Historia del Partido Comunista Paraguayo (1928-1990)/Era Moriniguista/Consejo Obrero del Paraguay

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EL «CONSEJO OBRERO DEL PARAGUAY» Y LOS COMUNISTAS[editar]

El nuevo ascenso del movimiento obrero en el marco del auge general de la lucha por la democracia determinó que fueran creándose importantes sindicatos en industrias y fábricas, lo cual planteaba con urgencia la necesidad de crear una central unitaria como organismo de dirección de la clase obrera. El partido encargó a sus mejores cuadros la tarea de promover en los sindicatos y lugares de trabajo iniciativas tendientes al logro de ese objetivo. Es así como nació en el curso del año 1941 el «Consejo Obrero del Paraguay». Nombres de comunistas como los de Timoteo Ojeda -su primer secretario general-, Juan Acosta, José C. Acosta, Berardo Leiva y otros están estrechamente ligados a la ejecutoria combativa de esta central de los trabajadores paraguayos, organizada en el curso de sus luchas por el pan, la libertad y la democracia. Su órgano de prensa, «Unidad Obrera», cumplió papel importante en el esclarecimiento de los objetivos de la lucha de la clase obrera en aquella etapa y en su misión más amplia de clase llamada a encabezar las grandes transformaciones sociales.

Caracterizado redactor (secretario de Redacción) de «Unidad Obrera» fue el camarada Víctor Cuevas, heroico combatiente comunista, hecho prisionero durante la contienda civil de 1947 (14 de agosto) con el pelotón a su mando, en «Paso Correo», cerca de la capital (la fuerza enemiga había amenazado fusilar al grupo entero si el responsable no se identificaba. Cuevita dio un paso al frente. Allí mismo fue ultimado. Perdió la vida, pero salvó a sus hombres y a su honor de comunista).

El COP, entre 1941 y 1946, cumplió una labor muy importante, particularmente por haber ayudado a organizar numerosos sindicatos, como los del norte taninero (Casado, Sastre, Guaraní) y varios otros, en frigoríficos, hilanderías, tanto en la capital como en el interior. La ley tipo fascista 1217: El control policial de los sindicatos ha sido una tarea sucia en la que no aflojó la dictadura pro fascista de Morínigo. Al efecto creó un instrumento legal, la Ley 1217. Ni una sola reunión de los trabajadores en sus sindicatos -aunque sea para tomar tereré- podía realizarse sin la presencia de los pyragués.

La lucha por la libertad sindical fue por aquellos tiempos una reivindicación esencial por la que los sindicatos, bajo guía del COP, se encontraban activamente movilizados y, concretamente, la delegación de la Ley 1217. Este punto se tocaba con el reclamo más amplio de las libertades democráticas, reivindicadas por todos los sectores populares, por el movimiento estudiantil y los partidos políticos. Con frecuencia el COP participaba de los actos democráticos-unitarios, promovidos por organizaciones de masas corno la Federación de Universitarios del Paraguay o por algún centro estudiantil adherido, en los que se reclamaban la derogación del Estado de Sitio, de las leyes antisindicales como la 1217 y la vigencia de las libertades democráticas. Estos actos comenzaban generalmente en el recinto de una Facultad (generalmente la de Derecho) y corno final se ganaba la calle, en forma de una manifestación de masas, con el inevitable enfrentamiento con la Policía Montada y los pyragués del odiado Marcos Fúster, el Pastor Coronel de la época moriniguista. En estos combates callejeros, la clase obrera, los estudiantes y el pueblo fueron elevando su temple de lucha y su espíritu unitario, factores muy importantes para el paulatino debilitamiento de la dictadura moriniguista hasta desembocar en el movimiento militar del 9 de junio de 1946, que dio entrada a la apertura democrática del mismo año.

El espíritu internacionalista de la clase obrera, que nunca decayó, tuvo expresiones muy dignas en el período que le tocó actuar al COP. Así -una manifestación entre otras- en diciembre de 1944, tuvo lugar en Cali, Colombia, el II Congreso Obrero de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), cuyo secretario general era el recordado Vicente Lombardo Toledano. La clase obrera paraguaya participó de este congreso mediante el delegado del COP, el dirigente de los trabajadores ferroviarios del Paraguay, Berardo Leiva -que fiel a su clase y a su partido de vanguardia sufriera innumerables apresamientos, destierros y confinamientos, desde 1941- que llevaba la representación de la central obrera.

En 1945, el COP decretó un paro general de veinticuatro horas en apoyo a una resolución del Congreso de la CTAL, de solidaridad con la clase obrera argentina en su lucha contra el GOU (Grupo de Oficiales Unidos), una organización fascista del tipo «Frente de Guerra», encabezado por el entonces coronel Perón a policía de Mushuito Villasboa-Fúster reprimió violentamente el movimiento huelguístico y alrededor de un centenar de trabajadores -entre ellos Berardo Leiva- fueron remitidos al campo de concentración de Puesto Muñeca e Yrendagüe (Chaco).


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