Historia del Partido Comunista Paraguayo (1928-1990)/Poststronismo/Continuismo Colorado y el PCP

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CON STROESSNER: TERRORISMO DE ESTADO; CON RODRÍGUEZ: DEMOCRACIA RESTRINGIDA[editar]

En la presente coyuntura histórica de nuestro país, el Partido Comunista Paraguayo ha expresado con claridad su criterio acerca del régimen instaurado, a partir del 3 de febrero de 1989, como consecuencia del derrocamiento de la tiranía stronista.

El gobierno del general Rodríguez, confirmado por las elecciones de mayo/89, es una democracia restringida, donde en el orden político actúa un Congreso con participación de la oposición legal, hay libertad de prensa e información; de reunión, con algunas restricciones impuestas por el Ministerio del Interior; fueron derogadas las leyes represivas 294 y 209 y el Partido Comunista actúa de hecho con una sede conocida y ciertos actos públicos anunciados y realizados sin cortapisas.

El lado contradictorio de esta democracia y que la caracteriza como restringida, está el hecho de que se reprime con violencia a los movimientos campesinos que luchan, precisamente, por la democratización de la propiedad de la tierra, acaparada por transnacionales imperialistas y por los terratenientes tradicionales y los prebendarios del régimen stronista.

Las organizaciones campesinas, con apoyo en la Central Unitaria de Trabajadores, a la que se hallan adheridas varias de aquéllas, en un paso avanzando de conciencia social y fuerza gremial, vienen ocupando la tierra que necesitan y en este forcejeo son reprimidas por la llamada Fuerza Conjunta de Operaciones, habiéndose producido los conocidos casos de muerte de dos trabajadores de Itaipú. Esto último en cuanto a la represión del movimiento obrero.

El Gobierno de Rodríguez responde incondicionalmente a los intereses de los terratenientes cuando no pierde la ocasión de exhortar al «respeto de la propiedad privada» (léase latifundio), y a los empresarios, cuando regatea hacer concesiones a los trabajadores y protege a aquéllos, como el último caso de los obreros de Yacyreta, donde la justa reclamación laboral es desconocida y el Ministerio de Justicia y Trabajo declara «ilegal» a la huelga, en el movimiento en que un grupo numeroso de trabajadores se debilita ostensiblemente por su prolongada huelga de hambre en apoyo de sus justificadas reivindicaciones.

Basados en estos hechos, ciertos partidos políticos tienen el criterio de que el Gobierno de Rodríguez no se diferencia del anterior, de Stroessner. Los comunistas no comparten ese punto de vista o esa posición. Hecha la resalva sobre el carácter del gobierno, no parece expresar una realidad objetiva desconocer que nos hallamos en un escenario político diferente, donde hay oportunidad de plantear los problemas, en libertad y aprovechar el espacio conquistado para fortalecer las organizaciones existentes o crear nuevas.

Con este criterio, el Partido Comunista Paraguayo se dispone a plantear su reconocimiento legal, a cuyo efecto presentará a la Junta Electoral Central la solicitud de su inscripción, a fin de comenzar a ejercer su derecho político y democrático de participar en las elecciones.

Hay un Proyecto de Declaración de Principios, que debe acompañar a la solicitud, ante la junta electoral, junto con los estatutos, que transcribimos a continuación, a manera de epílogo de estas notas que hemos dado en llamar «Reseña para la tetona del Partido Comunista Paraguayo».

El Partido Comunista Paraguayo -fundado el 19 de febrero de 1928- es la unión voluntaria de sus adherentes en base al ideal común del socialismo humanista y democrático, como meta de sus acciones.

El Partido Comunista Paraguayo, en su proyecto político fundamental, se propone contribuir a la conquista y consolidación de una sociedad paraguaya, basada en la justicia social, la igualdad, la libertad, la democracia participativa y el pluralismo ideológico.

Consecuentemente, en su accionar político, aspira y lucha por la instauración de un moderno Estado de Derecho, que garantice y respete los derechos humanos y se ponga al servicio de los intereses populares y nacionales esenciales.

El Partido Comunista Paraguayo, nacido a la vida política nacional por imperio de una necesidad histórica, brega por constituirse en el destacamento organizado y más esclarecido de la clase obrera y de los sectores populares, en la inteligencia de que sólo podrá lograrlo en la medida en que gane la voluntad de las masas, en una lucha leal, abierta, democrática y pluralista. El papel dirigente se conquista por adhesión voluntaria y ro por imposición desde arriba.

El Partido Comunista Paraguayo no obstante poner el acento en la centralidad de la clase obrera, como columna vertebral y motor de su ejecutoria, es la fusión de sus intereses con los de la intelectualidad, los estudiantes, los campesinos y la clase media de todos los sectores profesionales y ocupacionales.

El Partido Comunista Paraguayo rechaza toda interpretación dogmática de los principios del marxismo-leninismo, como válidos de una vez y para siempre y, por el contrario, declara que ellos sólo constituyen guías muy generales para la interpretación de cada momento de la historia.

El Partido Comunista Paraguayo, en la formulación de su línea política y de su programa de acción, se determina por las condiciones histórico-concretas predominantes en nuestro país, y como resultado del análisis de la realidad objetiva, por los distintos estamentos partidarios y el Congreso del partido.

El Partido Comunista Paraguayo es contrario y rechaza toda manifestación de «culto a la personalidad». La democracia interna y la dirección colectiva, previstas en los Estatutos, constituyen reglas inviolables de la actividad partidaria.

El Partido Comunista Paraguayo es un partido nacional, carente de vínculos orgánicos con Estados o partidos políticos extranacionales. Su relacionamiento con los países socialistas, el movimiento obrero internacional o los movimientos democráticos progresistas, encuadra dentro de la normal solidaridad internacional que se deben los pueblos u organizaciones que luchan por los mismos objetivos de valor universal.

El Partido Comunista Paraguayo es consciente y asume que el porvenir de la humanidad se halla indisolublemente vinculado con la acción práctica a favor de la paz mundial, fundamentalmente para que las potencias nucleares aceleren sus incipientes acuerdos de desmantelamiento de sus proyectiles atómicos que apuntan sobre todo el planeta. El partido entiende que no es una cuestión sólo «entre ellos», sino también una cuestión «de nosotros». Lo mismo en lo que toca al flagelo de la drogadicción y el criminal negocio del narcotráfico. Y no menos importante, la defensa del medio ambiente en este «común hogar del hombre» que es la tierra.

El Partido Comunista Paraguayo, en la actual coyuntura de las relaciones internacionales de los Estados y los pueblos que viven regidos por sistemas o signos ideológicos disimiles, afirma que es un deber patriótico, a la vez que civilizado y humano, derribar las barreras que aún impiden a nuestra patria paraguaya ampliar sus fronteras políticas, económicas, culturales, a los confines del mundo.


Mayo 90[editar]


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