Latín/Cambios fonéticos del latín al castellano

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Una cantidad considerable de las palabras que componen el vocabulario de la lengua castellana procede del latín vulgar, hablado en la Península Ibérica en el momento en que surgieron las lenguas romances al fragmentarse el Imperio Romano de Occidente. A medida que iba debilitándose la unidad política, administrativa y militar que mantenía cierta unidad lingüística en los pueblos controlados por el Imperio, las diferencias locales se acrecentaron, originando más tarde las lenguas romances.

Con el paso del tiempo, el latín vulgar sufrió numerosas alteraciones fonéticas que afectaron sobre las consonantes, en especial la t. Estos cambios responden a unas tendencias que dependen del fonema y de su situación en la palabra. En cada lengua esta evolución siguió caminos en ocasiones similares.

Vocales[editar]

En latín, las vocales tenían una pronunciación más detenida o larga y otra más rápida o breve. Esta diferencia se ha perdido ya en el latín vulgar y, en consecuencia, en el castellano.

En su evolución al castellano las vocales largas apenas han sufrido cambios. Por el contrario, las breves han sufrido numerosos cambios. Estos son los más importantes:

  • La o breve tónica diptonga en ue, por ejemplo:
portam> puerta; portum> puerto; mortem> muerte.
  • La e breve tónica diptonga en ie, por ejemplo:
terram> tierra; tempus> tiempo; cervum> ciervo.
  • La i breve pasó a e, por ejemplo:
ordinare> ordenar; intrare> entrar; imperatore> emperador.
  • La u breve tónica se convirtió en o, por ejemplo:
corrumpere> corromper; angustum> angosto; surdum> sordo.
  • Una vocal breve postónica desaparece, por ejemplo:
calidum> caldo; diabolum> diablo; stabulum> establo.

Diptongos[editar]

A diferencia del castellano, en latín sólo se consideran diptongos cuatro grupos vocálicos: ae, au, eu y oe.

  • El diptongo ae, pasa a e, aunque si se acentúa en latín, el resultado es ie, por ejemplo:
aedificare> edificar; caelum> cielo; daemonium> demonio.
  • El diptongo au se convierte en o, por ejemplo:
aucam> oca; aurum> oro; taurum> toro.
  • El diptongo eu cambió poco y aún se mantiene como tal, ya que se presenta en palabras cultas, en especial de origen griego. Cuando no formaba diptongo es donde se aprecian cambios, por ejemplo:
Europa> Europa; eucaristia> eucaristía; deus (no es diptongo)> dios
  • El diptongo oe se transforma en e, por ejemplo:
comoediam> comedia; amoenum> ameno; oeconomicum> económico.

Consonantes[editar]

En la sílaba final[editar]

Las sílabas finales desaparecen todas excepto la "L" y la "S" y "O"

En la sílaba interior[editar]

vocales entre l y r desaparecen

Grupos de consonantes[editar]

  • Las consonantes dobles, por lo general, se han simplificado, por ejemplo:
summum> sumo; buccam> boca; admitto> admito.
  • La ll (doble l), generalmente pasa a ll (palatal), por ejemplo:
gallinam> gallina; vallem> valle; follem> fuelle.
  • Los grupos pl, cl, fl, en sílaba inicial suelen pasar a ll, por ejemplo:
clavem> llave; flammam> llama; plagam> llaga.
  • El grupo ct pasa a ch, por ejemplo:
noctem> noche; octo> ocho; pectus> pecho.
  • El grupo cs, representado normalmente por la x, se convierte generalmente en j, por ejemplo:
Alexandrum> Alejandro; fixum> fijo; proximum> prójimo.
  • Los grupos gn, mn, nn, entre otros, han llegado al castellano como ñ, por ejemplo:
somnum> sueño; signum> signo; damnum> daño.

Grupos li + vocal y ni + vocal[editar]

  • El grupo li + vocal ha acabado como j, por ejemplo:
filium> hijo; despoliare> despojar; consilium> consejo.
  • El grupo ni + vocal ha acabado como ñ, por ejemplo:
Hispaniam> España; Britanniam> Bretaña.