Gallego/Gramática/Otras particularidades

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10. Otras particularidades[editar]

Alternancia cua-/ca-/co-; gua-/ga-/go-[editar]

En las palabras patrimoniales el gallego mostró siempre tendencia a eliminar el elemento labiovelar u de los grupos originarios qua-, gua-, a semejanza del francés y en contra de lo que sucede en portugués y en castellano, que tendieron a conservarlo. En gallego hay también zonas que mantienen el grupo originario; pero demográfica y literariamente es mucho más usada la solución que perdió el u, de ahí que la selección se resuelva a favor de este resultado tanto en las palabras patrimoniales como en las cultas más popularizadas.

Aparece ca- en caderna, caderno, cadrado, cadrar, cadrelo, cadril, cadro, cal, calidade, calquera, cando, cantidade, canto, cartos ‘diñeiro’, case, casemente, catorce, catro, catrocentos.

Aparece cua- en los cultismos y, en general, en las palabras derivadas cultas. Así, cuadr- (cuadrangular, cuadrante, cuadratura, cuadraxesimal, cuadraxésimo, cuadrícula, cuadrienal, cuadrienio, cuadriforme, cuadriga, cuadrilátero, cuadrilla, cuadrilleiro, cuadrimestre, cuadrimotor, cuadriplicar, cuadrisílabo, cuadrivio, cuadrúpede, cuádruplo, escuadra), cual- (cualificar, cualitativo), cuant- (cuantía) -al lado de contía-, cuantificación, cuantificar, cuantioso, cuantitativo),cuart- (cuarta, cuartear, cuarteirón, cuartel, cuarteleiro, cuarteto, cuartilla, cuartillo, cuarto ‘1/4 parte’ ‘dependencia’) y cuater- (cuaternario). También las palabras cuáquero, cuarzo, cuasia e cuasina.

Un caso especial de evolución lo tenemos en las formas corenta, corentena, corentón y coresma, donde el diptongo ua se redujo a o; lo mismo ocurre en corta feira (o cuartafeira) ‘mércores’.

Hay otras formas que tenían originariamente el grupo coa-, que se redujo a ca-, como en el grupo cua- ya citado: callada, callado, callar, calleira, calleiro, callo ‘presoiro’. El grupo coa- se mantiene en los cultismos: coagulable, coagulante, coagulación, coagular, coágulo. Aparece ga- en gadaña, gadaño, galardón, galdrapo, garda, gardar, gardián. También en préstamos como garantía, garantir, garita, etc.

En otras palabras aparece gua-: guante, guapo, guata.

Y, finalmente, la solución go- aparece en gorir (también guarir), gorecer (también guarecer), gornecer (también guarnecer).

Los derivados y compuestos mantienen la evolución de la palabra primitiva sobre la que se forman. Por tanto, agardar, gadañar, gadañeiro, gardabarreira, gardalama, gardarríos, gardarroupa, etc.; garda civil, garda forestal, garda mariña, etc.; gornición (también guarnición); gorida (también guarida), etc.

Diptongo oi[editar]

El diptongo resultante de las secuencias latinas a) O*CT; b) OÛCT, U*CT, UÛCT, U*LT; c) ORI + vocal, URI + vocal en la mayor parte del territorio gallego es oi: a) noite, oito; b) troita, loita, froita, loito, moito; c) coiro, lavadoiro, vasoira, agoiro.

A pesar de todo, existen zonas reducidas en que se dan otros resultados: una zona del occidente de la Coruña presenta siempre ui (nuite; luita, muito; lavaduiro, varreduiro, etc.); el sur de Pontevedra presenta tres resultados, según los casos: a) oi: noite; b) ui: luitar, muito; c) ou: vasoura; en la franja más oriental del dominio lingüístico gallego alternan dos soluciones: a) oi: noite; b) ui: luitar, muito -con puntos de u, muto y mutio, escutare escutiar-; c) oi: vasoira, coiro.

Se adopta como normativa la solución oi en todos los casos por ser mayoritaria demográfica y geográficamente y por ser la más difundida en la tradición literaria moderna: coitelo, enxoito, froita, loita, moi, moito, troita, varredoiro, vasoira, etc. Y así también en coidar, coita, coitado, etc.

Diptongos ou/oi[editar]

El gallego mantiene diferenciados los diptongos ou y oi, de acuerdo con sus diferentes orígenes: ou < AU, AL + cons., etc. (cousa, louro, ouro, pouco, tesouro, touro; couce, fouce, outro, souto; dous), oi < OCT, UCT, U*LT, ORI + vocal, URI + vocal (oito, noite; troita, loita; moito, voitre; coiro, lavadoiro, tesoira, vasoira; agoiro, etc. ved 10.2).

Diptongos ie, ue[editar]

Las secuencias latinas -IE- y -UE- en palabras cultas se mantienen en gallego como ie y ue, respectivamente: aliciente, ambiente, ciencia, cliente, coeficiente, conciencia, conveniencia, conveniente, deficiencia, deficiente, eficiencia, eficiente, estupefaciente, expediente, experiencia, incipiente, inconveniente, obediencia, obediente, omnisciencia, paciencia, sapiencia, sobresaliente, suficiente, etc.; afluencia, afluente, anuencia, anuente, congruencia, congruente, delincuencia, delincuente, elocuencia, elocuente, frecuencia, frecuente, secuela, secuestro, etc. (cf. 9.1 e 9.3).

Disimilación, metátesis y epéntesis de r[editar]

La r mantiene, en general, su posición etimológica dentro de la palabra, independientemente de los síncopes vocálicos: prado (< PRATUM), cabra (< CAPRAM), disfrazar, labrar (< LABORARE), Carlos (< CAROLUS), merla (< MERULAM), tenro (< TENERUM), xenro (< GENERUM), venres (< VENERIS). Hay, a pesar de todo, casos de metátesis ya consumadas: bradar (< BALATRARE), prebe (< PIPER), preguiza (< PIGRITIAM), burgo (< BRUCHUM).

Preguntar es la forma más documentada en la Edad Media y mayoritaria en el gallego moderno; se corresponde además con el étimo *PRAECUNCTARE. Debe ser, por tanto, la normativa.

Esporádicamente algunas palabras perdieron la r interna por disimilación con otra r dentro de la misma palabra (arado, frade, madrasta, padrasto, rodo, e incluso el semicultismo propio, del lat. PROPRIUM, y derivados, documentado mayoritariamente sin el segundo r ya en la época medieval). Frente a estos casos de perdida por disimilación, en general hubo una tendencia a la conservación de la consonante, y por eso tenemos hoy arrastrar, rastro, rexistrar, rexistro, rostro, etc.

Encuentros vocálicos.[editar]

En la lengua escrita del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX era frecuente el uso del apóstrofo para representar ciertas elisiones vocálicas que se producen al encontrarse la vocal final de una palabra y la inicial de la siguiente, cuando pertenecen al mismo grupo fónico. En la ortografía actual no se utiliza el apóstrofo, y en los casos de elisión se optó o bien por la amalgama de sus palabras (do, no, deste, naquel...) o bien por la grafía plena de cada una de ellas (entre as árbores). Aunque no se represente gráficamente este fenómeno, las palabras que acaban en –e, especialmente las gramaticales, pierden en el habla la vocal final cuando van seguidas de otra palabra que comienza por vocal (ved 6).