa de otra, lo bueno de lo malo. Los valores se adquieren en la infancia a través de la educación que se recibe en el hogar y escuela, sin embargo, con el proceso de madurez, cualquier persona también suma nuevos valores a partir de su experiencia y opiniones. Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias.

Todos los valores comportan un deber ser, Pero los valores éticos, además de éste deber ser implican uno deber hacer, lo que tenemos que cumplir. Pueden no coincidir con nuestros deseos, pero consideramos que debemos intentar realizarlos si queremos poder realizarnos como personas que somos. Los valores dependen de la libertad humana, por lo tanto, solo se le atribuyen a las personas y no a las cosas, porque aunque existan objetos valiosos, esas características no están en el ámbito de la ética como tal ( son infrahumanos, pues tienen menor valor que este ), porque se refieren a algo más de utilidad.

Se caracterizan por lo siguiente:

  • Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida, son permanentes en el tiempo. También podemos decir que son trascendentes.
  • Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.
  • Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.
  • Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; todo valor conlleva un contravalor.
  • Jerarquía: hay valores que son considerados superiores y otros como inferiores.
  • Aplicabilidad: los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida. Obedecen a diversas causas y requieren que se use el juicio.

Los valores están muy relacionados con la actitud y comportamiento de las personas. Una sólida creencia de lo que está bien o mal es, una creencia de lo que es ético; cada región tiene diferentes puntos de vistas debido a su cultura, y, por tanto, varían con respecto a lo que se considera bueno o malo.

Clasificación[editar]

En cuanto a su clasificación, de forma general, se enumera lo siguiente:

  • Morales: relacionados con la persona y su dignidad, es decir, lo que lo hace humano. Son transmitidos por la sociedad.
  • Infrahumanos: son aquellos que complementan al humano pero en aspectos más inferiores que comparte con otros seres como los animales, generalmente relacionados a sus necesidades naturales.
  • Inframorales: Son aquellos valores que son exclusivos del humanos relacionados con su necesidad de superación.
  • Instrumentales: Son comportamientos mediante los cuales conseguimos los fines deseados.
  • Terminales: Son metas que al individuo le gustaría conseguir a lo largo de su vida.

Otro tipo de clasificación que podemos encontrar es la siguiente:

  • Personales: determinan nuestro comportamiento y son los principios esenciales para desarrollar nuestra vida.
  • Familiares: estos son determinados en nuestro entorno familiar, resultantes de experiencias que tienen los padres y transmiten a sus hijos y son la base que usamos para desenvolvernos luego en la sociedad.
  • Socioculturales: estos se desarrollan en la sociedad donde vivimos y compartimos, usados para definir nuestros comportamientos como buenos o malos dentro de ella.
  • Espirituales: aquellos que dan sentido a nuestras creencias.
  • Materiales: se refiere a las necesidades básicas ( alimentos, vestido, etc.)
  • Morales: estos hacen que las personas cuiden su dignidad.

Escala de Valores[editar]

Los valores son características morales inherentes a las personas y cada quien tiene su escala de valores, que es el ordenamiento o lista de aspectos morales que son importantes para uno. Los valores que podemos normalmente encontrar son amor, paz, solidaridad, respeto, responsabilidad, etc. La jerarquía de estos valores puede cambiar con el tiempo, al igual que el sentido que le demos a éstos, esto es, porque nuestras experiencias y aprendizajes en nuestro desarrollo nos hace conocer y ver diferentes perspectivas de la vida. Las decisiones que tome una persona dependerán en gran medida de su escala. La importancia de esta escala radica en que nos aporta a nuestro crecimiento personal, a interpretar nuestra realidad desde una perspectiva moral, nos ayuda a entendernos mejor y es una fuente de motivación para actuar. Una persona sin una escala de valores se encuentra a merced de la voluntad de los otros, puesto que no sabe que estima en su vida.

Para una persona realizar su escala de valor toma en cuenta estas cuestiones:[editar]

  • ¿Qué es importante para mí?
  • ¿Qué me aporta?
  • ¿Qué significa para mí?
  • ¿Qué siento si lo veo en otros?
  • ¿Cómo sé que lo tengo o no?
  • ¿Cómo afecta mi conducta?
  • ¿Qué me motiva?
  • ¿Qué no tolero?
Max Scheler

Para Max Scheler, hay valores más importantes que otros pero se relacionan. Los criterios que considera conforman una escala de valores son:

  • Toda escala de valores debe tener un valor supremo o fundamental que va a caracterizar la acción de la persona.
  • Los valores de la escala deben ser simples y por lo menos aplicables.
  • Los valores elegidos deben dejarlos satisfechos al vivirlos.
  • Los valores se organizan por orden de importancia.
  • Los valores principales deben ser superiores a todos los demás.

Uno de los aspectos básicos para tener felicidad es ser fiel con la escala de valores, es decir, ser honesto consigo mismo y ser consecuente cuando pensamos. Por ello, nos sentimos bien cuando la escala de valores de una persona es similar a la nuestra. Nos damos cuenta que una persona carece de esto cuando se deja llevar por la presión de un grupo. Los valores son inmateriales, no se perciben, sin embargo, son una realidad fundamental de la conciencia humana. Por tanto, es muy importante que cada persona sea fiel a sus propios principios.

Los dilemas éticos[editar]

Los dilemas éticos, son los también llamados dilemas morales, un dilema ético es una situación en donde los preceptos morales o las obligaciones éticas entran en conflicto, es decir que cualquier solución potencial al dilema resulta ser moralmente insoportable, más simple: un dilema ético es una situación cualquiera donde los principios morales con los cuales nos regimos no pueden determinar qué curso de acción es el correcto o incorrecto.

En la historia[editar]

Los dilemas éticos han ocupado la mente del ser humano desde hace mucho tiempo, de hecho se están presentando casos desde los tiempos de Platón, El Dilema de Platón no habla de a la existencia de Dios o no, sino a la relación lógica de algunas afirmaciones que se hacen sobre Él. Se inicia con las siguientes tres proposiciones que aparentemente son ciertas y van de acuerdo al cristiano:

Desde Platón...
  1. Dios es bueno.
  2. Dios quiere que hagamos el bien.
  3. Dios es la base de la ética o de la moral.

Las primeras 2 proposiciones son indudablemente verdaderas para las religiones cristianas, y la tercera también lo es, pero de una forma menos obvia. Si se hace un razonamiento sencillo, se encuentra una contradicción entre la 1era y 3era proposición.

Si Dios es bueno, es porque las cosas que son buenas lo son sin depender de Él. De lo contrario, Dios entonces sería quien decide lo que es bueno y malo, estando entonces por encima de lo bueno y de lo malo y, lo cual significa que no sería posible clasificar a Dios dentro de cualquiera de estas categorías.

En conclusión, si Dios es quien decide lo que es bueno y malo no puede ser considerado bueno.

Clasificación[editar]

Los dilemas éticos se pueden clasificar de dos formas:

  • Según quien los provoca
  • Según sus condiciones
Según quien los provoca[editar]
  • Dilemas auto impuestos

Estos dilemas son los que como su nombre dice, nos ponemos nosotros mismos cuando creamos un conflicto entre dos elecciones.

  • Dilemas impuestos por un tercero(s)

Los Dilemas impuestos por otras personas son los que se nos obliga a tomar una decisión entre dos opciones moralmente incorrectas.

  • Dilemas de prohibición

Cuando se habla de un dilema de prohibición se habla de cuando no tomar acción también se torna una decisión moral.  

Según sus condiciones[editar]
  • Hipotéticos

Los dilemas hipotéticos se dan cuando se plantean problemas que son abstractos, muy generales, que a veces son de difícil ubicar en la realidad, muchos de estos son casos de estudios, puesto las condiciones son poco comunes o fortuitas.

  • Reales

Son reales cuando estos plantean escenarios conflictivos que son tomados de la vida cotidiana, se basan en hechos reales, tal vez cercanos en el tiempo o en el espacio de los sujetos y suelen extraerse de los distintos medios de comunicación, de situaciones o sucesos históricos, de situaciones o vivencias personales y otros.

Ejemplos[editar]

Estos ejemplos nos sirven para ilustrar un poco mejor lo que son los dilemas y los tipos mismos.

Dilema del prisionero[editar]

El dilema del prisionero es un problema primordial de la teoría de juegos que da ejemplo de como dos personas pueden no cooperar incluso si en ello va el mejor interés para ambas partes.

La enunciación clásica del dilema del prisionero es la siguiente:

La policía arresta a dos sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante un año por un cargo menor.

Ejemplo de un dilema impuesto por un tercero(s) y de prohibición

En Resumen: Si en algún momento de nuestras vidas una persona nos apunta con un arma y nos dice, decide a quien voy a matar y si no decides mueren los 2, mientras apunta a 2 personas, estamos envuelto en un dilema donde escoger cualquier camino y no escoger ninguno estaría en contra de la moral, es por esta razón

Ejemplo de un dilema impuesto por un tercero(s)[editar]

Si en algún momento de nuestras vidas una persona nos apunta con un arma y nos dice, decide a quien voy a matar y si no decides los mato a los 2, mientras apunta a 2 personas, estamos envuelto en un dilema donde, la decisión la toma el sujeto siendo obligada por otra persona, y ninguna de las opciones a seleccionar son buenas pues matan a ambos o solo a uno, pero esto ocurre porque el sujeto lo ha decidido sido obligado por un tercero.

Dilema del carro inteligente[editar]

El dilema del carro inteligente es un dilema que ha surgido en la actualidad acá unas preguntas que harán pensar: El problema es siguiente, fue discutido por Noé Goodall, un científico de investigación en el Centro de Virginia para el Transporte de Innovación e Investigación. Imaginemos que un carro autónomo se enfrenta a un accidente inminente. Podría seleccionar uno de los dos objetivos para desviarse en: o un motociclista que lleva puesto un casco, o un motociclista que no. ¿Cuál es la manera correcta de programar el coche? Un buen algoritmo explicaría las probabilidades estadísticas, altas, de que el motorista sin casco moriría, y seguramente matar a alguien es una de las peores cosas que los fabricantes de automóviles desesperadamente quieren evitar.

Podemos ver rápidamente la injusticia de esta elección, Por deliberadamente estrellarse en que motociclista, estamos en efecto le penaliza por ser responsable, por usar un casco. Mientras tanto, estamos dando otro motociclista un pase libre, a pesar de que esa persona es mucho menos responsable por no usar el casco, que es ilegal en la mayoría de los países del mundo La discriminación parece poco ética, y no solo eso también podría ser una mala política pues si se toman en cuenta estos criterios este diseño puede alentar a algunos motociclistas a no usar casco, con el fin de no se destacan como objetivos preferidos de los coches autónomos, especialmente si esos vehículos están cada vez más frecuentes en la carretera. Del mismo modo, en el escenario anterior, las ventas de las marcas de automóviles conocidos por su seguridad pueden sufrir, como Volvo y Mercedes Benz, si los clientes quieren evitar ser blanco del coche robot de elección.

Referencias[editar]