Discusión:Sociedad, Familia y Educación/Grupos de edad y cambio generacional\La subcultura adolescente

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La subcultura no es simplemente “diferente” de la cultura dominante, o sería otra cultura: quizá sea mejor decir que es una variante singular de esa cultura, o que se diferencia de ella pero pertenece a ella.

Creo que deberíais hacer una referencia más específica al desarrollo de la idea de una subcultura adolescente o juvenil en los 50 y 60, en particular con el aumento de la escolarización (secundaria superior: la high school), en la música (rock, pop), el cine (Rebelde sin causa, West Side Story...)

Las que enumeráis al final como 'subculturas' creo que son más bien tribus, o tribus urbanas.

No estaría mal, por lo demás, hacer alusión a los cambios generacionales: generaciones X, Y, Z o nativos digitales...

También creo que hay que mencionar los rasgos etarios o generacionales que resultan más problemáticos desde el punto de vista de la institución escolar: deseo de gratificación, desafío a la autoridad, despertar sexual, etc.--Enguita 21:17 19 feb 2012 (UTC)[responder]

Formato[editar]

Como habíamos comentado, he puesto el formato que teníamos al principio. (David)

Origen de las culturas juveniles[editar]

Hola, propongo introducir un apartado que sea la evolución y el origen de las culturas juveniles. Lo que he redactado sería lo siguiente:

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3.4.2 Origen de las Culturas juveniles

Tras la II Guerra Mundial, la juventud quedó inmersa en un estado de despolitización, escepticismo y consumismo, aunque se intuía una tendencia hacia la juvenilización de la sociedad, expresada en “cultura juvenil” mediante el culto a lo joven. La juventud se convirtió en la “edad de moda” (Aranguren, 1961).

A lo largo de los años 60, en los países occidentales se modificaron las condiciones sociales y las imágenes culturales de los jóvenes (Hall y Jefferson, 1983). Los factores fundamentales para este cambio fueron los cambios políticos y económicos para el bienestar que favorecieron a los jóvenes, el cambio de la autoridad patriarcal, el nacimiento de un mercado destinado a los jóvenes, el origen de los medios de comunicación de masas, y por último, la modernización de la moral más puritana hacia una moral consumista y más laxa (como la “revolución sexual”). Es en estos años donde la juventud toma la palabra y comienzan a ocupar el escenario público (París 1968) y donde aparece el activismo político y el compromiso social.

Los estilos juveniles espectaculares que habían surgido en Norteamérica y Europa occidental en la postguerra (de 1946 a 1976) irrumpieron en España al final del franquismo, con el nombre de “tribus urbanas”, y se generalizó en los años 80 con la llegada de las “movidas” nocturnas y la nueva democracia.


La sucesión de subculturas también se explicaría mediante la metáfora evolucionista, pues muchos autores tienen a situarlas en una línea progresiva en la que cada estilo procedería de los anteriores a los que, sin embargo replicaría. Según Georeges Melly, las subculturas recorren siempre un ciclo vital, cuya obsolescencia viene marcada generalmente por la conversión del estilo subcultural en un “manierismo”.

En esta línea se perfilan dos recorridos paralelos (pero no exentos de conexiones) que, según Jeff Nuttall, permiten articular las diferentes subculturas en torno a los conceptos opuestos de “clásico” y “romántico”. Para Nuttall, el estilo clásico de los teddy boys, tal y como aparece representado en la novela Absolute beginners, se opondría al estilo romántico de los rockers, por lo que serían los mods y no estos últimos los verdaderos descendientes de los teddy boys, en contra de lo que sostienen otros autores. En definitiva, los teddies habrían inaugurado una saga clásica en la que se han ido sucediendo mods y skins, mientras que los hippies y los punk pertenecerían al estilo romántico.

Otros autores apuntan la idea de la “ciclicidad” de las subculturas desde la perspectiva marxista y sostienen que los estilos juveniles siempre constituyen desafíos que acaban estableciendo nuevas convenciones, en las que luego se inspirar otros estilos.


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Bueno, decid que os parece.

--David Miranda 13:17 30 dic 2011 (UTC)[responder]

He añadido tres párrafos, para introducir de alguna manera el origen con las distintas subculturas que propongo añadir en el punto 3.4.4.


OBSERVACIONES, MFE Esto necesita mucho más trabajo Necesita referencias y/o enlaces, p.ej. Burke, DRAE La lista de características y cambios desde Factores... no tiene mucho sentido, parece más bien arbitraria, lo mezcla todo sin explicación carece de fundamento o debería acompañarse de referencias válidas.

Distintas subculturas juveniles. Si quereis cambiamos el título del epígrafe, lo resumimos o quitamos alguna que no considereis importante.[editar]

3.4.4 Subculturas adolescentes de importacia en europaTexto en negrita

3.4.4.1. Movimiento okupa

El movimiento okupa es una subcultura surgida entre los años 60’ y 70’ que tomó fuerza y se masificó en la década de 1980. El movimiento creció notoriamente en España en los años 60’ y 70’ debido a la gran demanda de vivienda que se había generado por la afluencia de la población rural hacia las ciudades. Como su nombre indica, okupa, proviene de la palabra ocupación, en este caso de viviendas. Pero la letra “k” no es únicamente un cambio estético en la palabra de origen, con ella se pretende dar carácter político a la acción de su significado. El tomar una vivienda es la ocupación, pero la letra “k” representa la denuncia ante las dificultades de acceso que la sociedad, economía y burocracia plantean. Los ocupas son reconocidos bajo esta denominación en España, pero existen otros movimientos a nivel mundial que se asemejan a su filosofía y acciones: los Squats (Estados Unidos y Gran Bretaña), Movimiento Sin Tierra (Brasil), invasores, toma de casas y ocupación (Sudamérica). La ideología de esta subcultura encuentra sus bases en el anarquismo y el punk principalmente, pero también se han adoptado muchos de los ideales hippies. La igualdad social, ecologismo, antiimperialismo, antifascismo, derecho de los trabajadores, construcción de un ideal revolucionario y demás concepciones anarquistas, son las bases donde se fundan sus derechos a ocupación. El movimiento okupa toma edificios y terrenos abandonados con el fin de hacer uso del derecho a la propiedad. En ellos realizan cultivos, reuniones, actividades con fines sociales y en gran parte los utilizan de vivienda. Es común en las grandes ciudades españolas encontrar varios Centros Sociales Ocupas (CSO). Existe una importante organización detrás de ellos y están en constante guardia ante posibles ‘ataques fascistas’ (Guardia Urbana). Algunos de estos movimientos ocupas más reconocidos en España son:

• CSO 1924 • CSO El Barrio • CSO El Cierre • CSO El Kou • CSO Eskuela Taller • CSO La Bota • CSO La Casika • CSO La Traba • CSOA La Fabrika de Sueños • CSOA La Gatonera • CSOA La Gotera • El Antidoto • El Solar • EPA El Patio Maravillas • La Ironia • Palacio Social Okupado Malaya Barcelona es considerada ‘la capital okupa’ debido a la gran cantidad de centros existentes. Se la compara con Ámsterdam y Milán, importantes capitales europeas del movimiento okupa, posicionándola al mismo grado de relevancia.

3.4.4.2 Mods

Los primeros mods fueron jóvenes judíos de clase media que se reunían en los cafés del Soho de Londres. Como los teddy boys, los mods hacen de su ropa impecable y de su comportamiento esnob la característica distintiva de lo que luego se convertiría en una verdadera subcultura: trajes italianos, pantalones estrechos, cabellos cortos, Vespas o Lambrettas…, caracterizan a este grupo juvenil, que por primera vez en Gran Bretaña, había crecido junto a los negros emigrantes, hacia los que mantenían una actitud positiva y de los que admiraba su apariencia indiferente y orgullosa de su entorno. Los mods celebraban la nueva era consumista de los años 60 y ponían todo su énfasis en el fin de semana. Pero, si bien los primeros mods habían hecho de su estilo moderno casi un elemento de culto y las actividades ordinarias con las que llenaban su tiempo libre un ritual (lavarse el pelo, planchar la ropa, reunirse en sus clubes,…) la movilidad que les permitía su vespa acabaría siendo para muchos de ellos, el verdadero vehículo de su protesta y los convertiría en una subcultura visible a los ojos de la sociedad. Algunos enfrentamientos con sus rivales, los rockers, estigmatizaron a ambas subculturas como folk devils, elementos sociales peligrosos, causantes de un verdadero “pánico moral”. El carácter elitista y el fanatismo casi “religioso” De los primeros mods pronto se revelarían incompatibles con la ampliación indiscriminada de la subcultura, que los medios habían impulsado al propagar la “identidad mod”. El ocaso de los mods llega en la segunda mitad de los 60, gracias a la influencia americana y el comienzo del fin de la expansión económica británica de la postguerra. Los bohemios mods, con la mirada puesta en California, cambiarían las anfetaminas por el LSD y el cannabís y la vespa por el look de Carnaby Street. Si los hard mods se habían convertido en skinheads, los mods bohemios se volverían hippies.

3.4.4.3 Hippies

Los hippies instituyeron más bien una contracultura que una subcultura, pues en este caso no se trataba de proponer el tiempo libre como una alternativa a la falta de alicientes del resto de la semana, sino de adoptar una forma de vida global que caracterizara lo bohemio de un modo diferente. Como señala Hamm, los hippies constituyen la primera subcultura en la que se produce una verdadera homología, ya que los diferentes componentes de dicho modo de vida aparecen estrechamente relacionados e implicados entre sí. Otra gran diferencia entre los hippies y las demás subculturas, es que en este caso se puede hablar de una ideología (que exalta lo subjetivo y lo personal) y de un elemento cohesionador (Vietnam). Los hippies, que florecieron en Europa justamente cuando empezó su ocaso americano (finales de 1967), eran algo mayores que los miembros de otras subculturas, procedían de clase media, y además, entendían su condición de subcultura (o contracultura) como algo definitivo en sus vidas y no como un mero periodo de transición.

3.4.4.4 Skinheads

Los primeros skins habían heredado de sus predecesores, los mods, la obsesión por los mínimos detalles, que combinaban con elementos heterogéneos (éticos y estilísticos) de la clase trabajadora inglesa y con otros préstamos de los jóvenes negros del barrio londinense de Brixton. Agresivamente proletarios, chauvinistas y puritanos, ostentaban un uniforme que constituía una “especie de caricatura el modelo trabajador”, las cazadoras militares y las botas Dr. Martens eran los elementos clave de un modo de vestir que facilitase, junto al pelo rapado, la higiene personal y que además fuese funcional en los enfrentamientos y peleas. Eran adeptos a la música ska, que procede de la primera música reggae. Eran famosos en Londres por sus violentos enfrentamientos con jóvenes pakistaníes y negros, también por su actitud belicosa en los campos de fútbol, especialmente en clubes como el Tottenham o el Chelsea. Como señala Hebdige, el uniforme skin era tan ambiguo como la propia subcultura, resultado de un diálogo entre blancos y negros influyente pero inestable. Los skins volvieron a la escena social hacia 1979, con el declive de los punk, su tribu rival por excelencia. Al reaparecer se afiliaron a partidos de ultraderecha ( National Front en Gran Bretaña, FANE en Francia…), fomentaron grupos musicales de ideología nazi ( Skewdriver y su líder Ian Stuart Donalson) y se mezclaron con un nuevo tipo de vandalismo (hooligans).

3.4.4.5 Punks

Los punks no se sitúan ni en la línea “clásica” de los teddy boys, mods o skinheads ni en la “romántica” de los beats/hipters, rockers, hippies… aunque sin duda se encuentran más cerca de esta segunda. Contra los valores tradicionales que predica la moda, los punks ostentan un cierto tipo de ropa sucia, deshilachada, rota…reinventan la técnica del détournement creada por los dadaístas, y utilizan con el fin de vestirse, objetos destinados a un uso completamente diferente: imperdibles, pinzas de la ropa, espejos de bolsillo, mallas de nilón para naranjas, gafas sin cristales… En definitiva, los punks convierten su estilo en una especie de acto de significancia, sólo pretenden impactar, sorprender, incomodar, molestar… El estilo punk genera todo un mundo de fantasía coronado por auténticas crestas, cabellos disparados, coloreados y untados de vaselina… y un sinfín de símbolos de ideologías diversas.

Opinión distintas subculturas juveniles[editar]

Está bien lo de las subculturas de importancia en Europa, pero yo pondría, en vez de Europa, en España.

En un documento de Carlos Feixa, el de las subculturas en España, hace un recorrido en la historia:

Las culturas juveniles en España:

1. Golgos y Hippies (1960-1976)

2. Punkies y Posmodernos (1977-1985)

3. Pijos y Makineros (1986-1994)

4. Okupas y Skinheads (1995-1999)

5. Fiesteros y Alternativos (2000-2004)


Si os parece bien, lo extendemos un poco, y lo cambiamos por las de Europa, aunque más o menos son las mismas. --David Miranda 10:41 12 ene 2012 (UTC)[responder]

Yo lo he estado mirando y no me parece mala idea, he hecho un resumen de las subculturas y las pongo aquí, no lo he querido resumir en exceso, para que también vosotros podáis leer que puede estar mejor (he intentado resumirlo todo lo posible pero eran bastantes páginas):

1. Golfos & Jipis (1960-1976) La emergencia de las culturas juveniles en España se produce en pleno régimen franquista. Se encuentran referencias a los estilos juveniles que en Europa y Estados Unidos existían. Se producen toda una serie de manifestaciones de inconformismo juvenil, de la delincuencia a las modas: gamberros, bloussons noirs, teddy boys, vitelloni, raggare, rockers, beatniks, macarras, hippies, halbstakers, provos, ye-yes, rocanroleros, pavitos, etc, eran variedades de una misma especie: la del “rebelde sin causa”. Según las estadísticas de 1963, en España sólo había 161 delincuentes por cada 100.000 habitantes (en Inglaterra 852, en Estados Unidos 455, en Alemania 378, en Italia 216): “En España... tenemos un índice relativamente bastante inferior al de países de igual grado de civilización, debido tal vez a la constante histórica, al peso de los siglos y a la tradición familiar constituyen un bagaje del que no puede uno desprenderse fácilmente (...) Dicha delincuencia es el fruto de un conjunto de fines y causas muy complejas, muy interrelacionadas con la transformación de una sociedad de cultura rural o agraria a industrial y posindustrial.

2. Punkis & Posmodernos (1977-1985) A fines de los ‘70, interrumpe en España las llamadas “Tribus urbanas”. Los medios de comunicación dedicaron gran atención al fenómeno. En plena efervescencia de la movida, desaparecen los estudios cualitativos y testimoniales que podrían dar cuenta de las culturas juveniles emergentes. Solo al final del periodo aparecen algunos estudios que marcan un cambio de interés hacia el consumo cultural. En los ochenta los pasotas son un movimiento contracultural, que responde a las contradicciones generadas en seno a la sociedad en que vivían. El pasotismo es uno de los tantos movimientos juveniles que surge en Occidente como el producto y respuesta a una época de ruptura y a una sociedad en crisis. El pasotismo es un estilo de vida que protesta simbólicamente, mediante nuevos caminos y nuevos recursos de lucha, a los valores y estilos de vida que les quieren imponer desde la cultura dominante. “Algo semejante apareció en Madrid en 1978 y perduró hasta 1983: la Movida. Mediante el análisis de la composición de las bandas musicales que se identificaban con la Movida, pretenden demostrar su definición de movimiento juvenil. Los grupos musicales no es más que un reflejo reproductor de la estructura de los jóvenes: y los jóvenes se estructuran socialmente en grupos cerrados” (Gil Calvo & Menéndez 1986: 240).

3. Pijos & Makineros (1986-1994) Desde el punto de vista de las culturas juveniles, el periodo se caracteriza por tres procesos: la segmentación de las subculturas juveniles en múltiples estilos que aparecen como un catálogo de El Corte Inglés; El renacimiento de lo pijo (una forma de recuperar sin complejos la identidad de clase alta); la hegemonía de la marcha nocturna con el nacimiento del estilo makinero (a caballo de la proliferación de nuevos locales de diversión, de la explosión de la música electrónica de base comercial, y del surgimiento del mercado de las drogas sintéticas. Hay una cierta mitificación de la juventud del pasado: los viejos progres (ahora en el poder) idealizan su pasado rebelde y critican a los jóvenes por falta de contestación y vivir al dictado del consumo: es la hegemonía de lo pijo. La apropiación de la moda por parte de los individuos evidencia cómo los jóvenes consiguieron apropiarse de ella para transformar radicalmente su significado. El traje es vehículo primordial de ese objetivo aparencial de la eterna juventud. “El rejuvenecimiento físico obligatorio le corresponde una cierta “infantilización” cultural” (Rivière 1989: 73).

4. Okupas & Skinheads (1995-1999) El movimiento okupa inquieta a las fuerzas de seguridad del Estado. Los informes policiales indican que las decisiones de este tipo de colectivos se toman en una asamblea, a la que asisten muy pocas personas y después las consignas se van transmitiendo al resto de los okupas de forma verbal... En Cataluña, los movimientos okupas y nacionalistas radicales agrupan a unos 2200 jóvenes, mientras que los Estudios de Juventud sobre culturas juveniles en España (1960-2003): 17 skins y la extrema derecha suman unos 2000 (La Vanguardia, 17-10-99). Los pelaos son la versión hispánica de los naziskins, la apropiación del movimiento skinhead por parte de grupos neonazis, que desde fines de los 80 protagonizan distintos hechos dramáticos en la prensa española (ultras del fútbol), aunque no adquieren mayor protagonismo social hasta la segunda mitad de los 90, asociados a la creciente preocupación social ante la llegada de nuevas oleadas de inmigrantes. Coinciden con la explosión de los okupas, versión hispánica de los squatters que habían surgido en el post-68 vinculados a la ocupación de casas desocupadas para destinarlas a la experementación de nuevas formas de convivencia juvenil y alternativas contraculturales. La prensa hablará de “unos 600 jóvenes extremistas... comunistas, okupas e independentistas radicales” (El País, 14- 10-99). La presencia de unos 250 policías antidisturbios (que oficialmente habían acudido para impedir el contacto entre ambas manifestaciones) no puede evitar una “explosión de ira” por parte de un sector de jóvenes alternativos, que se expresa en diversos actos contra el mobiliario urbano y contra algunas entidades bancarias, inmobiliarias y Empresas de Trabajo Temporal. En los días siguientes, los medios de comunicación reproducen fielmente los atestados policiales, que hablan de graves destrozos, vandalismo, colectivos violentos organizados y tácticas de guerrilla urbana. Todos los reportajes subrayan el protagonismo del movimiento okupa, que había convocado a la movilización, y según la policía, había dirigido la batalla desde dos de sus “centros sociales” emblemáticos (la Hamsa y Can Vies). El suceso marca el punto álgido del enfrentamiento entre dos de las subculturas juveniles presentes en el escenario urbano: okupas y skinheads. Desde el punto de vista social, ciertas problemáticas estructurales (como la nueva inmigración, las limitaciones en el acceso de los jóvenes a la vivienda y la “noturnización” del ocio juvenil) abren espacios para un nuevo protagonismo de las culturas juveniles. Después de haber construido el marco teórico y señalado los movimientos juveniles como un fenómeno neotribal, y a sus miembros por lo tanto como indígenas del asfalto, resumen lo que significa el termino “tribus urbanas”: un conjunto de reglas específicas a las que los jóvenes deciden modelar sus imágenes. Las estéticas manifiestan un deseo de autoexpresión, de forma agresiva y violenta. El movimiento punk, originario de Inglaterra a finales de los años setenta, favoreció el renacimiento de los skinheads, que habían desaparecido del fervor cultural urbano ingles hace unos años.

5. Fiesteros & Alternativos (2000-2003) Con el cambio de milenio, las culturas juveniles se generalizan en España a partir de tres grandes tendencias. En primer lugar, renace un cierto activismo en la escena pública que se proyecta en el denominado movimiento antiglobalización y sus repercusiones culturales (de la música de Manu Chao a un cierto neohippismo en la moda). En segundo lugar, se generaliza la llamada “cultura de baile”, simbolizada en el movimiento fiestero, en sus distintas vertientes (estilo techno, estilo fashion y fiestas rave). En tercer lugar, la difusión de Internet abre espacio a la generación de culturas de habitación y comunidades virtuales que se expresan en estilos como ciberpunks y hackers). Pero lo más representativo del periodo es la difuminación de las fronteras entre las distintas subculturas, y los procesos de sincretismo (de “mezcla y unión”). Las pautas de uso de las drogas dentro de estas culturas juveniles se diferencian mediante las diferencias entre los sexos. Además, las chicas parecen iniciarse a este consumo en edad más temprana que los varones, siendo pero también las primeras en dejarlo.Se puede hablar de dos etapas dentro del movimiento: “La popularización y vulgarización del movimiento juvenil hace que llegue a sectores no tan purista como los primeros “fiesteros”. En la cultura juvenil se introducen una serie de elementos que afectan a las relaciones entre los sexos y al papel de las mujeres en la cultura juvenil.

Párrafo cultura, subcultura y contracultura[editar]

En la parte de cultura, subcultura y contracultura, después de la definición de cultura de la RAE, añadiría esto:



A lo largo de la historia, la definición de “cultura” ha llevado consigo un debate implícito. Distintas trayectorias y movimientos han definido la cultura según su criterio. Raymond Williams(1965) se refiere a “cultura” como:


un modo específico de vida que expresa determinados significados y valores no sólo en el arte y la enseñanza, sino también en las instituciones y el comportamiento cotidiano. Analizar la cultura consiste, según esta definición, en dilucidar los significados y valores implícitus y explícitos en un modo de vida concreto, una cultura concreta


A partir de esta definición, la teoría de la cultura implica un estudio de las relaciones entre elementos en el seno de un modo de vida en su conjunto.




Cuando hablamos de subcultura, decimos "El término subcultura no forma parte ....", ponemos "son diferentes a los de la cultura dominante de su comunidad". Yo escribiría "son diferentes a los de la cultura dominante o hegemónica de su comunidad". Añadiría hegemónica.

Justo después, es decir, después de esa frase, añadiría:



Se refiere a la manera colectiva de expresar las experiencias sociales mediante estilos de vida distintivos o “microsociedades”, localizados fundamentalmente en el tiempo libre o en espacios delimitados dentro de la vida institucional, con un grado de autonomía respecto de los adultos y dotados de espacios y tiempos específicos.

Phil Cohen, en 1972, definió la subcultura como ”[...]una solución de compromiso entre dos necesidades contradictorias: la necesidad de crear y expresar la autonomía y la diferencia respecto a los padres[...] y la necesidad de mantener las identificaciones con los padres”

Lo que diferencia la subcultura adolescente de otras condiciones sociales subalternas (campesinos, mujeres o minorías étnicas) es que son etapas transitorias. Las subculturas adolescentes se traducen en estilos visibles que integran elementos provenientes de la moda, la música o el lenguaje.



Lo que viene después, el párrafo de "subcultura", lo quitaba, es decir, el siguiente párrafo:

"Subcultura" se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte. Podemos hablar de la subcultura católica o gitana, de la subcultura juvenil o campesina, de la subcultura criminal o musical, ello no significa en absoluto anormalidad, agresividad o enfrentamiento a la sociedad, propios de la contracultura (Cfr. J. M. Yinger T. Roszak).

--David Miranda 11:05 12 ene 2012 (UTC)[responder]

Referencias[editar]

Referencias que se han utilizado:


- Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE)

- Dick Hebdige. SUBCULTURA. El significado del estilo. Paidós Comunicación 157

- Culturas Juveniles en España (1960-2004). Carles Feixa (coord.), Laura Porzio, Israel Gutiérrez, Mireia Bordonada (2004). Edición Injuve y en línea.

- Carles Feixa. De Jóvenes, bandas y tribus. Antropología de la juventud. Editorial Ariel, S.A. Barcelona, 1999.

PARTE SOBRE LOS "EMOS"

En los últimos años ha crecido el interés de los adolescentes por una nueva subcultura llamada “Emotional hardcore”, o simplemente “Emo”. Esta subcultura fue creada en torno al género musical “Emocore” que se difundió en Washington D.C. al final de los años 80. El uso de la palabra “emo” se refiere a la voluntad de las bandas de emocionar el público durante los conciertos. Lo que caracteriza a los emos es: la manera de vestirse con ropas negras combinadas con color rosa (parecidas a la subcultura gótica), cabellos que suele taparles un ojo, las frecuentes modificaciones del cuerpo y las actitudes de autolesión. La palabra “emo” se asocia a emotividad que es una de las principales características de los emos y que les ha creado muchos problemas con otros grupos animados a la violencia; se registran muchos casos de “emo-fobia”. La elevada emotividad, a menudo, los empuja hacia la depresión, escribir poesías románticas, ser vegetarianos. Con los años han asumido la identidad de subcultura; una subcultura que por sus características se puede llamar “subcultura de las emociones”. La subcultura a menudo es producto de rechazos de determinados sectores de la sociedad por críticas sobre acusaciones de que ser emo es el paso previo o una forma de esconder la homosexualidad.

Versión "final"[editar]

Chicos os he mandado al correo un word que he hecho con la versión "casi final" de la wiki. Me parece bien sustituir las subculturas europeas por las españolas, pero no he quitado todo para que el lunes podamos elegir entre todos cuales son más interesantes. Sí he quitado en la versión de word todo lo referente a los adolescentes porque como dijimos no pertenece a nuestro epígrafe.

Un saludo y hasta el lunes.

Resumen movimieno okupa y mods[editar]

Chicos, como hemos dicho en clase, he quitado lo de adolescencia y he subido los dos movimientos que tenía que resumir más. Lo he copiado a continuación de la parte de subcultura (no tiene mucho sentido) pero lo he escrito así hasta que escribamos todos.

Resumen del inicio del artículo[editar]

Ya he metido la primera parte, como hemos quedado esta tarde. He dejado los huecos para meter las subculturas que quedan.

También he introducido las referencias. --David Miranda 00:40 24 ene 2012 (UTC)[responder]

Resumen Punk y Emos[editar]

He metido la parte de los Punks y de los Emos. Me falta de añadir unas referencias que tengo. Os diré mañana...

Subido hippies y skinheads[editar]

Ya he resumido la parte de hippies y skinheads. A ver si os parece bien.

Reduccion de caracteres de la subcultura[editar]

Ya he colgado la reduccion a 5890 caracteres (mas o menos) de la wiki... nos quedan unos 800 caracteres mas para añadir alguna referencia a la educacion.

Un saludo

Subcultura escolar[editar]

A ver que os parece esto.

SUBCULTURA ESCOLAR

La Cultura de la Escuela, en particular la escuela secundaria, está asociada a la subcultura juvenil debido a la diversidad social y económica, la edad o el capital cultural que les diferencia. Como afirman Louise Stoll y Deán Fink, son una aglomeración de distintas subculturas.

La cultura de la escuela es un sistema de normas, valores o rituales que se acumulan a través del tiempo. Con el paso de éste se desarrollan subculturas, principalmente entre los docentes, con lenguaje, normas, y fines diferenciados. De esta forma la cultura escolar posee dos aspectos: integrar la vida cotidiana en el interior de la institución y, al mismo tiempo, con diferencias y conflictos entre grupos, es decir, una mezcla entre la cultura del entorno y las subculturas que surgen.

- Baeza Correa, Jorge. El diálogo cultural de la escuela y en la escuela. Estudios Pedagógicos, vol. XXXIV, num. 2, 2008, pp. 193-206. Universidad Austral de Chile. Valdivia, Chile.


--David Miranda 09:05 16 feb 2012 (UTC)[responder]

Versión final final[editar]

Ya he subido la versión final. He añadido mis cambios a los que me habéis mandado.

Por falta de tiempo y simplificar las cosas, hemos trabajado por correo.

Esperemos que esto sea lo que se pide, ya que ha estado un mes la versión anterior subida y sin revisar. --David Miranda 20:07 23 feb 2012 (UTC)[responder]

La subcultura adolescente final[editar]

Ya está colgada la última versión de wikilibro. Hemos trabajado por correo para realizar estas últimas modificaciones porque nos resultaba más cómodo y no disponíamos de tiempo suficiente, porque en estos días hemos rehecho prácticamente todo. Esperamos que esto sea lo que nos indicó en el último tema de la discusión.