Impactos ambientales/Generalidades - Problemática social

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Es la intención de los proyectos de desarrollo la de modificar los ambientes sociales y naturales, a fin de crear o mejorar los beneficios económicos, sanitarios, educativos y otros, que son apreciados por la sociedad. Sin embargo, los impactos sociales o ambientales no anticipados o no intencionales pueden obstaculizar este objetivo, reduciendo los beneficios deseados, o, si son suficientemente severos, pueden amenazar la sustentabilidad del proyecto. El análisis ambiental da la oportunidad de identificar los impactos ambientales más importantes, de modo que se pueda proponer las medidas necesarias, para evitar o atenuar los efectos negativos y reforzar los positivos. La evaluación ambiental debe identificar los cambios sociales, valorizar los costos sociales de la continuación a largo plazo del proyecto, y formular las estrategias necesarias para alcanzar los objetivos deseados. Es muy probable que sea útil para las otras áreas de diseño de proyectos, la información con respecto a los procesos sociales, obtenida en la evaluación ambiental.

El análisis social en la evaluación ambiental no necesita ser un estudio sociológico completo, ni una evaluación de los costos y beneficios sociales del proyecto. De todos los impactos sociales que pueden ocurrir, la evaluación ambiental estudia, principalmente, los que se relacionan con los recursos ambientales y la participación de los grupos afectados.

Los cambios sociales producidos por los proyectos pueden tener efectos positivos o negativos, temporales o permanentes, sobre los recursos ambientales. Por ejemplo, en Brasil, los grandes agricultores cuyos terrenos fueron expropiados para construir una represa y un resertorio, recibieron suficiente compensación en efectivo, para comprar granjas en otra parte, en cambio los pagos recibidos por los minifundistas eran insuficientes para que pudieran competir con los precios inflacionarios del mercado local. No tuvieron otra opción, sino la de desbrozar los bosques públicos para agricultura. En otro caso, en México, la desviación del agua para un programa de riego, mató las cañas fluviales utilizadas por los tejedores de esteras que vivían aguas abajo. Para compensar esta pérdida, los tejedores desempleados produjeron carbón y lo vendieron a los consumidores urbanos, agravando los problemas de deforestación que ya eran serios. Asimismo, el desbroce de los matorrales de las orillas del río, para una represa en Kenya, eliminó los hábitat de la mosca tsetsé, y esto a su vez estimuló el crecimiento no esperado de los asentamientos agrícolas en el área, reduciendo seriamente, a la larga, la población de fauna, y agotando la existencia de leña en la región.

Con frecuencia, en el pasado, no se han anticipado los impactos ambientales del cambio social producido por los proyectos de gran envergadura, ni se los ha incorporado a la su preparación y evaluación. El componente de análisis social de la evaluación ambiental proporciona los medios para alcanzar estos dos objetivos.

Los capítulos de esta sección dan una exposición práctica de los problemas claves de análisis social, y la manera en que éstos se relacionan con el análisis ambiental. Se describen las preocupaciones centrales específicas y se presenta una visión general de las cuestiones sociales vinculadas a las áreas ambientalmente frágiles. Además, se analizan los cinco temas que son de singular importancia para los proyectos de gran envergadura en los países en vías de desarrollo:

  • los pueblos indígenas,
  • el patrimonio cultural,
  • el desplazamiento involuntario,
  • la colonización de nuevas tierras y
  • el desarrollo inducido.

Preocupaciones centrales en el análisis social[editar]

El análisis social, desde el punto de vista de evaluación ambiental, se enfoca en los diferentes grupos de las personas afectadas por un proyecto y la manera en que asignan, regulan y defienden su acceso a los recursos ambientales que constituyen sus medios de vida. Es de particular importancia la evaluación social en el caso de los proyectos que afecten a la gente nativa o a los grupos que dependen de los ecosistemas frágiles, porque existe una relación estrecha entre la forma de vida del grupo de gente y los recursos que explotan. Además, los proyectos que incluyen desplazamiento involuntario, colonización de nuevas tierras y desarrollo inducido, introducen cambios en las relaciones entre las comunidades locales y su uso de los recursos ambientales. Con el fin de identificar y evaluar los efectos sociales que ocurren en estos casos, se requiere información de las siguientes áreas.

Variación dentro de las comunidades[editar]

Las comunidades se componen de diversos grupos de personas, incluyendo pero sin limitarse, a los beneficiarios intencionales del proyecto de desarrollo. Los grupos sociales organizados poseen tierras, dividen el trabajo y distribuyen los recursos. El análisis social de la evaluación ambiental divide la población involucrada en grupos sociales que posiblemente sean afectados de una forma diferente, o en un grado distinto, o en lugares separados. Se incluye entre las importantes diferencias sociales que pueden ser ambientalmente significativas, la afiliación étnica o a la tribu, la ocupación, el estado socioeconómico, la edad y el sexo.

  • Grupos étnicos o tribus. Si el área del proyecto abarca a diferentes grupos étnicos o tribus, su disputa por los recursos ambientales puede llegar a ser una fuente de conflicto. La procedencia étnica puede tener un importante significado ambiental. Par ejemplo, la autoridad encargada del reasentamiento puede provocar involuntariamente competencia por los recursos escasos si entrega tierras a los nuevos colonos y se olvida de los derechos que las tribus nativas puedan tener sobre esos mismos terrenos. Se tratan estos temas en mayor detalle en la sección: "Aspectos Sociales de las Areas Ambientalmente Frágiles."
  • Grupos ocupacionales. El área del proyecto puede incluir, además, personas con una amplia gama de ocupaciones, y sus intereses en cuanto al uso de los recursos ambientales pueden ser diferentes y posiblemente disputables, Los agricultores requieren tierras fértiles y agua, los pastores necesitan terrenos de pasto, y los artesanos, posiblemente, deseen usar la madera de los bosques para fabricar sus productos. El proyecto puede beneficiar a un grupo y perjudicar a otro. Por ejemplo, la construcción de las represas y reservorios para energía y agua de riego, claramente beneficia a los agricultores, proporcionándoles agua de riego; sin embargo, pueden perjudicar a las poblaciones rurales que viven aguas abajo de la represa y participan en otras actividades.
  • Estratificación eocioeconómica. La población del área del proyecto variará también según la cantidad de tierra y capital que dispongan. Habrán pobres sin tierras, terratenientes opulentos, y agricultores arrendatarios o intermediarios. Es importante clasificar la población de acuerdo con su condición económica, porque las respuestas a los beneficios del proyecto dependerán del acceso al capital y a la tierra. Por ejemplo, el desarrollo forestal puede beneficiar a los agricultores adinerados, y desplazar el ganado de los agricultores pobres, hacia las áreas más marginales.
  • Edad y sexo. La evaluación social debe identificar los efectos del proyecto para los diferentes miembros de la familia. El desplazamiento pueden perjudicar más a los ancianos que a los jóvenes. Los hombres, las mujeres y los niños pueden jugar papeles económicos distintos, su acceso a los recursos puede ser diferente, y, como resultado, los proyectos les pueden afectar de manera diferente. Por ejemplo, si en un ecosistema frágil, el proyecto afecta al acceso a los recursos de parte de la gente, pueden haber resultados inesperados para las mujeres locales que los utilizan para obtener ingresos o para subsistencia.

Control de los recursos locales[editar]

Todas las comunidades locales tienen áreas de acción semiautónoma o soberanía con respecto a los recursos ambientales, sea que las leyes la reconozcan formalmente o no. En este caso, la soberanía significa la capacidad real para tomar decisiones importantes en cuanto al uso de los recursos naturales que constituyen sus medios de vida. El análisis social de la evaluación ambiental comienza con un estudio del grado de control local que existe en cuanto a los recursos naturales.

Un bosque, por ejemplo, puede pertenecer, formalmente, al Estado y ser administrado por una agencia especializada del gobierno. A menudo, en la práctica, sin embargo, el bosque es el hábitat de las comunidades locales, y esto determina, en gran parte, lo que ocurre allí. El derecho de utilizar las tierras agrícolas o de pescar en un sitio favorable del río, por ejemplo, puede pertenecer por costumbre a cierto clan o aldea, pero posiblemente éste no haya sido registrado fuera del área. El derecho sobre el uso de una área, puede variar según la estación, y no ser reconocido por la ley; por ejemplo, un grupo puede pastorear su ganado en el terreno que otro grupo cultiva. Las áreas de pastoreo comunitario pueden pertenecer formalmente a toda la comunidad, pero en la práctica, pueden estar reservadas para los miembros más pobres de la comunidad. Las arboladas comunitarias, que son, legalmente, propiedad común, pueden, en realidad, ser cosechadas por las familias que tengan suficiente poder para negar el acceso a los demás. Las personas que no tienen tierras pueden obtener la mayor parte de sus ingresos, en realidad, del combustible, hierba, plantas medicinales y otros productos que recogen de las tierras públicas.

Variación dentro de los sistemas de producción[editar]

Obviamente, los sistemas de producción tienen implicaciones ambientales, pero sus componentes son más complejos de lo que se podría pensar a simple vista. Por ejemplo, en la agricultura se administra, típicamente, más de cien especies de plantas de los campos, huertos, jardines, potreros y bosques, además de las especies de animales. La práctica de mezclar los cultivos perennes y anuales, constituye una estrategia agrícola importante que reduce el riesgo; es algo que con frecuencia se pasa por alto (los últimos se siembran entre los primeros y maduran en diferentes tiempos); otra fórmula es la de cultivar lotes separados. Al cambiar estos modelos, pueden haber consecuencias inesperadas. A menudo, las familias agrícolas participan también en el procesamiento y mercadeo, y trabajan fuera de la granja. Típicamente, los pescadores dividen sus actividades productivas entre el agua, la playa y las áreas tierra adentro, y las dos últimas, con frecuencia, aportan más del 50 por ciento de su dieta. Los pastores nómadas, que dependen principalmente del ganado, pueden tener tierras en su camino migratorio anual, las mismas que alquilan a sus parientes sedentarios y a otros.

Instituciones[editar]

El acceso a los recursos naturales, las decisiones referente a su uso, la resolución de los conflictos que surgen entre los competidores por el acceso a los mismos y la relación entre la comunidad local y los grupos ajenos a la misma que tratan de utilizar estos medios, ocurren dentro de un ámbito institucional. La palabra institución implica una estructura de autoridad y liderazgo, un conjunto de procedimientos y costumbres y, un sistema de incentivos y limitaciones o recompensas y sanciones, que controlan y guían el comportamiento de la gente. Según la sociedad, la institución pertinente puede ser el consejo aldeano, los ancianos del clan, una congregación religiosa o una agencia del gobierno local. Pueden regir las costumbres del lugar, así como elementos de las culturas que pertenecen al ámbito regional, nacional e internacional.

Las instituciones controlan y movilizan la participación individual en las actividades, hacen que los seguidores obedezcan a los líderes, responsabilizan a los líderes frente a los seguidores, resuelven la competición y los conflictos y, logran la cooperación. El análisis social de la evaluación ambiental identifica a la estructura local de incentivos y limitaciones que guían y controlan, al comportamiento con respecto a los recursos naturales. Esto tiene particular importancia para el proceso de la consulta con las comunidades locales que ocurre durante la evaluación ambiental, e implica la creación de vínculos entre las agencias gubernamentales (del proyecto) y las instituciones tradicionales de la gente.

Uso de la información social durante las evaluaciones ambientales[editar]

En las áreas mencionadas anteriormente, la información social es útil a varios niveles. Primero, se utiliza para verificar o modificar las premisas existentes acerca a la población local, y estas pueden ser sumamente importantes para la evaluación ambiental. El acceso y uso de los recursos naturales de parte de las comunidades locales, por ejemplo, puede ser muy diferente de lo que cree la gente de la ciudad capital. La gente designada por el gobierno central para manejar los recursos naturales posiblemente tenga poca autoridad práctica y ninguna influencia sobre los grupos que captan el poder local. Los resultados del análisis social pueden poner a prueba a las suposiciones comunes y proporcionar información más precisa.

Segundo, se utiliza el análisis social para predecir la respuesta más probable de los grupos locales hacia el proyecto. En un ejemplo hipotético, hay un proyecto que requiere el desplazamiento de las aldeas agrícolas que existen en una cuenca, y el promedio de las fincas es de 5 hectáreas. La compensación que se entrega por la expropiación de 5 hectáreas, es suficiente para que los agricultores compren 3 hectáreas de terreno agrícola de reposición, y para que se restablezcan sin ayuda adicional alguna de parte del proyecto. Sin embargo, el análisis clasificado de la población afectada, revela que el promedio de 5 hectáreas, es el resultado de una situación en la que pocas familias tienen grandes extensiones de tierra, y la gran mayoría de la gente cultiva lotes marginales de menos de 1 hectárea, o alquila el terreno, o son aparceros. La compensación que recibe la familia por un lote de menos de 1 hectárea, no será suficiente para comprar un terreno del tamaño necesario para su manutención. Además, el cincuenta por ciento de la población de la aldea, técnicamente, no tiene ningún terreno, y estas familias no recibirían ninguna compensación que ayude a su restablecimiento. Uno de los resultados más probables sería que los agricultores marginales y los que no tienen tierra, se dediquen a desbrozar y cultivar el bosque de la cuenca superior para poder sobrevivir.

Tercero, el análisis social es una parte útil del proceso de formulación de estrategias para contrarrestar los impactos ambientales. Posiblemente sea la auto-sostenibilidad, el criterio individual más importante de una estrategia social viable para controlar los efectos ambientales y, que la gente local pueda mantener el proyecto cuando se presenten los cambios políticos. Usualmente se paralizan las estrategias que requieren insumos o subsidios de afuera del área, cuando las prioridades externas cambian o cuando los presupuestos externos sufren limitaciones. Para que sea viable, es también importante que la estrategia social compagine con la organización social y estructura institucional de las comunidades locales. Por ejemplo, si el análisis social señala la importancia de los grupos descentralizados dirigidos por los ancianos, y éstos carecen de autoridad más allá de su aldea, entonces una estrategia ambiental que contemple la consolidación del control sobre los recursos forestales bajo un solo anciano, provocaría resistencia de parte de las otras aldeas.