Impactos ambientales/Manejo de bosques naturales

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Manejo de bosques naturales

El manejo de los bosques naturales puede tener varios objetivos:

  • la producción de madera y otros productos forestales;
  • la protección de la cuenca hidrográfica o bien fuentes acuíferas;
  • la conservación de la biodiversidad.

En la presente, se enfocará en los proyectos o componentes forestales, que tienen que ver con la explotación de la madera y sus impactos ambientales, pero se mencionará brevemente, el manejo de los otros productos, y los diferentes sistemas agro/silvo/pastoriles.

Potenciales impactos ambientales[editar]

El manejo adecuado de los bosques naturales puede y debe apoyar la producción sustentable de una gran variedad de productos de la madera y otros, preservar la capacidad del bosque para prestar servicios ambientales, conservar la biodiversidad y, proveer los medios de subsistencia para mucha gente (incluyendo los moradores indígenas de los bosques, o las tribus que representan patrimonios culturales en peligro de extinción). Muchos tipos de bosques pueden proporcionar, indefinidamente, una fuente continua de madera y otros productos comerciales, si son manejados correctamente. Al mantener un área bajo la cobertura del bosque, se controla la erosión, se estabilizan las pendientes, se moderan los caudales de los ríos, se protegen los ambientes acuáticos, se mantiene la fertilidad del suelo, se preserva el hábitat de la fauna, y se obtienen productos forestales no igníferos, que son importantes para las economías y hogares locales. La cosecha sostenida de los productos forestales puede proveer el incentivo económico necesario para prevenir su conversión a un uso más destructivo de la tierra, y aliviar la presión sobre los otros bosques, que, preferiblemente, se deben dejar sin tocar, o utilizar sus recursos de una manera que cause poco impacto.

Si se manejan mal, sin embargo, o se desbrozan con el fin de convertirlos a otros usos, como la agricultura, o ganadería, se puede degradar el bosque y producir el crecimiento secundario, matorrales o tierras baldías. El mal manejo del bosque puede aumentar la erosión y sedimentación de los recursos acuáticos, interrumpir la hidrología, causar mayor inundación, escasez de agua y degradación de los ecosistemas acuáticos, reducir los recursos genéticos e intensificando los problemas socioeconómicos.

Los impactos más dramáticos se originan en el desbroce de los bosques, en cambio, los efectos de las otras actividades que trastornan los procesos ambientales, o cambian el carácter del bosque, son más sutiles, pero importantes. El desbroce en gran escala puede ser el resultado directo o indirecto de las actividades forestales (extracción de madera, construcción de caminos) y no forestales, como el desarrollo de infraestructura (represa y caminos), programas de reasentamiento y proyectos agrícolas (cultivos y ganado). Los impactos menos dramáticos pueden ser causados por el uso de la tierra y los recursos del bosque con menos intensidad, incluyendo: la cosecha selectiva de varias especies de árboles, la agroforestación, las operaciones de ganadería en pequeña escala, el corte de leña y la recolección de otros productos forestales. Estas actividades posiblemente no alteren la cantidad de vegetación, o cobertura vegetal, pero pueden cambiar la calidad del bosque, porque influyen en la distribución y composición de las especies, y los procesos ambientales.

Explotación de la madera[editar]

El Banco Mundial deja la decisión, en cuanto a la explotación de la madera, a otros. Específicamente, el Banco Mundial no financia la explotación de los bosques tropicales.Los impactos directos importantes de la explotación de la madera son el resultado, tanto de los defectos de la reducción de la cobertura vegetal, como los impactos físicos de estas operaciones. La magnitud del efecto dependerá de las condiciones del sitio (el suelo, la topografía, la lluvia), las características ambientales (el tipo de bosque, la concentración de los árboles, las especies y poblaciones de la fauna), y los métodos de explotación y extracción. El análisis de los impactos que se presenta aquí es, necesariamente, muy general.

La explotación de la madera tiene un efecto directo sobre los recursos acuáticos. Después de la explotación, se aumenta el flujo de las aguas superficiales, produciendo crecientes más grandes y rápidas en los ríos durante las tempestades. El menor grado de infiltración y renovación de las aguas freáticas, y la mayor evaporación y flujo después de las tempestades durante la temporada lluviosa, afecta el flujo básico, y, por tanto, se reduce el caudal durante los períodos más secos. La mayor erosión causa más sedimentación en los ríos y lagos. Los cruces del río que se utilizan durante las operaciones de explotación de la madera, aumentan, directamente, la sedimentación. Al cortar los árboles que dan sombra a las áreas ribereñas, se aumenta la temperatura del agua. Al transportar los troncos, río abajo, a flote, y eliminar incorrectamente los desechos, se aumenta la cantidad de materia orgánica que ingresa al río, y esto altera la calidad del agua y puede causar el agotamiento del oxígeno y problemas de eutrofización. Los combustibles, los lubricantes, los pesticidas y las otras sustancias que se utilizan en las operaciones forestales, pueden contaminar las aguas superficiales y freáticas.

La explotación forestal afecta el clima, y también la calidad del aire. Los problemas principales que se relacionan con las operaciones de explotación forestal, y que influyen en la calidad del aire, son el polvo y el humo. En las áreas semiáridas o temporalmente secas, los equipos de transporte pueden generar cantidades insalubres de polvo, y los suelos, que quedan expuestos después de la eliminación de los árboles y la quema de los desechos, son más susceptibles a la erosión eólica. El humo producido por la quema de los desechos puede causar problemas severos de contaminación atmosférica. Asimismo, la acumulación de desechos después de la tala de los árboles aumenta el peligro de incendios. Al quitar la vegetación, se producen cambios en el microclima, y las operaciones de explotación forestal, en gran escala, modifican los modelos regionales de temperatura, humedad y circulación atmosférica. La deforestación aumenta los niveles de dióxido de carbono atmosférico, que es un gas de invernadero, y contribuye al calentamiento mundial.

El aspecto de la tierra, la orientación e inclinación de la pendiente, a más de las prácticas de explotación forestal, determinan el grado de destrucción ambiental que causa esta actividad. Las preocupaciones centrales, con respecto a las operaciones de tala de árboles, son la erosión, la degradación del suelo, la estabilidad de las pendientes y los aumentos en la temperatura del suelo. La posibilidad de que se disminuya la fertilidad del suelo después de la explotación forestal, es mayor en los bosques húmedos tropicales, cuyas tierras, inherentemente, son pobres y muy lixiviadas. Los nutrientes se mantienen en el sistema, pasando rápidamente por un ciclo entre la vegetación y el suelo. La materia orgánica muerta se descompone rápidamente y los nutrientes son aprovechados, en seguida, por la vegetación y los organismos del suelo. La tala incontrolada o completa, interrumpe este proceso, eliminando la biomasa que contienen la mayor parte de los nutrientes, y trastorna los microorganismos del suelo. El desbroce de la cobertura vegetal, que expone los suelos a la luz directa del sol y las temperaturas más altas, cambia las poblaciones de los microorganismos y modifica la descomposición y transferencia de los nutrientes. Los caminos mal ubicados o que se construyen en las pendientes, causan deslizamientos de la tierra, derrumbes, erosión y sedimentación.

La sostenibilidad a largo plazo de la explotación de la madera tropical, es un asunto controvertido. El deterioro de los sitios de explotación, a causa del agotamiento y degradación del suelo (por la remoción de la vegetación y los impactos sobre la estructura y fertilidad del suelo) posiblemente no pueda ser detectado, sino después de cientos de años, en los sistemas de explotación con una rotación a largo plazo, de modo que la valorización del riego en la mayoría de los sistemas existentes (selectivos) de explotación, es muy incierto.

El proceso de explotación causa efectos en la vegetación, que son más amplios que la remoción de los árboles objetivo. Durante el proceso de tala, se averían o se destruyen los otros árboles y la vegetación, por la acción de los árboles al caerse, de los tractores y de los otros vehículos. El número de árboles no objetivo que se pierden, puede ser mayor que el de los cosechados, especialmente, en el caso de los sistemas selectivos. La remoción selectiva de los mejores árboles puede producir erosión genética entre las especies del área. Si no se dejan ejemplares en el sitio para producir semillas, o si los árboles reproductores no sobreviven al trastorno, se pone en peligro la generación de la especie. Si la tala es grande, el rebrote no restaurará el carácter del bosque original, por lo menos, no antes de que pase mucho tiempo. Este es el caso, especialmente, con los bosques tropicales húmedos, donde la regeneración natural de ciertas especies es problemática. En los bosques diversos, donde las interrelaciones específicas son complejas, la eliminación de ciertas especies, aunque se haga con explotación selectiva de bajo impacto, puede tener efectos negativos para varias otras especies con las que están vinculadas, ecológicamente. Si la cosecha crea claros grandes en la cubierta, importantes áreas de vegetación natural pueden ser destruidas.

La explotación forestal en los manglares puede ser muy destructiva, tanto para el bosque mismo, que es un sistema sutilmente equilibrado y sensible a los cambios, como para las áreas aledañas, que son protegidos por el pantano. Los manglares son ecosistemas costaneros muy productivos, que protegen la tierra del mar, y defienden las aguas de la playa de los efectos negativos de la tierra (p.ej. el mayor flujo de agua dulce, el aumento de la sedimentación ). El aprovechamiento de la madera de los manglares puede ser sustentable; sin embargo, si no se maneja correctamente, puede causar la destrucción del pantano mismo, que constituye un elemento valioso por su producción de madera, pescado, cangrejos y crustáceos, y por su papel de protector.

La tala de los bosques atenta contra la fauna, destruyendo su hábitat, cortando los corredores de migración, aumentando la presión de la caza ilegal, causando problemas de ruido y contaminación, y produciendo cambios hidrológicos que influyen en los sistemas acuáticos. Los efectos pueden ser amplificados en las áreas tropicales húmedas, donde el trastorno del hábitat puede causar un efecto de rizo (ripple effect) y afectar, finalmente, un gran número de especies.

Campamentos y caminos para explotación forestal[editar]

La construcción de estos campamentos crea algunos problemas ambientales que se relacionan con cualquier actividad de construcción, y los trastornos sociales promovidos por cualquier proyecto que implique una gran afluencia de gente, que, a menudo , proviene de diferentes grupos étnicos, sociales o económicos, o es distinta de la población local. El hecho de que la explotación de los bosques primarios ocurra en las áreas rurales remotas, donde la población nativa haya estado asilada de los efectos externos, aumenta su impacto.

Los caminos para la explotación forestal causan algunos efectos directos (ver el capítulo “Caminos Rurales”), pero más importantes son sus efectos indirectos. Cuando los caminos penetran las áreas remotas, casi invariablemente, se estimula una gran afluencia de gente a la zona en busca de tierras para agricultura, u otros recursos. Los cambios que se producen en el uso de la tierra, con frecuencia, no son sustentables, debido a su intensidad o impropiedad para el medio ambiente. Los aumentos de la población sobrecargan la infraestructura y los servicios sociales existentes, como la vivienda, las escuelas y los servicios de salud, lo cual puede provocar conflictos en cuanto a los derechos para utilizar la tierra y los recursos, o tensiones raciales, y muchos otros problemas sociales. (ver el capítulo “Colonización de Nuevas Tierras”).

Manejo de los bosques secundarios[editar]

Los bosques secundarios, que son el resultado de la tala del bosque primario, pueden ser manejados para producir madera, y, de esta manera, reducir la presión sobre los bosques naturales. Estos bosques, generalmente, son más accesibles desde los centros de población, que las áreas remotas del bosque natural, y pueden ser tan productivos como las plantaciones, sin que exista la necesidad de hacer una inversión inicial. Poniendo estos bosques en producción debe ser más fácil y menos destructivo su efecto para el medio ambiente, que explotar los bosques primarios, y puede producir la misma rentabilidad. Se debe analizar el manejo de los bosques secundarios, como una alternativa para la explotación de las áreas que todavía no han sido tocadas.

Manejo de los productos forestales no maderables[editar]

Estos productos constituyen un recurso comercial que ha sido, mayormente, pasado por alto, pero puede generar ingresos mayores que los de los productos madereros. El látex, las semillas oleaginosas, las resinas la fruta y el roten son productos no maderables que tienen mercados muy amplios y rentables. Las nueces, el tanino, las medicinas, las fibras y los otros “productos forestales menores”, que, a menudo, son importantes para las economías locales y el uso casero, deben ser utilizados para atender a los mercados comerciales más grandes. Con frecuencia, es difícil desarrollar los sistemas de producción, los mercados y los mecanismos de comercialización para estos productos; sin embargo, cuando son exitosos, ofrecen una manera sustentable de utilizar el bosque para obtener una retribución económica razonable, y causar un impacto ambiental mínimo. La pérdida de este potencial para obtener productos no maderables, debe ser contabilizada como un costo de oportunidad de la explotación de los bosques naturales. Un problema potencial de los productos no maderables es que, una vez establecidos los mercados, la demanda puede crecer más rápidamente que la oferta, causando la destrucción del recurso. estos rebosques secundarios o también llamados bosques a manejar, _Purmas

Manejo sustentable de la agricultura y la ganadería[editar]

La agricultura migratoria (también llamada corte y quema, o barbecho forestal) es una forma antigua de uso de la tierra que se práctica en las áreas forestales húmedas y semiáridas. Es una práctica sustentable, y produce un impacto negativo mínimo en el ecosistema del bosque, siempre que los claros sean pequeños y dispersos, y el período de barbecho entre los cultivos sea suficientemente largo para que la tierra pueda recuperarse. Si los períodos de barbecho son demasiado cortos, como resultado de la mayor presión de la población, los sitios se deterioran. Los otros sistemas, como el “taungya”, que consisten en la siembra de los cultivos agrícolas en asociados con los árboles, hasta que estos dominen el sitio, son exitosos también. Estos sistemas requieren una población estable, para que el cultivo no se vuelva muy intensivo, ni llegue al nivel destructivo y no sustentable.

Los esfuerzos por integrar la forestación con la ganadería, han producido resultados muy variados. Los factores críticos son la calidad del sitio y la intensidad del desarrollo. La presión del ganado tiene que ser muy baja, para que no cause el deterioro inaceptable del recurso forestal. El desbroce del bosque tropical para ganadería en las áreas tropicales húmedas de tierra baja, como en Centro y Sudamérica, tienen efectos desastrosos, y el pastoreo excesivo en los bosques semiáridos es un problema común. (ver también el capítulo “Manejo del Ganado y Terrenos de Pastoreo”).

Impactos externos[editar]

Hay algunos factores externos que pueden causar el deterioro o destrucción del ecosistema del bosque, entre los que se incluyen la inundación del terreno de la represa para formar un reservorio (ver el capítulo sobre “Represas y Reservorios”), el desbroce del bosque para ganadería (ver el capítulo “Manejo de Ganado y Terrenos de Pastoreo”), la agricultura migratoria, y su conversión a la agricultura comercial (caucho, palma africana, café arroz y cacao).

Temas especiales[editar]

Bosques tropicales húmedos de tierra baja[editar]

Es motivo de preocupación mundial, el deterioro rápido, o destrucción completa, de muchas áreas del bosque tropical húmedo de tierra baja, caracterizado por su gran diversidad de especies y complejidad ambiental, y las dificultades que se presentan al tratar de manejarlos de manera sustentable. Si bien la conservación de estas áreas forestales únicas, mediante el establecimiento de parques y reservas, es, potencialmente, la mejor manera de proteger su biodiversidad, los procesos ambientales, y los estilos de vida de sus moradores indígenas, sólo se puede proteger, en esta forma, algunas áreas limitadas. Las presiones económicas y el crecimiento de la población están intensificando el uso de la tierra que, anteriormente, era sustentable (p.ej. la agricultura migratoria), pero ahora alcanza niveles no sostenibles y destructivos, motivando la explotación forestal de desbroce, e impulsando la conversión en gran escala, de las tierras forestales a la agricultura y la ganadería, que, generalmente, son insostenibles y producen daños permanentes en el ecosistema forestal. Una de las maneras más adecuadas de proteger los bosques y prevenir su conversión a otras actividades orientadas a la producción, y preservar gran parte de sus valores ambientales, es la de manejar los bosques naturales para que su producción de madera y otros productos sea sustentables, y produzca resultados económicos importantes.

Las dos cuestiones críticas del manejo del bosque tropical húmedo para la producción de madera son:

  • el desarrollo de sistemas de manejo sustentables; y,
  • la implementación de estos sistemas de tal manera que los valores del bosque no se disminuyan a niveles inaceptables.

En teoría, los bosques tropicales húmedos pueden proveer los productos forestales en forma indefinida. La realidad, sin embargo, es que existen pocos sistemas que han resultado ser sustentables, o que puedan ser aplicados a la mayoría de estos bosques naturales con un número limitado de especies. Por esta razón, y debido a las presiones económicas que exigen la generación de ingresos rápidos, solo una pequeña porción de los bosques tropicales húmedos de tierra baja que están siendo explotados, actualmente, se manejan de una manera sustentable.

El sistema de manejo forestal más adecuado para los bosques tropicales húmedos de tierra baja, por su gran diversidad de especies, es la explotación selectiva con la cual solo se extrae, un pequeño número de árboles por hectárea. Si esto se hace con cuidado, con un mínimo de estropeo del suelo y la vegetación circundante, se puede limitar los daños ambientales. Se reduce al mínimo los impactos sobre la biodiversidad del bosque y su capacidad para proveer servicios ambientales, porque no se crean grandes espacios en el bosque, como es el caso con el desbroce.

Temas Sociales[editar]

Casi en todas las iniciativas que tienen un impacto en los bosques naturales, sea la explotación comercial de la madera, o las industrias de procesamiento, o su conversión a otros usos, para otras actividades (minería, construcción de represas, riego, desarrollo industrial), o la clausura de los bosques para su rehabilitación o conservación, surgen cuestiones sociales importantes. Los proyectos de desarrollo que desbrozan los bosques para otros usos pueden desplazar a la gente o reducir su acceso a los recursos forestales, de los cuales depende para subsistir. La explotación forestal comercial puede destruir los recursos que son importantes, localmente, para las economías de subsistencia, y pueden abrir las áreas a la colonización incontrolada, causando mayor degradación ambiental y conflicto social. Asimismo, la clausura de los bosques para su rehabilitación o conservación puede reducir los ingresos de las poblaciones a su alrededor, privándoles de los nutrientes importantes o productos que generan ingresos. Esta clausura puede causar mayor degradación. Si la presión sobre el área cerrada es demasiado grande, los esfuerzos de conservación y rehabilitación pueden fracasar.

Los moradores del bosque tienen mucho conocimiento acerca de las calidades, utilización potencial, y sostenibilidad de la flora, la fauna, y los recursos geológicos locales, basado, a menudo, en el conocimiento adquirido en siglos de uso sostenible. En las áreas altas, áridas y semiáridas, donde las fuentes de forraje sean limitadas, usualmente, los bosques y los sistemas locales de producción ganadera, están vinculados estrechamente; los agricultores, con frecuencia, adoptan estrategias de subsistencia mixta, en las que la producción ganadera en el bosque juega un papel importante. Por ejemplo, en la región Himalaya, la productividad de la agricultura de tierra alta depende principalmente del “compost”, y el humus que se recolecta en los bosques. La caza y la recolección, así como la agricultura migratoria, han sido practicadas durante ciento de años en los bosques tropicales húmedos. La pesca artesanal en la zona aluvial es importante para muchos de los moradores de los bosques de tierra baja. Generalmente, la organización social de los grupos tradicionales es muy adaptada a las exigencias de los sistemas de producción. El conocimiento, tanto técnico, como administrativo, de estos recursos puede ser muy útil para los especialistas técnicos que buscan intensificar o modificar la producción de esta área u otra similar, es decir, para adaptar las recomendaciones agrícolas a las áreas donde, actualmente, se practica la agricultura migratoria, o para desarrollar modelos de gestión y utilización forestal para los bosques que serán rehabilitados. Al desplazarse los grupos que viven en los bosques, su conocimiento técnico aborigen del manejo y utilización del bosque, a menudo, se pierde. Se debe efectuar una evaluación cuidadosa, incluyendo un análisis económico real, antes de suponer que los usos actuales del bosque deban ser abandonados por algo “mejor”.

Los aspectos de la tenencia de la tierra, casi siempre, son una preocupación en los proyectos forestales. A menudo, existen derechos sobrepuestos, que incluyen la tenencia reconocida por el Estado, y la tenencia de costumbre y/o sistemas de derechos concesionarios en cuanto a los productos. En el caso de las minorías étnicas que viven en los bosques, pueden haber derechos consuetudinarios muy fuertes sobre las tierras forestales, que sean válidos, constitucionalmente, a pesar de haberse transferido al gobierno, subsiguientemente, la autoridad sobre estas tierras. En muchas sociedades, los derechos a la tierra y a los árboles pueden ser separados, con normas específicas para las diferentes especies. Los grupos que viven en el bosque, con frecuencia, tienen reglamentos complejos de propiedad en cuanto a los bosques y los productos. Por ejemplo, los derechos a los árboles frutales pueden ser distintos a los que permiten que los individuos den otro uso a la tierra forestal, incluyendo la agricultura migratoria. Los sistemas tradicionales de tenencia pueden ser más apropiados para el manejo de las tierras frágiles, que las opciones propiciadas por el Estado.

La clausura de los bosques, o restricción del acceso y uso de los recursos, afecta, de manera diferente, a muchos grupos de la población. Por ejemplo, los ganaderos sin tierras pueden ser los más perjudiciales, económicamente, por la clausura de estas áreas, porque ellos, a diferencia de los agricultores con tierras, no pueden obtener forraje de su propio terreno. Las mujeres pueden tener una carga de trabajo mucho mayor debido a la necesidad de viajar distancias mucho mayores para encontrar los recursos necesarios; sin embargo, la gente local posiblemente no identifique esta carga como un problema, debido al estado más bajo de la mujer en la sociedad. Si la rutas de los pastores migratorios son afectadas, éstos pueden ser obligados a utilizar excesivamente las otras tierras fuera del área del proyecto, que todavía estén disponibles, produciendo impactos negativos, tanto para esas tierras, como para los grupos sedentarios que dependen de ellas.

Los planificadores, cada vez más, están explorando las maneras de integrar las necesidades de la gente local a las iniciativas de conservación y rehabilitación de los bosques, a través de la promoción del manejo adecuado de los recursos de propiedad común o los sistemas de administración conjunta entre el gobierno y los usuarios. Es importante documentar los sistemas locales de administración existentes, incluyendo los que han fallado debido al aumento de presión. En las áreas de biodiversidad única, otras medidas han incluido la creación de zonas de protección, que generan alternativas para la gente que depende, tradicionalmente, del área que va a ser conservada, o se han diseñado sistemas de conservación que permiten que la gente local utilice, en forma controlada, el área protegida. Ejemplos:

  • Un proyecto en México ha sostenido los derechos tradicionales a los bosques y ha proporcionado ayuda técnica a las cooperativas de las industrias de procesamiento de la madera.
  • El plan forestal de Papúa-Nueva Guinea presenta una proposición similar a las tribus que tienen derechos de propiedad tradicionales sobre los bosques.
  • Un proyecto del Banco Mundial en Nepal contempla la rehabilitación amplia de los bosques de las colinas, mediante el fortalecimiento de los derechos de los grupos locales de usuarios, de emprender su protección y utilización controlada, en consulta con los silvicultores del área.

Tecnologías mejoradas de procesamiento de la madera[editar]

La expansión de la utilización de los productos forestales puede ayudar a intensificar el manejo del bosque. Muchas especies no se utilizan por falta de la infraestructura necesaria de procesamiento o comercialización. En los bosques tropicales, con su gran diversidad de especies, a menudo, las especies individuales que son comerciales están dispersas en un área grande, dificultando la cosecha, y, a menudo, volviéndola antieconómica. Posiblemente no sea rentable la explotación forestal en los bosques menos diversos, pero remotos, o de baja densidad. Si los productos nuevos fueran de otras especies, o si fuera posible aprovechar muchos diferentes tamaños, gracias al mejoramiento del proceso o el desarrollo de nuevos mercados, se podría utilizar una mayor proporción del material forestal. Existe mucha amplitud, no solamente para desarrollar los nuevos productos, sino también para conservar las existencias actuales (p.ej. desarrollando chapas, madera terciada y aglomerado que sean más eficientes, utilizando los desperdicios de la explotación forestal y reciclando los desechos de las plantas de procesamiento) puede ayudar a equilibrar la oferta con la demanda, y quitar la presión que se aplica sobre los bosques naturales. Son obvios los beneficios de estos métodos, así también los peligros. El mayor uso de una selección más amplia de especies puede llevar al desbroce en gran escala, o a la ”minería” del recurso forestal.

Alternativas de los proyectos[editar]

Las alternativas para el manejo de los bosques primarios y secundarios, para madera, los productos no igníferos y la producción agrícola y ganadera, amplia y de bajo impacto, son las siguientes:

  • reducir la demanda de la madera mediante conservación, mejorando las estufas para el secado de la madera y combustibles alternativos;
  • utilizar chapas, madera terciada, y aglomerado más eficientes, y reciclar los desperdicios de la madera;
  • hacer mayor uso de las especies forestales mediante la expansión de las tecnologías de procesamiento, y el desarrollo de los productos y mercados;
  • desarrollar las plantaciones para aumentar la producción de los recursos forestales igníferos;
  • implementar programas forestales comunitarios y de reforestación, realizados por los propietarios de las tierras, a fin de producir artículos de madera;
  • desarrollar el ecoturismo como una manera rentable y sustentable de utilizar los bosques tropicales;
  • fomentar el procesamiento local para aprovechar los beneficios adicionales, en vez de promover las políticas que enfatizan la explotación, a corto plazo, de los árboles;
  • utilizar, completamente, los árboles que se destruyen (que, a menudo, se desperdician) durante el desbroce del bosque para otras actividades no forestales (p.ej. represas y reservorios, construcción de caminos, desarrollo industrial y urbano, etc);
  • intensificar la producción agrícola y la reforestación en los suelos fértiles o en las áreas que hayan sido desbrozadas, antes de abrir nuevos espacios del bosque para explotación;

Administración y capacitación[editar]

Los países que tengan grandes extensiones de bosques naturales deben evaluar sus recursos forestales y desarrollar políticas y planes que protejan estas áreas que son tan importantes debido a sus reservas biológicas, y su papel hidrográfico, y como fuente de bienes culturales, que permitan la producción sustentable de la madera y de otros productos forestales, y la producción agrícola sustentable de bajo nivel (agro forestación y ganadería) en el bosque intacto. Adicionalmente, las instituciones forestales deberán planificar y manejar las plantaciones, los sistemas de producción de leña, las actividades agrícolas en las tierras forestales degradadas, y los aportes forestales comunitarios (Los proyectos de “Desarrollo de Plantaciones /Reforestación” se tratan en capítulo aparte).

La suerte de los bosques depende, sólo en una pequeña parte, de las políticas forestales. Estas deberán ser integradas y compatibles con las políticas de los otros sectores que puedan influir en los bosques: la colonización, la agricultura, la energía, la industria, el comercio, el desarrollo de infraestructura y la conservación, y las políticas económicas, financieras y sociales del país. Los factores internacionales también intervienen, siendo los más importantes el comercio, la ayuda externa y la deuda.

Impulsadas por la necesidad de obtener ingresos y divisas, las políticas forestales de los gobiernos de algunos países se fundamentan en el principio de sacar el máximo provecho monetario, a corto plazo, del sector. El resultado de las premisas económicas miopes incluye la explotación excesiva de los recursos, la tala de las áreas inadecuadas, o las prácticas forestales incorrectas. Muchos países tropicales, que poseen amplios recursos forestales, han concedido los derechos de explotación a los concesionarios, previo el pago de un alquiler, regalía o impuesto, que representa sólo una pequeña fracción del valor comercial neto de la madera. Los problemas se complican cuando se conceden contratos, a corto plazo, que obligan a los concesionarios a comenzar la explotación de inmediato, y a desbrozar los árboles, o cuando los sistemas de regalías impulsan a los taladores a cosechar solamente los árboles de la más alta calidad (mientras dañan o destruyen muchos otros durante el proceso). A menudo, no existen reglamentos, ni ejecución de las normas, con respecto a la reforestación, o reducción de los impactos ambientales negativos de la explotación. Los costos económicos, fiscales, ambientales y sociales de estas prácticas pueden ser enormes; pues se ocasionan grandes pérdidas de ingresos potenciales para el gobierno, y se sacrifican los recursos biológicos valiosos.

Las políticas de comercio también estimulan la deforestación tropical. A menudo, se permiten que los países industrializados importen troncos desde los países tropicales, con exoneración de aranceles, o previo el pago de tarifas bajas. Esto sirve para desalentar el establecimiento de su propia industria forestal. Con frecuencia, los troncos crudos se exportan de los países tropicales, y esto significa la pérdida de oportunidades económicas, porque se deja de aprovechar los beneficios adicionales del procesamiento de los troncos, provenientes de la producción de madera, postes, durmientes, madera terciada, chapada u otros productos.

Los proyectos de forestación dependen de la existencia de instituciones estables, a largo plazo, que planifiquen, gestionen y supervisen las actividades. En muchos de los países en desarrollo, sin embargo, los departamentos de forestación requieren fortalecimiento; tienen baja prioridad y sufren de la insuficiencia de personal capacitado, la escasez de fondos de operación, y la falta de capacidad de investigación, extensión y monitoreo. A menudo, no existen instituciones de capacitación forestal, o son descuidadas. La información forestal es limitada. Los silvicultores, capacitados tradicionalmente para proteger las reservas forestales y manejarlas para la producción industrial, a menudo, no están preparados para manejar los bosques para su uso no industria, ni para tratar sus aspectos socioeconómicos.

Las instituciones forestales gubernamentales deberán tener la capacidad de hacer lo siguiente:

  • establecer las políticas forestales;
  • cooperar con los otros organismos del gobierno central, que tienen la responsabilidad de los otros sectores y políticas nacionales que influyen en los recursos forestales;
  • preparar los planes de administración forestal;
  • realizar inventarios forestales e investigación silvicultura;
  • regular y cobrar los impuestos sobre las exportaciones, y encontrar mercados para los productos forestales;
  • designar, financiar y vigilar el manejo de los parques y reservas;
  • desarrollar programas de capacitación, extensión y de concientización del público;
  • planificar el transporte u otra infraestructura que se relaciona con las operaciones forestales;
  • asegurar que los grupos y comunidades locales tengan representación adecuada, e incorporarlos al proceso de toma de decisiones;
  • promover las tecnologías apropiadas que estimulen las economías locales de la región y den trabajo a la mano de obra local;
  • coordinar y cooperar con las organizaciones no gubernamentales;

Para aumentar la profundidad técnica y la capacidad de planificación y administración del personal forestal, puede ser necesario proveer capacitación en las siguientes áreas:

  • políticas, reglamentación, comercialización, economía, administración, organización, contabilidad, personal contratos, evaluación, reportaje y resolución de conflictos;
  • destrezas técnicas en cartografía, estudios biológicos e inventarios, ciencias forestales, manejo forestal, ingeniería forestal y evaluación de impactos ambientales; y,
  • investigación, educación y extensión.

Monitoreo[editar]

En los proyectos forestales, el monitoreo es muy importante para determinar si los planes de manejo están siendo cumplidos, y si el tratamiento de los bosques está logrando los resultados deseados. El monitoreo debe asegurar:

  • que los taladores, explotadores y constructores de caminos cumplan las condiciones establecidas en sus contratos, los mismos que fueron diseñados para reducir los impactos ambientales;
  • que la explotación y el transporte no creen problemas ambientales no previstos (monitoreo de la erosión y fertilidad de los suelos, la calidad del agua de los ríos, el nivel del agua freática, los cambios en la vegetación y la fauna);
  • que se identifiquen los cambios en las especies y condiciones de los sitios, y que se modifiquen las instrucciones en cuanto al tratamiento de los bosques, según el caso;
  • que exista acceso solamente a las áreas designadas, y que sólo se exploten las especies y volúmenes especificados;
  • que ocurra regeneración natural después de la explotación, según lo pronosticado (tasa de restauración de la cobertura, tasa de regeneración de las diferentes especies);
  • que se cumplan los objetivos del proyecto global de desarrollo, y que sea adecuada la infraestructura que regula y maneja el proyecto;
  • que no se presente ningún impacto socioeconómico imprevisto, y si estos ocurren, que se tomen los pasos indicados para atenuarlos, y que exista un mecanismo para que las organizaciones comunitarias puedan monitorear y evaluar el proyecto, y expresar sus opiniones regularmente; y,
  • que los pagos sean legales y según los contratos, y que estos se ajusten si los servicios sociales se sobrecargan, o los costos superan a los valores calculados.

La frecuencia del monitoreo depende de las condiciones del sitio, y el tamaño y complejidad del proyecto. Un silvicultor capacitado debe monitorear la explotación, por lo menos, semanalmente. El procedimiento estándar para el inventario de los troncos debe ser permanente, y una compañía imparcial debe efectuar una auditoria regular de los ingresos. Se debe realizar, periódicamente, una reevaluación de los impactos ambientales, calculando, nuevamente, los costos y beneficios, e introduciendo en el plan de manejo, los cambios necesarios.

Además, se deben monitorear los cambios externos, fuera de las operaciones, que influyan en los recursos forestales. Esto incluye las consecuencias ambientales de las otras actividades de desarrollo y los eventos naturales, así como los cambios demográficos que ocurren en los bosques.


Tabla - Manejo de bosques naturales- Impactos negativos potenciales - Medidas de atenuación[editar]

Impactos Negativos Potenciales Medidas de Atenuación
Directos: Explotación Forestal .
1. Suelos
  • Erosión el trastorno del suelo y subsuelo del bosque aumenta su susceptibilidad a la erosión hidráulica;
  • Estabilidad de las pendientes: los cortes de los caminos cruzan el terreno inclinado y el desbroce de la vegetación de las pendientes causa deslizamiento y derrumbes;
  • Pérdida de nutrientes: se produce un agotamiento debido a la explotación forestal y mayor lixiviación; los suelos están expuestos y trastornados donde se ha quitado la vegetación;
  • Temperatura se produce un aumento dramático de temperatura después de la eliminación de la cobertura forestal, matando a los organismos del suelo, o secando la tierra a tal grado que se impida su regeneración;
  • Estructura la compactación y pérdida de la materia orgánica altera la estructura del suelo, y reduce la infiltración, la capacidad de retención de agua, la aireación y la penetración de las raíces; se produce laterización
  • Evitar la explotación forestal durante la temperatura lluviosa y establecer las normas para la tala de las áreas inclinadas y las que están cerca del agua; se deben señalar claramente las áreas que no han de ser cosechadas;
  • Supervisar la actividad para reducir los daños y fomentar una regeneración rápida;
  • Emplear equipos y métodos de tala que causen un impacto mínimo y limitar las distancias de arrastre;
  • Ubicar el manejo de los troncos en las áreas con buen drenaje y fácil acceso, que tengan una inclinación hacia abajo, de modo que se pueda utilizar un camino de arrastre recto;
  • Restaurar la tierra, nivelando y resembrando las áreas trastornadas, incluyendo las líneas de guía, ubicándolas fuera de las pendientes y del agua, y manteniéndolas en buen estado;
  • En las áreas infértiles, no se debe permitir que se exploten de todos los árboles, dejando todo menos los troncos en el sitio.
2. Vegetación
  • Composición de las especies: disminuye la diversidad de las especies, a causa de la explotación selectiva de los mejores troncos de las variedades más valiosas; las condiciones del suelo y los regímenes de luz, causados por los diferentes métodos de explotación, influyen en la dinámica de regeneración de los bosques;
  • Se debe recolectar información, o auspiciar investigación sobre la dinámica de las plantas, biología de regeneración y la silvicultura, según el tipo de bosque;
  • Considerar (y tal vez investigar) los diferentes métodos de regeneración y explotación;
  • Malezas: al quitar la cobertura forestal, se produce una invasión de malezas, impidiendo su regeneración natural y los esfuerzos de reforestación;
  • Desechos: los desperdicios de la tala constituyen un peligro de incendio e impiden la regeneración;
  • Acamado: el peligro de este efecto es mayor debido a los claros abiertos por la explotación forestal.
  • Reunir información o auspiciar investigación sobre la dinámica de las plantas, la biología de regeneración y la silvicultura, según el tipo de bosque;
  • Considerar (y tal vez investigar) los diferentes métodos de regeneración y explotación;
  • Escoger un sistema de silvicultura que incluya regeneración y producción sustentable, que reduzca al mínimo los daños (dejar un número adecuado de árboles idóneos para producir semillas, implementar la explotación selectiva, hacer cortes pequeños para evitar los claros grandes);
  • Establecer reservas/parques en los bosques que sean de mucho significado ecológico, asegurando que el área sea de un tamaño suficiente para mantener la biodiversidad, los procesos ambientales y el patrimonio cultural.
3. Fauna
  • Pesca: se produce sedimentación, un exceso de nutrientes, y cambios en el caudal y la temperatura del agua, a raíz de la tala del bosque, provocando variaciones drásticas en la población de los peces;
  • Hábitat de la fauna: se interrumpe el hábitat, se pierden las especies de árboles, de las cuales dependen las especies de la fauna, y se interrumpen las rutas migratorias de la fauna, reduciendo su número;
  • Presencia de máquinas y personas: se perturba la fauna debido a las actividades de tala y transporte;
  • Caza ilegal: hay mayor caza ilegal de la fauna debido a la gran afluencia de gente, como resultado directo e indirecto de las actividades en el bosque.
  • Mantener un inventario y recopilar los resultados de la investigación de las especies que existen en el área;
  • Planificar la intensidad de la explotación, los métodos y tiempo, en base a esta información;
  • En particular, averiguar la presencia, o costumbre migratoria, de especies en peligro de extinción, mediante el contacto con profesionales en el manejo de la fauna que estén en el gobierno, las ONGs, o las universidades.
4. Aire
  • Polvo: la explotación y el transporte de la madera por los caminos de tierra crea grandes cantidades de polvo durante la temperatura seca, o en las zonas semiáridas
  • Reducir la quema;
  • Evitar la creación de grandes zonas de terreno abierto;
  • Limitar las operaciones si el polvo y los incendios representan un problema, y planificar las rutas de transporte para evitar los centros poblados.
5. Agua
  • Caudales extremos: se reduce la infiltración y la capacidad de retención del suelo en las áreas explotadas, de modo que el flujo de las aguas superficiales es más pronunciado, empeorando las inundaciones cuando llueve, y agravando la falta de flujo durante la temporada seca;
  • Renovación del agua freática: se reduce la renovación de los acuíferos con el agua de lluvia, porque el flujo superficial es mayor;
  • Formación de charcos y estancamiento: los cambios en la forma de la tierra, la obstrucción de los ríos y la compactación del suelo causan la formación de charcos locales y estancamiento; la mayor sedimentación altera la biología y la química acuática;
  • Contaminación: existe contaminación a causa de los productos petroleros, herbicidas y desechos orgánicos relacionados con las operaciones forestales; la turbiedad causada por la mayor concentración de sedimento cambia la penetración de la luz solar, afectando las plantas acuáticas y perjudicando a los peces.
  • Mantener la vegetación como zona de protección junto a todo recurso acuático;
  • Evaluar el impacto de la actividad forestal en la concentración de sedimento y nutrientes de los ríos, y los métodos que se emplean para reducir su efecto;
  • Proveer los medios adecuados para la eliminación de los desperdicios;
  • Establecer los procedimientos adecuados, para el uso y almacenamiento de los químicos, el aceite y el combustible, para reducir su potencial para causar contaminación.
6. Social y Cultural
  • Costumbres económicas y sociales locales: se producen impactos en el mercado laboral y en la mano de obra que está disponible para la producción de alimentos; hay un cambio hacia la economía basada en el dinero en efectivo; es común que se alteren los modelos de vida diaria y la estructura del poder político;
  • Tenencia de la tierra y usos tradicionales del bosque: se interrumpe la casería, la recolección y la explotación tradicional de los recursos forestales; se limita el acceso de la local a los recursos;
  • La afluencia de los trabajadores forestales y colonos espontáneos, agobia a la infraestructura y los servicios sociales (la vivienda, y los servicios de educación y salud), y se aumentan los problemas sociales como el crimen, el alcoholismo, la enfermedad y la violencia.
  • Incluir a las comunidades locales en la planificación y ejecución del proyecto;
  • Desarrollar la infraestructura local para atender al aumento de la población (es decir, eliminación de los desperdicios, escuelas, servicios de salud y policía).
  • Proteger los hits culturales importantes y los modelos de uso de los recursos;
  • Establecer la jurisdicción clara, a largo plazo, sobre el bosque, enfatizando la participación local en la toma de decisiones;
  • Involucrar a los líderes locales en la protección, para evitar la explotación o colonización ilegal;
  • Monitorear y controlar las enfermedades.
Indirectos Generales .
7. Mayor acceso: los caminos abren los bosques, causando una afluencia incontrolada de la gente y los problemas subsiguientes que se relacionan con este impacto. Ver la sección “Caminos Rurales”
Indirectos: Construcción de Caminos y Transporte .
8. Para los impactos directos (la mayor erosión del suelo y sedimentación de las aguas superficiales) e indirectos de la construcción de los caminos (ver la sección “Caminos Rurales”). Alinear la ruta, realizar obras de drenaje, etc (Ver N°7)
9. Deterioro de los caminos públicos existentes, a causa de las cargas pesadas de madera.
  • Limitar el tamaño de la carga
  • Emplear los impuestos de transporte para mejorar los caminos
Exteriores .
10. Las operaciones ganaderas desbrozan los bosques para crear terrenos de pastoreo. Ver la sección “Manejo de Ganado y Terrenos de Pastoreo”

Referencias[editar]

  • Fearnside, P. M. 1989. "Extractive Reserves in Brazilian Amazonia: An Opportunity to Maintain Tropical Rain Forest under Sustainable Use." Bioscience 39(6):187 393.
  • Goodland, R. y otros. 1985. Environmental Management in Tropical Agriculture. Boulder, Colorado: Westview Press.
  • Lal, R. 1986. "Conversion of Tropical Rainforest: Agroeconomic Potential and Ecological Consequences." Advances in Agronomy 39:173 264.
  • Lamprecht, H. 1989. Silviculture in the Tropics: Tropical Forestry Ecosystems and their Tree Species and Methods for Their Lone Term Utilization. Eschborn. Alemania Occidental.
  • Mergen, F., y J. R. Vincent, editores. 1987. Natural Management of Tropical Moist Forestse Silvicultural and Management Prospects of Sustained Utilization. New Haven, Connecticut: Yale School of Forestry and Environmental Studies.
  • Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. 1982 Environmental Impact of Forestry, Guidelines for its Assessment in Developing Countries. Conservation Guide 7. Roma, Italia.
  • . 1979. Mountain Forest Roads and Harvesting. Forestry Paper 14. Roma, Italia.
  • World Resources Institute. 1985. Tropical Forests: A Call for Action. 3 Voldmenes Washington, D.C.



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