Historia de Al-Andalus/La Edad de Oro de al-Ándalus: el Califato de Córdoba (929-1030)/La gran fitna (1009-1030). Guerra Civil en Al-Andalus

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En 1009, tras la muerte de Abd al-Malik, su hermano Abd al-Rahman Sanchuelo, cometió el grave error de imponer su designación como heredero del Califa, lo cual generó una rebelión en Córdoba que obligó a abdicar a Hisam II e instaló en el trono a Muhammad II (1009-1010). Éste derrotó a Sulaimán al-Mustain, quien también se había proclamado Califa. Sin embargo, pocos meses después, fue derrotado y asesinado por los mercenarios eslavos, que restauraron a Hisam II en el trono. Éste a su vez, reinó hasta 1013, cuando fue depuesto por al-Mustain (1013-1016). Después de la muerte de al-Mustain, Alí ibn Hammud (1016-1018) impuso la paz junto a su hermano Al-Qasim ibn Hammud (1018-1021).

Los primeros reinos de taifas (1037).

Después de 1021, se inició una guerra civil o fitna (fraccionamiento). Entre 1021 y 1023 hubo dos califas simultáneos en Córdoba y Málaga, hasta que en 1023 se restauró el califato Omeya en Abd al-Rahman V (1023-1024) y Muhammad V (1024-1025). Éste último emprendió una feroz represión sobre sus enemigos, pero no consiguió restablecer el orden y la autoridad del Estado cordobés. A los pocos meses, los Hammudíes presionaron para recuperar el poder y sitiaron la capital.

Muhammad III huyó de Córdoba, disfrazado de mujer, dejando el califato en manos de Yahya ibn Alí ibn Hammud (1025-1027), miembro de los Hammudíes. Tras la muerte de Yahya, las familias ilustres de Córdoba nombraron califa a Hisam III (1027-1031), quien carecía de la fuerza necesaria para salvar la catastrófica situación del califato. En 1031 los notables de Córdoba decidieron abolir el califato y sustituirlo por un consejo de gobierno, situación que desembocó en los primeros reinos de taifas.