Wikichicos/Cuentos tradicionales/El gato con botas

De Wikilibros, la colección de libros de texto de contenido libre.
No dejó a su hijo pequeño en herencia más que el gato
El gato con la bolsa y sus botas

El reparto de la herencia de un sencillo molinero no dejó a su hijo pequeño más que el gato del granero. Decepcionado, el hijo consideró comérselo para no morir de hambre, pero el gato le dijo: «No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis».

El hijo del molinero decidió seguirle la corriente. El gato, galantemente calzado, con la bolsa atada al cuello, se encaminó inmediatamente a una conejera cercana y cazó un conejo. Así puso su gran plan en marcha, yendo al palacio y presentando su caza al rey:

Traido un regalo para el rey

«He aquí, Majestad, un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás (que es el nombre que se le ocurrió dar a su amo) me ha encargado ofrecerle de su parte».

Con el regalo de un par de perdices y otros obsequios, siempre de parte del Marqués de Carabás, el gato con botas estuvo pronto en disposición de saber cuándo el rey y su hermosa hija pasearían por la ribera del río:

Se vistió con las ropas del rey

«Si seguís mi consejo podréis hacer fortuna —le dijo el gato a su amo—; no tenéis más que meteros en el río en el lugar que yo os indique y después dejadme actuar».

Decid a todos que estas tierras son del Marqués de Carabás

El gato gritaba «¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Qué se ahoga el Marqués de Carabás!» cuando el rey y su hija pasaban en su carroza cerca del río.

De esta forma, el hijo del molinero, desnudo, fue envuelto en las ropas que el rey llevaba para cambiarse y subido al coche de caballos del propio rey.

El gato se adelantó entonces a la comitiva real y se dirigió a las tierras de un poderoso ogro.

Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal
El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño, en un ratón
A los campesinos que estaban trabajando en ellas les dijo: «Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín».

Cuando el carruaje del rey pasó junto a los campesinos y Su Majestad preguntó quién era el dueño de aquellas tierras, todos ellos respondieron: «Son del señor Marqués de Carabás».

Mientras tanto el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia. Los guardias, desconcertados por la apariencia del gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y le llevaron ante su señor.

Cuando estuvieron sentados, el gato le dijo: «Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante».

Halagado, el ogro le dijo que era cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus habilidades. El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño, «en un ratón, en una rata». Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó por la cola y se lo tragó entero.

Al final el Marqués se casó con la princesa
Entonces reclamó el palacio del ogro como hogar para el recién nombrado Marqués y recibió al rey con su hija.

Al final el Marqués consigue a la princesa, y «el gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras los ratones sino para divertirse».