Español/Morfología/Introducción a la morfología

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 Componentes de estudio de la

lingüística.


La morfología ( < griego μορφ-, morph ['forma'] + λογία logía ['tratado']) es la rama de la lingüística que estudia la estructura interna de las palabras para delimitar, definir y clasificar sus unidades, las clases de palabras a las que da lugar (morfología flexiva) y la formación de nuevas palabras (morfología léxica). La palabra 'morfología' fue introducida en el siglo XIX.

Definición de morfema[editar]

Una definición clásica de morfema (llamado formante o monema por otros autores) la define como la unidad mínima significativa de la primera articulación o división del signo lingüístico: la palabra. Así pues, una palabra está constituida generalmente por dos clases de morfemas: los lexemas y los gramemas (ó morfemas gramaticales.)

Más informalmente podemos decir que un morfema es una clase de equivalencia de secuencias de fonemas o de alteraciones sistemáticas de la forma fonológica de una palabra para expresar alguna relación gramatical o cambio de sentido de modo sistemático. La realización concreta de un morfema se denomina morfo (y un morfema es un conjunto de morfos de función equivalente). En la mayoría de lenguas los morfos suelen tomar la forma de afijos (sufijos, prefijos y más raramente infijos), aunque también existe alteraciones de la raíz como alargamientos, cambios de tono, reduplicaciones, relaciones paradigmáticos y otros procedimientos abstractos. Cuando los morfos son afijos resulta casi siempre posible segmentar una palabra en sus formantes básicos, aunque en lenguas donde los morfos se realizan también por procedimientos ajenos a la afijación esto puede no resultar posibles.

Lexemas (Morfemas léxicos)[editar]

En todas las lenguas con independencia de procedimientos morfológicos que posea, podemos identificar en una palabra un morfo básico una secuencia de fonemas básica que define el campo semántico y en ocasiones hasta el significado referencial de la palabra o expresión. Esta unidad básica sobre la que se añaden otros morfemas se llama lexema o raíz.

Este lexema es técnicamente un morfo pero al ser el único integrante de su clase de equivalencia, lo podemos clasificar igualmene como morfema. En muchas lenguas constituyen casi siempre la única parte invariable, autónoma y de significado referencial más concreto. En lenguas que además de afijación y adición de desinencias tienen otros procedimientos morfológicos la forma básica del lexema puede no ser unívocamente determinable. En la mayoría de las lenguas el lexema es una secuencia fija de unos pocos fonemas que no varía por más que se añadan nuevos morfos a esa secuencia para crear significados derivados. Sin embargo, en lenguas con morfos que no son afijos, como las lenguas semíticas, los lexemas son "esqueletos" de 2 o 3 consonantes entre las cuales se insertan vocales. Estas vocales entran en forma de esquemas pradigmáticos y son un ejemplo de morfo dicontinuo (en este tipo de lenguas los lexemas también son de hecho discontinuos, es decir, no forman una secuencia de fonemas consecutivos).

Los lexemas forman la mayor parte del léxico de una lengua, su número es siempre muy superior al de gramemas, y en principio se considera una clase abierta. Es decir, forman un conjunto susceptible de ser ampliada con nuevos préstamos léxicos u otros precedimientos creativos para designar nuevos conceptos o realidades.

Gramemas (Morfemas gramaticales)[editar]

Los morfemas gramaticales son las unidades que constituyen la parte variable de la palabra y son las responsables de expresar relaciones gramaticales y que no alteran el significado referencial básico de una palabra. Usualmente no son autónomos y su aparición no es facultativa sino que está sujeta a restricciones gramaticales. Estos morfemas expresan relaciones o accidentes gramaticales como:


Gramemas derivativos[editar]

También llamados afijos, son formantes facultativos, responsables de formar significados composicionales y conceptos derivados del significado básico. Algunos ejemplos de esto:

  • Deverbativos, que permiten designar al agente, paciente, tema o lugar frecuente, etc ... de una acción verbal.
  • Verbalizadores, que permiten designar acciones verbales relacionadas con objetos o lexemas que designan entes concretos, etc.
  • Derivativos nominales, que permiten expresar relaciones semánticas sistemáticas entre dos tipos de referentes.
  • Derivativos verbales, que permiten construir predicaciones verbales a partir del significado de predicaciones verbales más primitivas o simples.

En español los gramemas suelen ser átonos, salvo los sufijos que suelen provocar desplazamiento del acento tónico. Como en los siguientes ejemlos:

Según su posición respecto al lexema, se distinguen tres tipos de morfemas gramaticales derivativos:
  • Sufijos: Van después del radical o lexema y antes de los morfemas dependientes gramaticales. Pueden cambiar la categoría gramatical de la palabra o el género de los sustantivos y son tónicos, es decir, cargan con el acento de la palabra.
  • Prefijos: Preceden al radical o lexema. Son átonos y poseen significado. Si cargan con acento son en realidad prefijoides o prefijos cercanos a los lexemas.
  • infijos o interfijos: Se colocan entre los prefijos y sufijos para evitar la cacofonía entre dos sonidos y las homonimias. Son átonos y no poseen significado. Muchos de ellos funcionaron también como sufijos pero quedaron sin significado perceptible.

Gramemas flexivos[editar]

Son formantes constitutivos que ocupan siempre la posición final de la palabra y la información que ofrecen es de tipo gramatical, como el género, el número, la persona, el modo, etc.

Morfemas libres o independientes[editar]

Existe otra clase de morfemas denominados morfemas libres o independientes que no van unidos a ningún lexema pero confieren de significación gramatical a las palabras con las que se asocian. Los determinantes, las preposiciones y las conjunciones puede actuar como morfemas libres. Casi todos ellos son átonos. Por ejemplo, el artículo hace de morfema flexivo para el sustantivo.

Morfos de un morfema[editar]

Los alomorfos son las diferentes realizaciones fónicas de un determinado morfema. Por ejemplo, en español el plural puede realizarse como -s o -es, estas dos formas son por tanto alomorfos del morfema de número plural del español. También son alomorfos: -ble y -bil como en imposible e imposibilidad o nece- y neci como en necio y necedad.

Morfo cero[editar]

Un tipo de morfo interesante es aquel que no tiene realización fonémica audible. La consideración de esta ausencia de contenido fónico como una relación, con frecuencia ayuda a hacer más sencillo y sistemático el análisis morfológico, ya que el hecho de que un determinado morfema no tenga realización fónica no impide considerarlo un miembro de pleno derecho de la clase de equivalencia que forma el morfema sobre la base de relaciones paradigmáticas sistemáticas.

Un ejemplo de esto lo encontramos en español en la palabra atlas. Aquí el morfema de número no está presente, y esa es precisamente la razón por la cual el número es singular.


Véase también:

Enlaces externos[editar]

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