Bases biológicas del amor en pareja y patologías relacionadas: dependencia emocional y alternativas para soluccionar la dependencia

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Introducción[editar]

El amor de pareja es un estado emocional común a los seres humanos que conlleva cariño y deseo, lo segundo haciendo referencia al aspecto sexual ya que es común que las parejas se sientan atraídas física y sexualmente entre sí lo cual varía según la edad entre cada pareja y el flujo de hormonas que influyen en el proceso del enamoramiento. El amor visto desde una perspectiva biológica puede ser filial o romántico, asociándose con la supervivencia y la perpetuación de la especie humana a razón de cuestiones reproductivas.[1]

Desde una perspectiva químico-biológica, el amor es un fenómeno que integra e involucra a: estructuras cerebrales, órganos productores de hormonas y sus productos, es decir, mensajeros químicos responsables de la gama de sensaciones y emociones que se experimentan al estar enamorado. Ejemplos de lo anterior son el placer, el éxtasis, la euforia, seguridad, ansiedad, obsesión, dependencia y hasta depresión asociados a patrones de conducta, cognición y emoción. [2]

Sistema límbico y su relación con el amor[editar]

El sistema límbico fue conceptualizado entre 1930 y 1940 siendo clara la idea de la existencia de un sistema encargado de la generación de las emociones así como la expresión de las mismas. A lo largo del tiempo varios autores han postulado diversas hipótesis sobre las partes que componen el sistema y en la actualidad se ha llegado a un consenso sobre las mismas: 

  • Corteza y lóbulos prefrontales: Localizados en la parte anterior del cerebro, arriba de los lóbulos temporales. Los lóbulos prefrontales contienen “el área de Broca” que se encarga de la producción lingüística y oral. Los lóbulos prefrotales son el “sustrato” de las funciones ejecutivas, aquellas que permiten enfocar la conducta de cada persona hacia un fin específico así como planificar y secuenciar las acciones de cada persona y ligarse con los procesos de motivación. Corteza prefontal y la corteza del cíngulo son regiones relacionadas a la generación de sentimientos.
  • Formación del hipocampo Se localiza en el lóbulo temporal y es fundamental para el aprendizaje y la memoria. 

Amígdala

Estructura localizada en el lóbulo temporal, su función es la generación de emociones vinculando información proveniente de los sentidos a nivel emocional, además de dar lugar a respuestas emocionales innatas y aprendidas.

  • Hipotálamo Estructura localizada en el diencéfalo y relacionada con la hipófisis mediante la cual las glándulas endocrinas (de secreción interna) producen hormonas en el hombre. En el caso de la mujer, el tálamo, núcleo subcortical y diencéfalo filtran y analizan diversas modalidades sensoriales. 
  • Núcleos del tallo cerebral También denominados “núcleos del sistema nervioso autónomo”, se localizan en el tallo cerebral y determinan reacciones emocionales. 
  • Formación reticular Es el conjunto de núcleos neuronales indispensables para mantener los estados de conciencia: alerta y atención.
  • Hipocampo Estructura localizada dentro del lóbulo temporal intermedio, asociado a la memoria y de manera particular a la memoria a largo plazo y al análisis contextual. 

Importancia del Sistema Límbico[editar]

Lo más importante de dicho sistema es entenderlo a nivel funcional. El trabajo en conjunto de las estructuras que conforman a este sistema es apoyado, además, por diversos factores: Entornos del desarrollo, impresiones de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto), experiencias, aprendizaje, juicio, memoria y cognición para cada individuo; participan en la construcción del amor. [1]

Vías para la activación emocional y construcción de sentimientos[editar]

  • Corta/ inferior: Ejecuta respuestas emocionales y comprende al talo, amígdala, núcleos del tallo cerebral y el hipotálamo.
  • Larga/ superior: Ejecuta respuestas complejas de análisis extenso de los estímulos, actualmente se cree que está implicada en originar sentimientos, percibir lo que se siente. Se concibe que las regiones mas relacionadas a la generación de sentimientos son corteza prefrontal y corteza del cíngulo, así como la ínsula. La ínsula es receptora de aferencias de la corteza prefrontal, núcleos subcorticales y la amígdala que le indican a la ínsula lo que se siente para que la misma haga consciente cualquier emoción: miedo, orgullo, amor. [1]

La química del amor[editar]

Chemical basis of love

Hay diversas sustancias que están relacionadas con estados emocionales que se presentan durante la experiencia del amor. Estas incluyen a hormonas como la vasopresina, oxitocina, neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, opiáceos endógenos (relacionadas con el placer) como endorfinas y encefalinas. Es importante conocer estas sustancias para entender las conductas y emociones que los seres humanos presentan durante el amor. [3]

Vasopresina y oxitocina[editar]

La vasopresina y la oxitocina son péptidos formados por nueve aminoácidos. Son sintetizados en el hipotálamo. Éstos cumplen funciones vitales en nuestro organismo y están relacionadas con conductas sociales y lazos filiales.[3] La oxitocina está constituida por nueve aminoácidos: cisteína, tirosina, isoleucina, glicina, asparagina, cisteína, prolina, leucina y glicina, por un grupo amino terminal y un puente de azufre entre las dos cisteínas. La estructura de esta hormona es muy similar a la vasopresina, únicamente difiere en dos aminoácidos. Sin embargo, sus funciones biológicas son diferentes. La vasopresina cumple papeles fisiológicos en la vasoconstricción y antidiuresis; por otro lado, la oxitocina interviene en la lactancia y en contracción uterina. El papel primordial de la oxitocina en la conducta y la fisiología es dependiente de hormonas esteroides y el sexo, ya que su distribución y sus receptores depende del sexo. La oxitocina es una hormona neurohipofisiaria que se cree que regula las relaciones sociales positivas. Se sabe que la oxitocina y vasopresina, participan en el comportamiento de mamíferos, ya que son los que influyen en los vínculos de apego a los padres y a la elección de pareja.[4] La etapa del apego está mediada biológicamente por las concentraciones de éstas hormonas. Esta etapa está caracterizada por el amor apacible, la calma, la paz, la seguridad y la unión, lo que permite que una duración duradera; se cree que esto permitió que nuestros antepasados vivieran en pareja para criar a sus hijos. Durante el orgasmo los niveles de vasopresina aumentan en los hombres y la oxitocina en las mujeres, lo que provoca una sensación de apego.[5]

Dopamina[editar]

La dopamina es un neurotransmisor que participa en la regulación de la conducta motora, la emotividad, la afectividad y en la comunicación neuroendócrina, además de modular funciones cardiacas, renales, vasculares y de movilidad gastrointestinal. [6] La dopamina, pertenece al grupo de las catecolaminas; éstos son compuestos que están formados por un anillo bencénico con dos hidroxilos (catecol) y una cadena de etilamina; en la figura 3 podemos observar la estructura química de la dopamina.[5]

Figura 3. Estructura química de dopamina.

Un proceso importante durante el amor es la motivación, debido a que en el enamoramiento, la pareja toma el valor de recompensa, y éste está mediado ruta dopaminérgica (figura 4) en estructuras cerebrales; por lo tanto éstas pueden dirigir el comportamiento selectivo hacia la pareja. El área tegmental ventral (se puede apreciar en la figura 4 como VTA) es un grupo de neuronas dopaminérgicas localizadas en el tallo cerebral, que posibilita el desarrollo de recompensa; éste es un circuito emocional presente en los mamíferos y motiva las conductas de sobrevivencia y reproducción. En general, esta área está relacionada con un sistema de recompensa asociado con el placer, la excitación, la atención y la motivación de perseguir y obtener recompensas. El núcleo caudado se encarga de las recompensas, la detección, las expectativas, las metas, los estímulos sensoriales para generar acciones; es por ello que el amado es “un objeto” novedoso y único. La etapa del amor romántico está mediada por altas concentraciones de dopamina,[5] y ésto tiene un efecto de gran concentración de la atención, motivación y conducta orientada a un objetivo; estas características son fundamentales para entender el papel de este neurotransmisor en el amor. La euforia y el éxtasis durante el enamoramiento también están relacionadas con la dopamina, ya que a elevadas concentraciones se producen estas sensaciones, involucradas con la hiperactividad, insomnio, pérdida de apetito, temblores, aceleración de latidos cardiacos y de la respiración, incluso obsesión ansiedad y miedo. Este neurotransmisor es un punto esencial para comprender la dependencia en las relaciones románticas y la ansiedad ante la falta del amado. La dependencia y la ansiedad son síntomas de adicción, todas las adicciones están asociadas con altos niveles de dopamina. Así que el amor puede convertirse una adicción que genera dependencia cuando se es correspondido y por otra parte provoca ansiedad destructiva cuando se ve rechazado. Por lo tanto, cuando “la recompensa” se demora, las células productoras de esta sustancia trabajan más y bombean mayores cantidades para centrar la atención del cerebro a “su recompensa”. De igual modo el deseo de las relaciones sexuales con la pareja incrementan indirectamente los niveles de dopamina, lo cual se traduce en un aumento de testosterona, hormona del deseo sexual.[7]

Figura 4. Ruta dopaminérgica.

Norepinefrina[editar]

La norepinefrina es una sustancia derivada de la dopamina, cuyo nombre sistemático es 4-[(1R)-2-amino-1-hidroxietil]benceno-1,2-diol y estructura está representada en la figura 5. Sus efectos dependen de la parte del cerebro que esté activa, pero en general a mayores concentraciones de ésta se producen estados de euforia, energía, insomnio, pérdida de apetito, etcétera, efectos relacionados con el amor. También está relacionada con la capacidad de memoria de estímulos nuevos, es por eso que los amantes recuerdan detalles mínimos de los momentos que pasan juntos.[7]

Figura 5. Estructura química de la Norepinefrina, 4-[(1R)-2-amino-1-hidroxietil]benceno-1,2-diol

Serotonina[editar]

La serotonina es otra sustancia involucrada en la neurobiología del amor romántico, su nombre sistemático de este neurotransmisor es 5-hidroxitriptamina (5-HT), cuya estructura puede ser observada en la figura 6, ésta se encarga de la regulación de una gran variedad de funciones sensoriales, motoras y conductuales en el Sistema Nervioso Central en los mamíferos. Tanto la serotonina como sus receptores, se encuentran en el Sistema nervioso central y en el Sistema nervioso periférico, en tejidos no neuronales del intestino, el sistema cardiovascular y células sanguíneas. Se han identificado siete receptores de serotonina (5-HT1-5-HT7) y catorce tipos de receptores de serotonina; es importante mencionarlo debido a que el neurotransmisor 5-HT está involucrado en la fisiopatología de los trastornos como la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia y el trastorno obsesivo compulsivo.[8]

Figura 6. Estructura química de la Serotonina, 5-hidroxitriptamina.

La serotonina es otra sustancia involucrada en la neurobiología del amor romántico, y ésta es responsable del pensamiento recurrente del enamorado, podríamos decir que se presenta una conducta obsesiva. Cuando una relación se intensifica de igual modo se incrementan los pensamientos obsesivos debido a que hay una relación negativa entre la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. El aumento de estas últimas dos provocan un descenso en picada de serotonina, esto puede explicar el aumento de la compulsión de fantaseos y obsesiones por “el objeto” de su amor.[7] Esto se puede explicar con el conocimiento que tenemos de que las concentraciones bajas de serotonina están implicadas a patologías psiquiátricas, como el Transtorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Para fundamentar esta hipótesis se realizó un estudio en donde se evaluaron a 20 personas enamoradas, 20 personas con transtorno obsesivo compulsivo no medicados y 20 controles; a cada persona de los diferentes grupos se les tomó 20 mL de sangre para conocer la densidad del transportador de serotonina en las plaquetas; y se encontró que estos niveles son similares en los pacientes con TOC y los sujetos enamorados.[5]

Debido a las sensaciones de placer que provoca el amor puede generar conductas adictivas, obsesivas y dependientes. De hecho, los núcleos y los neurotransmisores que interfieren en las sensaciones que se experimentan durante el amor son los mismos que están relacionados a las adicciones a las drogas; además los síntomas que se presentan en la abstinencia por el consumo de drogas y cuando se termina una relación de pareja son muy similares.[8]

El problema de la dependencia y un posible tratamiento[editar]

La codependencia emocional es un problema latente en las sociedades actuales, generalmente las personas que presentan éste síntoma son aquellas que provienen de una familia disfuncional. Las familias disfuncionales son aquellas en las que se presentó abuso ya sea físico, emocional, psicológico, verbal y/o sexual. En todas las familias hay problemáticas y conflictos, sin embargo, lo que hace disfuncional o no a una familia es el no hablar de los mismos, no enfrentar el conflicto, no resolverlo: evitarlo a toda costa. Los niños que crecen en este tipo de ambientes crecen con ideas negativas dentro de sí mismos: creen que son culpables de todo lo que ocurre a su alrededor y que nunca llegarán a ser suficientemente buenos; motivo por el cual en la vida adulta son personas incapaces de mantener relaciones afectivas sanas.[9] 

Círculos Viciosos[editar]

Es común que los hijos provenientes de padres tóxicos o disfuncionales traten de llenar sus vacíos emocionales con algo ajeno a ellos mismos: drogas, alcohol, comida, sexo o una persona. En el caso de él último aspecto, el mismo hace referencia a que una persona se vuelve el centro de la vida de otra que proviene de una familia disfuncional. Es decir que es común que los hijos de padres tóxicos (haciendo referencia a su disfuncionalidad) establezcan relaciones en las que se ama demasiado: hay dependencia emocional por un individuo de la relación o de ambos, esto ocurre debido a que el vacío emocional provocado por el abuso vivido en la infancia, sea del que se trate, genera en las personas la tendencia a “sanarse” como se aprendió en su infancia: siendo autodestructivos, lo mismo que no ha funcionado a lo largo de su vida; distraen el dolor de manera temporal generando más y alimentando un círculo vicioso. Hay que mencionar que el no enfrentar el dolor y repetir los patrones aprendidos en casa, lejos de resolver el conflicto, dan pie a la adicción y a la codependencia. [9]

La Solución[editar]

Robin Norwood, especialista en el tema y autora del libro “Las mujeres que aman demasiado”, comenta que los pacientes que ha tratado con el cuadro de codependencia antes de la recuperación son muy parecidos en carácter, sin importar la particularidad de sus cuadros o su historia en la infancia; sin embargo un paciente que vence el patrón que vivió toda su infancia y de amar demasiado es una persona totalmente diferente a quién era antes. También comenta que hay diez pasos que ha notado, son comunes a sus pacientes recuperados; siendo los mismos sencillos pero no fáciles de seguir:[10] 

  • Buscar ayuda.
  • Hacer de la recuperación la prioridad absoluta en la vida del paciente
  • Buscar un grupo de apoyo integrado por pares que entiendan la situación.
  • Desarrollar el lado espiritual diariamente
  • Dejar de manejar y controlar a los demás
  • No engancharse
  • Enfrentar con coraje los propios problemas y defectos
  • Cultivar lo necesario para ser “tú mismo”
  • Volverse egoísta
  • Compartir con otros lo que se ha experimentado y aprendido.

Y estas son las características de un paciente que se ha recuperado de amar demasiado, según Robin Norwood:

  • Autoaceptación, amor propio y autoconsideración.
  • Acepta a los demás tal como son sin tratar de cambiarlos para satisfacer sus propias necesidades.
  • Conoce sus sentimientos y actitudes en todos los aspectos de su vida.
  • Valora todos de si mismo: personalidad, apariencia, creencias y principios, cuerpo, intereses y logros. Se auto aprueba, no busca una relación que le “otorgue” valor.
  • Su autoestima es suficientemente grande para disfrutar de la compañía de los demás. Especialmente del sexo opuesto, le parecen bien las personas tal como son y no necesita que le necesiten para sentirse digno.
  • Se permite ser abierto y confiado con la gente apropiada. No teme que le conozcan en un nivel personal profundo, pero tampoco se expone a la explotación de quienes no se interesan por su bienestar.
  • Se pregunta si las relaciones que establece son buenas para sí mismo y si le permiten expandirse como individuo.
  • En caso de presentarse una relación destructiva en su vida, es capaz de renunciar a la misma sin experimentar depresión o tristeza incapacitante. Conserva círculos de amigos que le apoyan y mantiene intereses sanos.
  • Valora su propia serenidad por sobre todas las cosas. Todas las luchas, el drama y el caos del pasado han perdido su atención. Se protege a sí mismo, su salud y su bienestar.
  • Sabe que una relación, para que funcione, debe darse entre dos personas que compartan objetivos, intereses y valores similares, y que tengan capacidad para la intimidad. Sabe también que es digno o digna de lo mejor que le pueda ofrecer la vida.[10]

Referencias[editar]

  1. 1,0 1,1 1,2 Escobar, A. (2007). Notas sobre las bases neuronales del amor. Revista Mexicana de Neurociencias, 8(1), 91-92.
  2. Camacho-Arroyo, I. (2011, febrero). ¿Qué es el amor?. ¿Cómo ves?, 10-14. Fisher, H. (2004). ¿Por qué amamos? Naturaleza y química del amor romántico. España: Taurus. 
  3. 3,0 3,1 Camacho-Arroyo, I. (2011, febrero). <<¿Qué es el amor?>> ¿Cómo ves?.
  4. López-Ramírez. (2014). <<Oxitocina la hormona que todos utilizan y que pocos conocen>>. Ginecol Obstet Mex.
  5. 5,0 5,1 5,2 5,3 Garza (2010). <<Neurobiología del amor>>. El Residente.
  6. Bahena-Trujillo (2000). <<Dopamina: síntesis, liberación y receptores en el Sistema Nervioso Central>>. Rev Biomed.
  7. 7,0 7,1 7,2 Fisher, Helen (2004). <<Por qué amamos? Naturaleza y química del amor romántico. Taurus.
  8. 8,0 8,1 Maureira (2009). <<Amor y adicción: comparación de las características conductuales>>. Revista Chilena de Nuropsicología.
  9. 9,0 9,1 Canales, J. (2014). Padres Tóxicos, Legado disfuncional de una infancia. México: Paídos.
  10. 10,0 10,1 Norwood, R. (2004). Las mujeres que aman demasiado. México: Vergara, Grupo Zeta.