Pisología Social de la Comunicación/D2b/Apartado2

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Malentendidos[editar]

La comunicación intercultural implica estados de incomprensión y frecuentes malentendidos (categoría moral que acontece como factor que distorsiona la comunicación y que debe ser superado para garantizarla), puesto que personas con diferentes referentes culturales interpretan y evalúan las situaciones de manera diferente y actúan también de manera diferente.
Existen siete tipos diferentes de situaciones en torno a malentendidos, en lo que hace referencia a su estructura:
    • Cuando el malentendido se identifica por parte de las personas que se comunican y reparan la situación durante la interacción.
    • Cuando se identifica rápidamente pero el resto de la conversación gira en torno al mismo.
    • La identificación del malentendido responde a un proceso gradual, y finalmente se repara y se recupera la conversación inicial.
    • La identificación es gradual pero no se llega a identificar el origen del malentendido.
    • La identificación es gradual, pero se rompe la conversación o se cambia de tema.
    • No se identifica el malentendido, aunque una observación externa lo podría identificar claramente.
    • No se podría identificar ni siquiera desde una observación externa, aun cuando las personas implicadas lo notan, y no llegan a reparar la situación.
Las situaciones de malentendido se dan de manera muy frecuente en situaciones de comunicación intercultural. Pueden desencadenarse en la percepción, en la interpretación y en la evaluación de las situaciones interculturales.

Causas de malentendidos o barreras para la comunicación intercultural[editar]

La comunicación intercultural puede verse obstaculizada por diversos factores; ya sean causados por las propias personas que pretenden comunicarse como por el contexto en el que se da la relación entre ellas (obstáculos contextuales).

Obstáculos personales[editar]

Son aquellos referentes a las características o aspectos de las personas, y en general, hacen referencia al desconocimiento, la desmotivación y la falta de habilidades interculturales.
Implican la necesidad de desarrollar ciertas competencias para evitarlos.
Las causas de estos obstáculos son debidas a la percepción de los implicados en la comunicación intercultural, categorías sociales existentes, o bien por ciertas actitudes y comportamientos de las personas.

Las percepciones[editar]

La manera de percibir y procesar la información es uno de los elementos cognitivos que suponen una barrera importante para la comunicación intercultural.
La percepción es el proceso por el cual los individuos seleccionan, organizan y evalúan los estímulos que provienen de su entorno. Es selectiva e inexacta, y depende de un proceso aprendido culturalmente, de manera que los referentes culturales tienen un gran impacto en el proceso perceptivo.
La cultura otorga el significado para poder interpretar aquello que percibimos (proceso de atribución). Los diferentes procesos de atribución de significados pueden causar graves malentendidos en la comunicación.
Por lo tanto, la percepción depende de nuestra cultura. Se caracteriza a menudo por ser parcial e imprecisa y puede superarse mediante una mejor comprensión de la cultura de la otra persona y la capacidad de empatizar con ella.

Proyección de similitud[editar]

Es asumir que las personas y situaciones son más parecidas del que son realmente, percibiendo similitudes cuando en realidad hay diferencias.

Equilibrio y consistencia[editar]

Tendencia a adoptar una serie de estrategias para conseguir una apariencia de consistencia ante la simpatía mútua entre personas.

Ceguera ante las diferencias[editar]

  1. Desde algunas perspectivas culturales se asocia el reconocimiento de las diferencias con actitudes negativas (prejuicio, racismo, sexismo y etnocentrismo).
  2. En general, las situaciones de multiculturalidad no se perciben como beneficiosas para el grupo.
Esto puede suponer un sesgo perceptivo ante la variabilidad cultural, negando las diferencias existentes entre personas de referentes culturales diversos.

Las categorías sociales[editar]

Las personas tendemos a organizar la información recibida en categorías conceptuales (que pueden ser muy diferentes para cada persona) para convertirla en formas menos complejas.
Tendemos también a simplificar la información del entorno identificando ciertas características como pertinentes a categorías sociales.
Las características concretas de situaciones, personas u objetos fruto de una experiencia tienden a generalizarse a experiencias similares posteriores.
Tendemos también a la asunción de similitudes entre las personas de varios referentes culturales, fenómeno denominado similitud cognitiva proyectiva y que afecta aspectos perceptivos de las personas.
Estas tendencias manifiestan un grado elevado de etnocentrismo y un uso abusivo de estereotipos y prejuicios, repercutiendo en relaciones asimétricas basadas en la discriminación. A continuación esclarecemos estos conceptos:

Etnocentrismo[editar]

El término etnocentrismo define la visión de las cosas desde una perspectiva en la que el propio grupo se encuentra en el centro de todo y los demás están en escala según la referencia del mismo.
Todas las culturas tienden a ser etnocéntricas y esto produce que la persona crea que los valores culturales propios son naturales y correctos y que el resto de personas que no los siguen se equivocan al actuar de forma distinta.
Así pues, todos entendemos y evaluamos las culturas diferentes a la nuestra de acuerdo con los parámetros de nuestra propia cultura. Esta perspectiva de percepción de las cosas, personas, etc. de otra cultura diferente a la nuestra desde el punto de vista del etnocentrismo cultural hace que encontremos la propia cultura más excitante, interesante, variada y mejor aprovechada por el potencial humano que el resto de ellas. Todo esto comporta que nos sintamos en cierto modo superiores al resto de culturas y que, por tanto, evitemos de algún modo el implicarnos profundamente en la comprensión y percepción positiva de aspectos culturales externos a los nuestros.
El problema central del etnocentrismo cultural es la imposibilidad de desarrollar la habilidad para vivir en otra situación cultural puesto que se da una distancia proporcional entre la insistencia de una persona de mantener las formas de su país de origen y la distancia social entre esta misma persona y las del país extranjero.
Sin duda, el etnocentrismo es también el origen del racismo, la xenofobia, la discriminación... Y la sufrimos cada día, a todas horas, de manera consciente o inconsciente. Incluso los que defienden el pluralismo, ejercen de alguna manera el etnocentrismo. Un claro ejemplo de ello son los nacionalismos.
El etnocentrismo ha hecho mucho daño a nuestra historia y seguramente ha sido la base para muchos de los totalitarismos que han existido. Adolf Hitler, con sus intentos de crear la "raza aria", perseguía, arrestaba, encerraba e incluso asesinaba a todo aquel que fuera judío, porque lo consideraba una raza inferior no digna de vivir. Su solución fue exterminarlos.
Ejemplo de etnocentrismo[editar]
Así pues, un ejemplo claro sobre el etnocentrismo cultural seria el caso de un estudiante de intercambio español que se fuera durante un año a estudiar a otro país totalmente diferente respecto a la cultura como podría ser China.
En la estancia de este estudiante en China se podrían ver diferentes clasificaciones del etnocentrismo cultural. Una de ellas sería el etnocentrismo educacional mediante el cual el estudiante compara la educación del país en el que está con el suyo y llega a la conclusión de que la educación que se imparte en España es mucho mejor que la de China. Otro tipo de etnocentrismo se denomina medicinal: si el estudiante enferma considerará las medicinas de su país mucho mejores que las chinas. En el etnocentrismo tecnológico, el español pensará que los instrumentos españoles son mucho mejores que los chinos para realizar cualquier cosa. También existe el etnocentrismo agrario, lingüístico y religioso en los que ya se puede suponer una clara superioridad de España frente a China respecto a estos tres conceptos.
Crítica al etnocentrismo occidental mediante el análisis de un estudio[editar]
Estudio: “L’enfant du lignage”, Rabain. J, capítol 1: “Le champ de l’observation et le temps de l’entretien”. Ed. Payot, 1979.n
Éste fue un estudio etnopsicológico realizado en Senegal, que tenía como objetivo estudiar el desarrollo social del niño y el proceso de socialización en el pueblo Wolof (ya que los antropólogos se encuentran limitados con la simple descripción de los rituales de esta etnia, que es lo que abunda en los estudios interculturales y sociológicos).
Al abarcar un estudio de esta magnitud, y sobretodo de un colectivo tan diferente al del investigador, es esencial conocer antes el código cultural de los Wolof como conjunto de reglas y normas conductuales y sociales por las cuales una sociedad o cultura reconoce a sus miembros, y sobre las cuales se definen las representaciones simbólicas, es decir, el imaginario colectivo. ¿Como interpretar, por ejemplo, las conductas y actitudes de la madre cara a cara con el niño que ella alimenta sino introduciendo la cuestión del código, de un discurso familiar y cultural que da un sentido a los gestos y palabras maternales? Ignorando, así, que todo comportamiento observable se refiere a un código, desconociendo el principio de mediación que las representaciones culturales introducen en las relaciones intersubjetivas, considerando estas representaciones como proyecciones o racionalizaciones secundarias, el culturalista ignora el lenguaje y por tanto esta cultura que intenta, paradójicamente, estudiar específicamente.
La introducción anterior pone de manifiesto uno de los principales problemas metodológicos del estudio: describir el proceso de socialización del niño implica estudiar la adquisición de este código cultural, en este caso prima la observación de ciertas formas de relación, principalmente los registros sobre los cuales la comunicación se establece entre el niño y sus padres (intercambios físicos, miradas, palabras, la distribución y los intercambios de alimentos y la manipulación de objetos). Estos modelos de relación, que se ofrecen centro de un gran abanico de posibilidades en el código cultura, constituyen un primer plano de diferenciación.
Al principio de esta investigación, la investigadora depende de una traductora que le permite comunicarse con el pueblo, pero poco a poco llega a aprender la lengua wolof, lo que le permite entender y tomar parte, en algunos casos, en las conversaciones. El pueblo escogido es visitado regularmente por un equipo de pediatras, la investigadora aprovecha la oportunidad y al llegar se presenta como quien estudia a los niños para curarlos mejor. A medida que pasa el tiempo, su interés permanente hacia los niños, sus palabras y sus juegos, despierta un punto enigmático para los interlocutores. Este hecho nos lleva a dos problemas metodoógicos inherentes al objeto mismo de la investigación, el investigador europeo que desarrolla tal estudio se encuentra inevitablemente con dos dificultades: por un lado, sus preguntas y sus intervenciones, provenientes de la significación que tiene la individualidad dentro de su propia sociedad, corren el riesgo de enmascarar el mismo objeto de estudio; por otro lado, estas mismas intervenciones se pueden topar con la resistencia de las normas y de los ideales a través de los cuales la sociedad estudiada expresa sus propios modelos de individualidad. El observador tiene que saber que él mismo también forma parte de la realidad que observa. Debe analizar sus conductas y actitudes a la luz de las reacciones que estas suscitan, ha de tomar consciencia de la posición imaginaria y simbólica en la cual es situado por sus interlocutores.
Para los Wolof, preguntar sobre una persona tiende a poner en cuestión su posición social, sostenida por el consenso colectivo, a particularizarla a los ojos de los demás, las preguntas relacionadas con la individualidad, el pasado de la persona, sus cualidades, son interpretadas como irrespetuosas, como agresivas. Particularmente, toda palabra, cuestión o comentario que anuncie públicamente las cualidades visibles del individuo, y aún más si se trata de un niño, trae "mala suerte", es considerado como el despertar de un ataque de brujería. De este modo, la interrogación directa no es un medio tradicional admitido para adquirir tal conocimiento. La investigadora tiene que subordinarse a la escucha y la observación silenciosa.
Son numerosas las evocaciones de cualidades prohibidas: cualquier comentario sobre la belleza, la salud, la inteligencia, la vivacidad del niño, su parecido con sus padres, es desplazada. La observadora recurre desde este momento a una serie de etapas a medida que toma consciencia de esta resistencia cultural a la interrogación y a la atención particularizando. En un primer momento se da cuenta de que incita a los interlocutores a ocupar una posición que sus modelos culturales rechazan. En segundo lugar, busca hacer callar o anular sus propios modelos de individualidad adoptando una actitud de escucha y de reserva. En un tercer momento, finalmente, se esfuerza por utilizar positivamente las normas culturales de sus interlocutores, bien atenta a las lagunas, a las metáforas, a los silencios de sus diálogos y discursos. Ahora bien, la situación de observación, restringida a la toma de anotaciones, aisla a la investigadora de la conversación espontánea, de la participación a un trabajo esporádico. Por tanto, la posición de la observadora solo será reconocida si satisface las exigencias del ritmo familiar, marca de su adhesión al consenso colectivo. Será entonces cuando podrá deslizar las cuestiones a la conversación, observar y quedarse en silencio, manifestar un interés selectivo y discreto.

Relativismo cultural[editar]

El aspecto opuesto al etnocentrismo seria el relativismo cultural, que se basa en intentar entender el comportamiento de los demás dentro de su contexto cultural.
Así pues, el relativismo cultural se entendería como la oposición al postulado de una cultura única, hegemónica, universal. Además, este concepto puede entenderse como el principio que afirma que todos los sistemas culturales son intrínsecamente iguales en valor, y que los rasgos característicos de cada uno tienen que ser evaluados y explicados dentro del sistema en el que aparecen. Según este principio, toda pauta cultural es intrínsecamente tan digna de respeto como las demás y no hay ninguna cultura por encima de otra.
No obstante, aunque pueda parecer que el relativismo cultural es la forma necesaria de adoptar para entender las diferentes culturas, no hay que llevarlo al extremo. Si utilizásemos el relativismo cultural como una filosofía de vida podríamos llegar a la conclusión de que todas las reglas y normas morales han de ser respetables de igual modo y esto no es así. Por ejemplo, si nosotros utilizásemos el relativismo cultural como pauta para movernos por las diferentes culturas, podríamos obtener una perspectiva positiva de la Alemania nazi y esto no debe ser así de ningún modo. Lo mismo ocurriría con otros aspectos que podemos calificar de inhumanos como sería por ejemplo el canibalismo: aunque, por desgracia, esta práctica exista es una inmoralidad en contra de todos los principios humanos y, por tanto, no deben aprobarse sus reglas o normas.


Existe un continuo dónde situamos las diversas aproximaciones desde un bajo relativismo
y alto etnocentrismo hasta un alto relativismo y bajo etnocentrismo. Ambos extremos pueden
resultar un obstáculo para la comunicación intercultural.

Culturalismo[editar]

Se confunde generalmente con el relativismo cultural. Sostiene que todo se relativo a la cultura, difiriendo de otros planteamientos relativistas que proponen la relatividad de la cultura a los comportamientos humanos, necesidades, estructuras sociales, etc.

Estereotipos[editar]

Proceso de selección utilizado por organizar y simplificar las percepciones sobre los otras. Es una forma de generalización de grupos humanos, categorizando las personas y definiendo una serie de características para cada categoría humana.
Los estereotipos ofrecen las bases para prever los comportamientos de los miembros del grupo estereotipado, muchas veces de manera inadecuada. Puede resultar un obstáculo en la medida que provoque evitar el contacto con miembros del grupo estereotipado, produzca sentimientos negativos hacia personas que hagan parte de la interacción o bien cree conflictos interculturales.
Todas las personas tienen estereotipos, pero puede evitarse su uso abusivo dotándose de mayor número de categorías o incrementando la complejidad y la capacidad de alternatividad interpretativa.
Tipos
    • Deductivos / Inductivos
  1. Deductivos: Son fruto de asumir las generalizaciones abstractas asignadas a toda una cultura.
  2. Inductivos: Generalización de una pequeña muestra a todo un grupo.
    • Negativos / Positivos / Neutros
Sociotipos o estereotipos positivos: generalizaciones adecuadas sobre grupos sociales o culturales. Son útiles si la persona es consciente de ellos, y si son de naturaleza descriptiva, exacta y modificable.
Consecuencias de los estereotipos
    • Desconsideración de las diferencias entre miembros de cada grupo.
    • Dificultad de movilidad de las personas de una a una otra categoría: el individuo no se trata como persona individual, sino como un miembro típico de una otra categoría.
Características
    • Resistencia al cambio.
    • Simplificación y generalización de la realidad que comporta.
    • Capacidad de completar la información cuando esta es ambigua o incompleta.
    • Orientan las expectativas.
    • Facilidad de recordar la información coherente con el estereotipo.
Todos los estereotipos se consideran un obstáculo para la comunicación intercultural mientras produzcan una falsa comprensión de la persona con quien nos comunicamos. De hecho, generalmente responden a generalizaciones inexactas de tres maneras:
a. Efecto de homogeneidad: ignoramos las diferencias entre miembros de un grupo.
b. Características equivocadas, exageradas o inapropiadas de la categoría.
c. El grado de error superpone aspectos positivos a los negativos (inexactitud positiva) o a la inversa (inexactitud negativa).

Actitudes y comportamientos[editar]

Prejuicios[editar]

Los prejuicios tienen carácter actitudinal y de creencia.
Suponen generalizar el uso de estereotipos a grupos de personas. Corresponden a una imagen o actitud negativa hacia un grupo de personas, que comporta prejuzgar a una persona basándose en su pertenencia a una comunidad específica.
Son considerados como un uso inadecuado de los estereotipos, o como un juicio previo no comprobado (favorable o desfavorable) sobre un individuo o grupo.
Pueden incluir sentimientos desagradables irracionales hacia otros grupos, percepciones y creencias sesgadas no basadas en la experiencia directa y una tendencia a actuar de manera injusta hacia este grupo.
Funciones básicas:
    • Función de ajuste o utilitaria, ayudando a la integración en el propio grupo.
    • Función autodefensiva, protege la autoestima.
    • Función expresiva de valores. Manifiesta las valoraciones de las calidades del propio grupo.
    • Función de conocimiento: se mantienen por organizar el mundo en categorías.

Discriminación[editar]

Carácter comportamental y de acción.
Proceso de diferenciación de personas o grupos, considerado como negativo y consecuencia de un prejuicio o criterio irrelevante. Comportamiento hostil hacia otro en base a su pertenencia a un grupo.

deciciones negativas a una persona por ser de otra religion, raza, etnia,etc.

Xenofobia[editar]

Cuando la tendencia etnocéntrica lleva a prácticas excluyentes, el rechazo viene dado por una imagen de competitividad por unos recursos que se juzgan propios y por una amenaza a la propia identidad.

Racismo[editar]

Búsqueda de una fundamentación biológica para las diferencias culturales, a partir de la correlación entre los disparos físicos uno unos disparos psíquicos determinados que justifiquen la discriminación.

Emociones negativas[editar]

Manifestar elementos afectivos negativos lleva también a alterar la comunicación intercultural, puesto que tendemos a huir de situaciones negativas, de estrés y ansiedad como las que un encuentro intercultural puede provocar.


Obstáculos contextuales[editar]

Son aquellos obstaculos para la comunicación interculturan que no hacen referencia a características de las persona, sino mas bien a especificidades del contexto o de la situación. En función del contexto, varían el significado de los objetos materiales, de las diferentes costumbres, de las normas que rigen nuestra vida en sociedad, de las palabras que rigen la comunicsción verbal, los sistemas simbólicos y el lenguaje no verbal y finalmente, el significado del sistema de valores.
Poner en contacto personas de diferentes culturas no garantiza la comunicación intercultural, que se puede ver afectada por varios factores:

Relaciones de asimetría entre las personas que interactúan[editar]

Entre dos personas, especialmente si forman parte de culturas diferentes, pueden darse asimetrías en cuanto al poder o al conocimiento.
    • Poder: capacidad de influir sobre los otros y controlarlos, e incide en la comunicación restringiéndola cuando se reparte de manera desigual.
    • Conocimiento: desigualdad en la distribución del conocimiento, tanto el general como el comunicativo (que incluye muchos elementos diversos: prosódica, léxico – semántica, fonológicos, sintácticos, ...).

Grado de diferenciación entre las culturas[editar]

Cuanto más grandes sean las diferencias, más a prueba se ponen las competencias interculturales de las personas implicadas en la comunicación. A mayores diferencias en los referentes culturales, mayores diferencias en los comportamientos y el discurso verbal, y consecuentemente, mayores probabilidades de incomprensiones.
    • Diferencias culturales percibidas: se analiza la importancia de las percepciones de los interactuantes sobre la diferencia cultural existente entre ellos.
      • Estudios de heterofilia: análisis de las percepciones de las diferencias.
      • Estudios de homofilia: análisis de las percepciones de las similitudes. Se concretan en cinco aspectos; apariencia física, referentes, actitudes, personalidad y valores.

Choque cultural[editar]

Aparece cuando las personas deben superar una serie de estímulos que les son extraños y difíciles de interpretar a causa de que el contexto ha cambiado. La persona pierde predictibilidad respecto al entorno, lo que supone un gran esfuerzo en sus interacciones.
Puede producir también efectos positivos de adaptación a un nuevo contexto, que evidencian una mayor competencia intercultural.
  • Etapas:
  1. Anticipación del viaje: excitación y cautela.
  2. Excitación, placer y autosatisfacción inicial.
  3. Ansiedad, impaciencia y frustración.
  4. Equilibrio, mayor conocimiento de la cultura. Implica que la persona se ha acostumbrado a los comportamientos de las personas autóctonas y ha adaptado el propio comportamiento por evitar malentendidos.
  5. Choque cultural en el contacto con la cultura inicial o propia / country shock.


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