Psicología Social de la Comunicación/Competencia y práctica cultural

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Psicología Social de la Comunicación


Introducción[editar]

En este apartado vemos la noción de práctica cultural en términos de tres factores contextualizadores:

  • Reglas culturales, convenciones y estructurales.
  • Comunicación individual y las actividades cotidianas de construcción de significado.
  • La noción de competencia cultural.

Comunicación como práctica[editar]

La comunicación tiene que ver con la creación de significados, y los tipos de significados producidos dependen del contexto y la competencia cultural involucradas. La comunicación es una práctica cultural. Muchas prácticas culturales son también prácticas comunicativas.

La comunicación sucede cuando alguien da sentido a una cosa o actividad, aunque no haya ninguna intención de señalar o significar.

Pierce[editar]

Signo: algo que se presenta a alguien en lugar de algo en algún respeto o capacidad.

Comunicación: producción y negociación de significados.

Importancia de la definición de Pierce:

  • La producción de significado (y, por lo tanto, la comunicación) es una actividad que sucede todo el tiempo.
  • La producción de significado se da en situaciones que no son estrictamente comunicativas.
  • Cualquier actividad que realizamos puede constituir un signo; es decir, constituir una comunicación.

Competencia cultural[editar]

  • Qué significan los nombres siguientes: Miss Kittin, Felix Da Housecat, The Hacker, Fischerspooner, Air, Ladytron, Peaches, Ellen Allien, Adulto, Chicks on Speed, Dave Clarke, Dirty Princess, Goldfrapp, Kraftwerk, Le Tigre, Scissor Sisters, Soulwax, Tiga, Vive la Fete, Zombie Nation. Para responder a esta pregunta tenemos que hacer referencia al concepto de 'competencia cultural'.
  • Las distinciones culturales son un aspecto significativo en el conflicto entre clases dominantes y subordinadas. Los gustos y formas de vida arbitrarios son continuamente transformados en los únicos gustos y formas de vida legítimos. La ilusión de una distinción natural está basado en el poder de la clase dominante de imponer una definición de excelencia. El gusto clasifica, y clasifica al clasificador. Aunque por sí mismas no generan desigualdades, el hacer, marcar y mantener estas estrategias de clasificación sirve para legitimar estas desigualdades. El gusto es un discurso ideológico en cuanto que funciona como un marcador de clase social. El consumo cultural está en última instancia predispuesto a satisfacer la función de legitimar la diferencia social.

Competencia cultural:

  • Reglas oficiales y no oficiales por las cuales operan diferentes campos culturales.
  • Los géneros y discursos que caracterizan diferentes campos culturales.
  • La relación, dentro de la cultura, entre el capital cultural y económico.
  • Conocimiento y uso de las reglas culturales.

Campo cultural (Pierre Bourdieu)[editar]

“...todas las sociedades se presentan como espacios sociales, es decir estructuras de diferencias que sólo cabe comprender verdaderamente si se elabora el principio generador que fundamenta estas diferencias en la objetividad. Principio que no es más que la estructura de la distribución de las formas de poder o de las especies de capital eficientes en el universo social considerado —y que por lo tanto varían según los lugares y los momentos. Esta estructura no es inmutable, y la topología que describe un estado de las posicionas sociales permite fundamentar un análisis dinámico de la conservación y de la transformación de la estructura de distribución de las propiedades actuantes y, con ello, del espacio social. Es lo que pretendo transmitir cuando describo el espacio social global como un campo, es decir, a la vez como un campo de fuerzas, cuya necesidad se impone a los agentes que se han adentrado en él, y como un campo de luchas dentro del cual los agentes se enfrentan, con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura del campo de fuerzas, contribuyendo de este modo a conservar o a transformar su estructura”. (Bourdieu, Espacio social y campo de poder, 48-94)

Bourdieu habla de los campos como "universos sociales relativamente autónomos" (p. 84). Es en esos campos, campos de fuerzas, en los que se desarrollan los conflictos específicos entre los agentes involucrados. La educación, la burocracia, los intelectuales, lo religioso, el científico, el del arte, etc. son campos específicos, es decir, estructurados conforme a esos conflictos característicos en los que se enfrentan diversas visiones que luchan por imponerse.

  • Campo: espacios de juego históricamente constituidos, con sus instituciones específicas y leyes de funcionamiento propias. Espacios estructurados de posiciones producto de la distribución de ciertos bienes (capital) que dan poder a quien los tienen. Hay campos y subcampos con lógicas específicas que, a la vez, comparten reglas comunes. Los campos se definen a partir del capital que está en juego.
  • Una serie de instituciones, reglas, categorías, designaciones y títulos que constituyen una jerarquía objetiva que produce y autoriza ciertos discursos y actividades.
  • Los conflictos que aparecen cuando grupos o individuos intentan determinar lo que constituye capital en este campo, y como este capital tiene que ser distribuido.
  • Los campos culturales son fluidos y dinámicos, son constituidos por la interacción entre instituciones, reglas y prácticas, también son influidos por otros campos.

Capital (Pierre Bourdieu)[editar]

“El capital simbólico es una propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero, que, percibida por unos agentes sociales dotados de las categorías de percepción y de valoración que permiten percibirla, conocerla y reconocerla, se vuelve simbólicamente eficiente, como una verdadera fuerza mágica: una propiedad que, porque responde a unas "expectativas colectivas", socialmente constituidas, a unas creencias, ejerce una especie de acción a distancia, sin contacto físico”. (Bourdieu, La economía de los bienes simbólicos, pp. 171-172)

El capital simbólico (Bourdieu pone como ejemplo, entre otros, el "honor" en las sociedades mediterráneas, p. 108) sólo existe en la medida que es percibido por los otros como un valor. Es decir, no tiene una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los demás de un poder a ese valor. Para que ese reconocimiento se produzca tiene que haber uno consenso social sobre el valor del valor, por así decirlo. Gran parte de la obra de Bourdieu se ha dedicado al descubrimiento o revelación de los mecanismos que se dedican a la constitución de esos elementos que configuran el capital simbólico en cada campo social. Así cuando habla de una "teoría de la violencia simbólica", la califica como "una teoría de la producción de la creencia, de la labor de socialización necesaria para producir unos agentes dotados de esquemas de percepción y de valoración que les permitirán percibir las conminaciones inscritas en una situación o en un discurso y obedecerlas" (La economía de los bienes simbólicos, p. 173). Es decir, para que un valor sea percibido como tal, se generan toda una serie de acciones cuya función es la construcción de la creencia que perciba, reconociéndole, el valor. Sólo así puede funcionar el concepto de capital simbólico.

  • La tradición marxista define la pertenencia de clase en términos del acceso y el control del capital económico. Pierre Bourdieu hace una analogía entre el acceso a recursos económicos y culturales para tal de explicar el funcionamiento del sistema educativo en una sociedad capitalista dividida en clases. Considera que el sistema educativo legitima las desigualdades sociales. Los gustos culturales de las clases dominantes toman forma institucional, y su gusto por esta cultura institucionalizada se muestra como evidencia de su superioridad social y cultural. Los niños tendrán diferente grado de competencia cultural adquirida antes de la escuela con la familia. El sistema educativo no discriminará abiertamente en favor de los niños de clases altas sino que son evaluados de acuerdo con los mismos criterios de excelencia. Estos criterios, pero, son derivados de la cultura dominante.
  • La distinción se genera por patrones aprendidos de consumo cultural que son internalizados como preferencias culturales naturales y son interpretadas y movilizadas como competencias culturales ‘naturales' que finalmente son usadas para justificar formas de dominación de clase.
  • El Capital incluye cosas materiales, que tienen valor simbólico (como el dinero), y cosas no ‘materiales' que culturalmente tienen atributos significativos como el prestigio, el estatus o la autoridad (capital simbólico) y los modelos valorados culturalmente de gusto y consumo (capital cultural).
  • El capital actúa como una relación social dentro de un sistema de cambio, y hace referencia a cualquier bien (material o simbólico) que se presenta como escaso y buscado dentro de una formación social particular.
  • La cantidad de poder que una persona tiene dentro de un campo depende de su posición en este campo, que depende de la cantidad de capital que esta posee.
  • Estar en una posición de poder permite definir lo que constituye capital.
  • El capital cultural está atado con la habilidad de la persona de identificar qué puede hacerse y qué es valorado dentro de un campo cultural determinado.
  • El valor del capital está determinado y a menudo restringido dentro de un campo determinado. (Ejemplo: conocimiento de música techno es un capital cultural delimitado a un campo concreto).
  • Distinción: tipo de hábitus asociado con las clases altas que se ha extendido a otras clases sociales y que se ha naturalizado como buena y valiosa. Ejemplo: gusto por los vinos.
  • Hay conexión entre las características políticas, económicas, y culturales de ciertos grupos de personas, y sus tipos de prácticas.
  • Un cambio de grupo cultural puede provocar un cambio de prácticas culturales. Ejemplo: cambio de clase social.
  • Durante la segunda parte del siglo veinte, la cultura de masas ha cuestionado la cultura de la distinción.

Habitus (Bourdieu)[editar]

Dentro de su sistema conceptual, el hábitus es otra presencia constante. Dentro de la sociedad no existe una vivencia independiente de la sociedad misma y sus reglas; las experiencias están mediatizadas por las configuraciones de los diferentes campos. Si el campo es el marco, el hábitus es el efecto del marco, su interiorización:

“El hábitus cumple una función que, en otra filosofía, se confía a la conciencia trascendente: es un cuerpo socializado, un cuerpo estructurado, un cuerpo que se ha incorporado a las estructuras inmanentes de un mundo o de un sector particular de este mundo, de un campo, y que estructura la percepción de este mundo y también la acción en este mundo” (Bourdieu: ¿Es posible un acto desinteresado, p. 146)

La teoría de la acción que propongo (con la noción de hábitus) equivale a decir que la mayor parte de las acciones humanas tienen como principio algo absolutamente distinto de la intención, es decir disposiciones adquiridas que hacen que la acción pueda y tenga que ser interpretada como orientada hacia tal o cual fin sin que quepa plantear por ello que como principio tenía el propósito consciente de ese fin (Bourdieu: La economía de los bienes simbólicos, p. 166)

Bourdieu propone el ejemplo del "juego", en el que los jugadores, una vez que han interiorizado sus reglas, actúan conforme a ellas sin reflexionar sobre las mismas ni cuestionárselas. De alguna forma, se ponen al servicio del propio juego en sí. Esa interiorización y automatismo de las reglas de juego, que son las que determinan la capacidad de acción de los jugadores, se corresponden con ese "cuerpo socializado", con el hábitus generado en los diversos campos sociales. El propósito final de la sociología de Pierre Bourdieu sería la deducción de las reglas del juego partiendo de las acciones observables de los jugadores. El sociólogo tendría primero que determinar que tras ciertas acciones se esconde algún tipo de juego; tendría que establecer quiénes son los que están jugando; cuál es el espacio en el que se desarrolla ese posible juego (campo) y, una vez establecidas todas estas cosas, deducir de las acciones qué tipo de juego es el que practican. El juego es el conjunto de todo: acciones posibles, reglas, jugadores, beneficios que obtienen, estrategias para conseguirlos, terreno, etc.

  • Hábitus: internalización de reglas, valores y disposiciones; el principio generativo estable internalizado que regula la improvisación que produce las prácticas (Bourdieu, 1991b: 78).
  • Estos valores y disposiciones permiten responder a las reglas y contextos culturales en una variedad de formas (permiten improvisación), pero estas respuestas son siempre determinadas (o reguladas) por la socialización.
  • El conocimiento (la forma de entender el mundo, nuestras creencias y valores) está construido a través del hábitus, y se adquiere activamente.
  • Tenemos disposiciones hacia ciertas actitudes y valores, y comportamientos por la influencia ejercida por nuestra trayectoria cultural.
  • El hábitus está siempre constituido a través de la práctica; mostrado cuando un conjunto de disposiciones se encuentran delante de un problema, decisión o contexto particular.
  • El hábitus opera en un nivel parcialmente inconsciente. Para que un hábitus particular funcione efectivamente, cada miembro del campo cultural tiene que pensar que las posibilidades de entre las que escoge son necesidades, sentido común, naturales o inevitables.
  • Las reglas y estructuras de percepción que pertenecen a un cierto hábitus están inscritas en los individuos como si fueran ‘natura humana' o comportamiento ‘civilizado'. Todo lo que queda fuera de estas reglas y estructuras es comprendido como una presión hacia la persona.

Ejemplo: a) los modos de comer que en unas culturas se consideran ‘normales' y en otros ‘inaceptables'. b) Historia de Gord (canadiense). c) ¿diferencia entre comer carne y vegetales?

  • Sistemas, reglas, leyes, estructuras y categorías de significado y percepción sólo funcionan efectivamente como hábitus si no pensamos sobre las condiciones socioculturales de su producción y existencia.
  • Las clasificaciones se producen dentro de un marco cultural concreto.

Ejemplo: clasificación entre científicas–primitivas (denigrar otros sistemas de conocimiento), civilizados–bárbaros (justificar violencia en términos de la barbarie ajena). Ejemplo: Talibanes, mujeres y estatuas.

  • Hábitus. Se naturaliza a sí mismo y las reglas culturales y valores que lo hacen posible.

Características a destacar del hábitus:

  • El hábitus se produce en los condicionamientos dentro de un particular tipo de existencia basada en trayectorias culturales compartidas.
  • El hábitus regula el conjunto de posibilidades que una persona puede tomar y negociar. Regula qué significados, valores y narrativas son pensables.
  • El hábitus se puede transposar, de forma que personas de diferentes culturas pueden ajustar sus prácticas para adecuarse a diferentes contextos.
  • Hábitus está siempre orientado hacia la practicidad. Las disposiciones, conocimientos y valores están construidos por personas que los usan como medio para mejorar su posición social y adquirir mayor capital dentro de un campo determinado. Al mismo tiempo, lo que constituye el interés de los participantes se constituye a través del hábitus.
  • “Las prácticas más improbables son excluidas como impensables, por un tipo de sumisión inmediata al orden que inclina a los agentes a hacer una virtud de la necesidad, es decir, refutar lo que es siempre negado y desear lo inevitable” (Bourdieu 1990b:54).

Reproducción Cultural (Bourdieu: ‘Reproducción Cultural y Reproducción Social')

  • La tradición Marxista hace referencia a la reproducción ‘social' como la condición necesaria para la renovación de la mano de obra (vivienda, educación, salud,...). La reproducción ‘cultural' sería el proceso por el que la cultura (y el poder político) de la clase dominante es mantenido de una generación a la otra a través del sistema educativo.

Prácticas culturales y poder: Foucault[editar]

Foucault, Michel (1926-1984), filósofo francés que intentó mostrar que las ideas básicas que la gente considera verdades permanentes sobre la naturaleza humana y la sociedad cambian a lo largo de la historia. Sus estudios pusieron en tela de juicio la influencia del filósofo político alemán Karl Marx y del psicoanalista austriaco Sigmund Freud. Foucault aportó nuevos conceptos que desafiaron las convicciones de la gente sobre la cárcel, la policía, la seguridad, el cuidado de los enfermos mentales, los derechos de los homosexuales y el bienestar.

Nacido en Poitiers, Foucault estudió filosofía occidental y psicología en la École Normale Supérieure de París. Durante la década de 1960, encabezó los departamentos de filosofía de las Universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes (conocida de forma oficial como Centro Universitario Experimental de Vincennes). En 1970 fue elegido para el puesto académico más prestigioso en Francia, en el Collège de France, con el título de profesor de Historia de los Sistemas de Pensamiento. Durante las décadas de 1970 y 1980, su reputación internacional creció gracias a las numerosas conferencias y cursos que impartió por todo el mundo. Las principales influencias en el pensamiento de Foucault fueron los filósofos alemanes Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger.

Nietzsche mantenía que la conducta humana está motivada por una voluntad de poder y que los valores tradicionales habían perdido su antiguo dominio opresivo sobre la sociedad. Heidegger criticó lo que llamó "nuestro actual entendimiento de ser tecnológico". El pensamiento de Foucault exploró los modelos cambiantes de poder dentro de la sociedad y cómo el poder se relaciona con la persona. Investigó las reglas cambiantes que gobiernan las afirmaciones que pueden ser tomadas de forma seria como verdaderas o falsas en distintos momentos de la historia. Estudió también cómo las prácticas diarias permiten a la gente definir sus identidades y sistematizar el conocimiento; los hechos pueden ser entendidos como productos de la naturaleza, del esfuerzo humano o de Dios. Foucault afirmaba que la concepción de las cosas tiene sus ventajas y sus peligros.

El pensamiento de Foucault se desarrolló en tres etapas. La primera, en Locura y civilización (1960), que escribió mientras era lector en la Universidad de Uppsala, en Suecia, reflejó cómo en el mundo occidental la locura —que alguna vez se pensó infundida por inspiración divina— llegó a ser considerada como enfermedad mental. En esta obra intentó exponer la fuerza creativa de la locura que había sido reprimida tradicionalmente por las sociedades occidentales. En su segunda etapa escribió Las palabras y las cosas (1966), una de sus obras más importantes. La última etapa de Foucault empezó con la publicación de Vigilar y castigar, en 1975. Se preguntaba en este ensayo si el encarcelamiento es un castigo más humano que la tortura, pero se ocupa más de la forma en que la sociedad ordena y controla a los individuos adiestrando sus cuerpos; por ejemplo, un entrenamiento básico puede disciplinar y preparar a una persona para ser un soldado.

Los últimos tres libros de Foucault —Historia de la sexualidad, Volumen I: Introducción (1976), El uso del placer (1984) y La preocupación de sí mismo (1984) son parte de una truncada historia de la sexualidad. En estos libros, Foucault rastrea las etapas por las que la gente ha llegado a comprenderse a sí misma en las sociedades occidentales como seres sexuales, y relaciona el concepto sexual que cada uno tiene de sí mismo con la vida moral y ética del individuo. En todos los libros de este último periodo, Foucault intenta mostrar que la sociedad occidental ha desarrollado un nuevo tipo de poder, al que llamó biopoder, es decir, un nuevo sistema de control que los conceptos tradicionales de autoridad son incapaces de entender y criticar.

En vez de ser represivo, este nuevo poder realza la vida. Foucault anima a la gente a resistir ante el Estado del bienestar desarrollando una ética individual en la que cada uno lleve su vida de tal forma que los demás puedan respetarla y admirarla.

http://www.filosofía.limpio/materiales/reguera/sxx.htm

  • Campo cultural, capital y hábitus. Nos permitió entender como prácticas culturales son simultáneamente libres y reguladas, conscientes e inconscientes.

FOUCAULT y poder:

  • El poder, en las sociedades disciplinarias, no es algo que sea tenido o pertenezca a alguien. Funciona en términos de relaciones entre diferentes campos, instituciones, burocracias y otros grupos dentro del estado.
  • El poder no ‘pertenece a la gente'. La gente [el pueblo] es una entidad producida y sujeto por las fuerzas del biopoder. El bio-poder son el conjunto de tecnologías, conocimientos y discursos que se usan para regular las poblaciones. El bio-poder analiza, controla y define al sujeto humano, su cuerpo y su comportamiento.
  • Cada institución (educación, religión, trabajo, prisión,...) deja su marca en la gente, da forma a su ‘gusto'.
  • El poder es productivo. El bio-poder genera una variedad de categorías de gente y de comportamientos, diferencia entre la gente ‘normal' y la 'desviada'.

“[...] el trabajo de Foucault nos permite reconocer la naturaleza biopolítica de este nuevo paradigma del poder. El biopoder es una forma de poder que rige y reglamenta la vida social por dentro, persiguiéndola, interpretándola, asimilándola y reformulándola. El poder no puede obtener un dominio efectivo sobre la vida entera de la población más que convirtiéndose en una función integrante y vital que todo individuo adopta y aviva de manera totalmente voluntaria. Como dice Foucault, " la vida se ha convertido ahora [...] en un objeto de poder". La más alta función de este poder es la de investir la vida de parte a parte, y su primera tarea la de administrarla. El biopoder se refiere así a una situación en la cual lo que está directamente en juego en el poder es la producción y la reproducción de la vida misma”. (Michael Hardt y Toni Negri, Imperio, capítulo I.2).

Resumen[editar]

En este tema se presentan formas en que las prácticas comunicativas están producidas dentro de una cultura. Se ha especificado que:

  • La práctica es algo decidido y negociado ‘al momento', y no quizás reducido al nivel de la simple reproducción de leyes, reglas y sistemas de una cultura.
  • Las prácticas no se producen en un ocho: hay fuertes conexiones entre la trayectoria cultural de una persona, su forma de ver el mundo y sus actividades y comportamientos.

Las nociones de hábitus, capital cultural y simbólico, y campo cultural de Pierre Bourdieu nos permiten comprender como las formas de conocimiento que dan forma y determinan prácticas, necesitan ser naturalizadas antes de ser efectivas.

Las ideas de Bourdieu son complementadas con la noción de biopoder de Foucault. Las diferentes autoridades y discursos generan un sentido de escepticismo que los ayuda a distanciarse del control del biopoder. Por otra parte, el biopoder, al generar subjetividades anormales produce sujetos inclinados ‘naturalmente' a pensar y actuar en contra del biopoder.