Impactos ambientales/Patrimonio cultural

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El "Patrimonio Cultural" se refiere a los sitios, estructuras y restos de valor arqueológico, histórico, religioso, cultural o estético. Muchos de los proyectos, o los componentes de los mismos, tienen un efecto potencial sobre los sitios arqueológicos, complejos de edificios, esculturas, pinturas, inscripciones y otros restos físicos dejados por los habitantes anteriores, y son considerados como parte del patrimonio cultural del país. Son numerosos los casos en que los sitios de los bienes culturales coinciden con los lugares de importancia natural. Los bienes culturales son parte de la base de los recursos y, por lo tanto, es importante evaluar las opciones de desarrollo que estén bajo consideración, con respecto a sus impactos potenciales sobre la propiedad cultural. Un enfoque adecuado hacia la conservación y administración de la propiedad cultural, es el de aprovechar los programas de desarrollo para ayudar en la protección y realce de los bienes culturales que se vean afectados por los proyectos en curso de implantación.

Políticas, procedimientos y guías[editar]

El desarrollo socialmente estable requiere que las sociedades conserven y mantengan sus vínculos con el pasado y con las tradiciones culturales. La política de desarrollo socio-económico debe propiciar por lo menos: (a) ayudar a proteger y mejorar los bienes culturales mediante componentes específicos de los proyectos, y (b) dejar de financiar los proyectos que perjudiquen significativamente a los bienes culturales, y ayudar solamente a aquellos cuyo diseño previene o reduce el deterioro. Los capítulos relacionados con la evaluación ambiental, desplazamiento involuntario y tribus, también tratan los aspectos relacionados con los bienes culturales.

En reconocimiento del valor de su patrimonio cultural, la mayoría de los países han aprobado legislación dedicada a la protección de sus bienes culturales. A menos que los proyectos de desarrollo tomen en cuenta los intereses de la conservación arqueológica e histórica como elementos integrales de la planificación, pueden ocurrir retrasos caros y destrucción involuntaria de los recursos culturales. Los contratistas pueden evitar demoras costosas, manteniendo vínculos estrechos con el departamento de antigüedades o el museo nacional de arqueología. Al notificar a los arqueólogos con mucha anticipación, éstos pueden terminar su investigación del sitio antes de que se inicie la construcción y sin afectar al programa del contratista. Si se encuentran antigüedades durante la construcción, usualmente el equipo del departamento respectivo y/o el instituto arqueológico internacional, requiere pocos días para excavar y registrar la información vital. En la mayoría de los casos, el trabajo de construcción puede continuar mientras los arqueólogos estén en el sitio.

Cualquier proyecto que requiera excavación, nivelación o relleno como parte de la construcción, constituye una amenaza potencial para los restos arqueológicos e históricos. Si bien no se puede generalizar en cuanto al alcance del impacto de los proyectos sobre la propiedad cultural, son los sectores de infraestructura y energía los más afectados por los problemas con los recursos culturales. Los programas de desarrollo urbano, así como rural, pueden encontrar propiedad cultural al efectuar mejoras a la infraestructura urbana, construir caminos, recuperar tierras, instalar riego, drenaje, etc. Asimismo, se puede afectar la propiedad cultural si se construyen las instalaciones públicas (escuelas, hospitales, viviendas, etc.) en los sitios arqueológicos o cerca de los mismos.

La relación entre la propiedad cultural y el proyecto puede ser directa o indirecta. Un proyecto hidroeléctrico puede causar inundación en los sitios culturales, a menos que se implementen medidas atenuantes o se reubique el proyecto. Al construir un nuevo camino junto a un sitio arqueológico o edificio histórico se puede facilitar el acceso y, por tanto, aumentar la vulnerabilidad de la propiedad cultural. El trabajo de construcción que se realice cerca de los restos arqueológicos o históricos puede producir vibraciones y trastornos perjudiciales. La ubicación de una nueva instalación industrial puede exponer los recursos culturales a los contaminantes que se transportan en el aire. Los proyectos ambientales cuyo objetivo es mejorar la calidad del aire, pueden tener un efecto importante, reduciendo la contaminación atmosférica que destruye las estructuras de piedra. Al reducir los problemas de drenaje relacionados con el riego y las aguas servidas, los mismos que alteran los cimientos de los edificios, se puede lograr un impacto favorable directo sobre la condición de las estructuras históricas.

Guía para evaluaciones ambientales[editar]

Durante las etapas más tempranas de la identificación y preparación de los proyectos, le incumbe al director de trabajo, con el asesoramiento y apoyo de la División Regional Ambiental y el Departamento del Medio Ambiente, alertar a los gobiernos acerca de las cuestiones que se relacionan con la propiedad cultural. Un primer paso sería el de revisar la lista de los Sitios del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que ahora cuenta con más de 300 lugares que han sido identificados como patrimonio reconocido de un valor universal inestimable. Se debe contactar a las agencias gubernamentales responsables (incluyendo los ministerios de antigüedades o cultura), museos, departamentos universitarios de arqueología, historia de arte, o arquitectura, con el fin de obtener información y asesoramiento acerca de los recursos culturales del área del proyecto. Los inventarios nacionales de recursos culturales pueden proporcionar datos importantes que ayudarán a los responsables del proyecto. También son fuentes de experiencia, los institutos internacionales de investigación (en algunos países existen misiones arqueológicas extranjeras). Las organizaciones no gubernamentales pertinentes: los comités nacionales del Comité Internacional de Monumentos y Sitios (CIMS), y el Centro Internacional para el Estudio de la Preservación y Restauración de la Propiedad Cultural (CIEPRPC), pueden ayudar también a obtener un entendimiento completo de los bienes culturales que puedan ser afectados, su importancia relativa y las necesidades de conservación. Las organizaciones internacionales con experiencia en la protección de la propiedad cultural (UNESCO, por ejemplo) son otras fuentes de asesoramiento experto.

Con el fin de coordinar las diferentes agencias gubernamentales, se debe invitar a un representante del departamento de antigüedades a participar en las reuniones entre las agencias, en coyunturas claves del ciclo de evaluación ambiental, y en las reuniones abiertas con los representantes de los grupos afectados y las ONGs , pertinentes.

En el caso de los proyectos de modificación en gran escala y/o movimiento de la superficie de la tierra (como represas, sistemas de riego, puertos, carreteras principales, oleoductos, trenes subterráneos, alcantarillas, minas y recuperación de tierras) que se encuentren en las áreas donde existen indicios razonables que señalan la presencia de recursos culturales, es necesario que un experto calificado (arqueólogo o historiador arquitecturas) realice una investigación de campo. En base a este estudio se puede tomar decisiones informadas, en cuanto a las acciones subsiguientes. Es posible que sea menester realizar inventarios completos y estudios adicionales.

Se debe emplear análisis detallados, que incluyen la revisión de las alternativas del proyecto, las medidas de atenuación y las necesidades institucionales de capacitación y de monitoreo, para ayudar a la agencia ejecutora del proyecto, a decidir si conviene rediseñar o reubicar el proyecto, con el fin de preservar los sitios y estructuras, estudiarlos o conservarlos intactos en el sitio. En ciertos casos, puede ser factible reubicar, restaurar, preservar y estudiar las estructuras y restos de valor cultural en otros sitios. Al efectuar el estudio arqueológico de campo, salvamento selectivo y preservación en museo de los objetos desenterrados, antes de comenzar la excavación en gran escala, nivelación de suelos o labranza, se puede reducir al mínimo las perdidas o daños a la propiedad cultural.

Los sitios que estén enterrados o que no se ubiquen durante el estudio, pueden ser descubiertos durante la implementación del proyecto, especialmente durante el proceso de construcción o minería. Estos descubrimientos de restos arqueológicos y/o históricos no anticipados, denominados hallazgos casuales, ocurren con frecuencia de 0-3 metros de la superficie actual. En general, son concentraciones de cerámica, piedra labrada y huesos humanos y animales, sin valor comercial, pero de gran importancia para los arqueólogos, historiadores, antropólogos y paleontólogos. Normalmente, se debe incluir en los contratos de diseño de los proyectos y de construcción, los siguientes procedimientos para hallazgos arqueológicos casuales:

    • notificar al departamento de antigüedades interesado;
    • solicitar que un representante realice una inspección del sitio;
    • suspender el trabajo en los alrededores del hallazgo hasta la visita del representante; y
    • esperar la decisión del departamento de antigüedades en cuanto al posible salvamento o excavación (usualmente se requiere dentro de 48-72 horas después de la notificación).

Normalmente las leyes nacionales incluyen sanciones para los casos de violación de los procedimientos que se aplican a los hallazgos arqueológicos casuales.

Los proyectos que produzcan impactos importantes para los recursos culturales deben contemplar la organización de una unidad de conservación en un ministerio o agencia gubernamental. Se debe tratar de desarrollar capacidad institucional local a través de asesoramiento técnico y entrenamiento.

Los sitios arqueológicos e históricos, asentamientos y estructuras son vulnerables a trastornos de diferentes tipos. Estos incluyen los siguientes: inundación, cambios en el nivel hidrostático, deterioro de la calidad del aire, erosión de la costa, movimientos sísmicos, vibraciones causadas por las actividades de construcción o aviones e intrusión humana. Al igual que los lugares naturales, los sitios culturales pueden tolerar a un número limitado de visitantes, y esto debe ser evaluado durante el diseño del proyecto. Es necesario controlar el número de visitantes y las áreas de acceso para prevenir el deterioro de los sitios, debido al uso excesivo y contacto físico (paredes, pinturas y esculturas que pueden tocar los visitantes).

No es suficiente reconocer que existen bienes culturales que serán afectados por el proyecto. Se debe considerar el sostenimiento a largo plazo del sitio, y es menester preparar un plan bien diseñado de administración que se encargue de los requerimientos de conservación y mantenimiento.

Si los sitios son sagrados, como en el caso de los santuarios religiosos, los efectos de su reubicación son complejos. En este caso se recomienda, obligadamente, la formación de un equipo cuyo objetivo es desarrollar medidas de atenuación. El equipo debe tener un historiador de arte o arquitectura con conocimientos de la tradición cultural pertinente, un conservador arquitecturas, un antropólogo que esté familiarizado con el área y un coordinador para reunir a las organizaciones gubernamentales, expertos y líderes comunitarios interesados. Es importante que estas intervenciones sean acertadas, desde el punto de vista científico, y que respondan, tan fielmente como sea posible, a los modelos de organización social e instituciones sociales y culturales existentes. El personal del proyecto debe asegurar que el patrimonio cultural de los grupos minoritarios reciba el mismo cuidado que el de la gente dominante.

Referencias[editar]

  • Banco Mundial. 1986. "Management of Cultural Property in Bank-Financed Projects." Aviso de la Política Operativa No. 11.03. Banco Mundial, Washington, D.C.
  • Department of Antiquities of the Hashemite Kingdom of Jordan and the American Schools of Oriental Research. 1983. Economic Development and Archaeology in the Middle East Amán, Jordania: American Center of Oriental Research.
  • Goodland, R., y M. Webb. 1987. The Management, of Cultural Property in Word Bank Assisted Projects. Boletín Técnico No. 62 del Banco Mundial. Washington, D.C.:Banco Mundial.
  • International Centre for the Study for the Preservation and the Restoratíon of Cultural Property. 1986. Preventive Measures During Excavation and Site Protection. Roma, Italia.
  • International Committee of Monuments and Sites. 1964. International Charter for the Conservation and Restoration of Monuments and Sites. Venecia: Stamperia de Venezia.
  • Sykes, N. 1984. Manual on Systems of Inventorying Immovable Cultural Property. París, Francia: UNESCO.
  • Taboroff, J. 1990. Conservation and Management of Cultural Patrimony in the Mediterranean Region. Environmental Program for the Mediterranean. Ensayo No. 6 del Banco Mundial. Washington, D.C.: Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversión.
  • Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas. 1976. Convention Concerning the Protection of the World Cultural and Natural Heritage. París, Francia.
  • United States Army Corps of Engineers. 1989. The Archaeological Sites Protection and Preservation Notebook. Vicksburg, Virginia.