Chile y Latinoamérica en el siglo XX/Los periódicos chilenos en las primeras décadas del siglo XX

De Wikilibros, la colección de libros de texto de contenido libre.
← Aparición, desarrollo y consolidación de los sectores medios Los periódicos chilenos en las primeras décadas del siglo XX Despertar de la mujer en la primera mitad del siglo XX →
Chile y Latinoamérica en el siglo XX



El siguiente tema a tratar será sobre los periódicos chilenos en las primeras décadas del siglo XX. En Chile, la prensa despuntó a comienzos del siglo XIX, después de su aparición en México (1731), Cuba (1763), Perú (1796), y Argentina (1801). Hasta esa época, las noticias de cuanto acontecía en el mundo, principalmente en España, se recibían en Chile a través del Mercurio Peruano y, posteriormente, de La Gaznate de Lima. El primer periódico nacido en Chile se publicó el 12 de febrero de 1812 y contó con el patrocinio y los recursos del gobierno de la época, este periódico se llamó La Aurora de Chile, que fue de carácter ministerial y político. Después de esta publicación le siguieron otros periódicos. El periodo revolucionario de 1891 fue uno de los más tristes del periodismo chileno. Sin embargo, en esa turbulenta época existían importantes periódicos: La Época, La Patria (a fin a los revolucionarios) y La Nación (a fin al presidente José M. Balmaceda). Pese a que hacia 1860 no había en el país más que dos diarios estables (El Ferrocarril, de Santiago, y El Mercurio de Valparaíso), treinta años más tarde había no menos de 20 en las distintas ciudades de la república. Solo en la capital se publicaban siete, y otro medio centenar aparecía en las provincias. Con la Guerra del Pacífico surgieron en los centros más populosos los <suplementeros>, muchachos que pregonaban las hojas impresas diarias. Entre la gente culta, el diario fue desde entonces un elemento absolutamente vital. Triunfante la revolución de 1891, y aquietadas las pasiones, se produjo un cambio en la prensa chilena en la que día a día ganaba terreno la información en detrimento de los comentarios y las polémicas doctrinarias. En 1892 la jerarquía eclesiástica, propietaria de El Chileno, vendió el diario a un grupo de jóvenes católicos. De carácter popular esta publicación se ganó el sobrenombre de <diario de las cocineras>, quienes, de regreso del mercado solían llevar un ejemplar, entre las verduras. Alcanzó gran difusión, con una tirada de 70.000 ejemplares los días festivos y no menos de 40.000 durante la semana. Otro diario importante de fin de siglo fue La Ley, un calificado defensor de los postulados del partido capitalista, fundado en 1894, por Juan Agustín Palazuelos. El siglo XX dio nacimiento en Chile a un periodismo y a una prensa de proporciones hasta entonces ignoradas, con un carácter preponderadamente informativo. Los diarios comenzaron a ampliar sus servicios creando un sin número de secciones caracterizadas por la objetividad de la información. No hubo partido, ni tendencia política ni religiosa, ni actividad científica o cultural, ni organización gremial de cierta importancia, que no contara con su órgano propio de publicidad, multiplicando hasta lo increíble el número de las publicaciones de carácter diario o periódico en todo el país. El problema a plantear será entonces saber como y cuales fueron los periódicos chilenos en las primeras décadas del siglo XX. Para poder desarrollar este tema se plantearan 4 ideas centrales. En primer lugar se hablará sobre las revistas y la madures del periodismo chileno, en segundo lugar hablaremos sobre El Mercurio y Las Últimas Noticias, en tercer lugar sobre algunos diarios y revistas de primera fila y en cuarto lugar sobre las diferentes tendencias de la prensa.

Respecto de la primera idea podemos señalar que las revistas también alcanzaron su máximo esplendor y desarrollo. Antes de la fundación de Zig Zag (1905) ya existían importantes revistas literarias tales como La Revista de Chile, La Lectura, La Revista de Artes y Letras, La Revista Ilustrada y la Revista del Norte. A comienzos del siglo se remontan Pluma y Lápiz y El Mercurio de Santiago (1900), y el Diario Ilustrado y el vespertino Las Últimas Noticias (1902). Esta publicación se llamaba en sus inicios Las Últimas Noticias de El Mercurio. En 1917 apareció el diario La Nación y en 1922, el vespertino Los Tiempos. El Mercurio de Santiago y Las Últimas Noticias fueron fundados por Agustín Edwards MacClure, marcando un hito fundamental en el periodismo del país e iniciando una etapa de franca prosperidad.

Sobre el segundo tema podemos decir que desde el día de su nacimiento el primero de Junio de 1900, El Mercurio de Santiago fue un modelo de organización. Las innovaciones técnicas introducidas por Agustín Edwards, que dieron al público la impresión de que por primera vez leía un diario que rompía viejos moldes, fueron unos de los secretos de su éxito. Equipado con máquinas modernas, enriquecía sus páginas con seccionas de información nacional e internacional, muy pronto se convirtió en el principal diario del país y en la brújula de la opinión pública. Conservador en sus métodos, de ponderados y sereno criterio para abordar los más candentes, su opinión era atacada aún por quienes profesadas ideologías opuestas. A menudo se lo ha comparado con los grandes diarios británicos, tales como The Times de Londres, de indiscutida influencia en la vida política inglesa. Antes de Las Últimas Noticias, fundado el 15 de Noviembre de 1902, solo había dos diarios vespertinos: La Libertad y La Tarde. El primero, defensor del partido opositor al presidente Balmaceda, y el segundo, dedicado especialmente a la publicación de literatura amena. Las Últimas Noticias creó escuela, ofrecía al público, en la tarde, un diario completo, semejante a los de la mañana, con secciones de nacional e internacional. Posteriormente, se convertiría en matutino, para dejar supuesto, el 29 de Julio de 1931, a La Segunda de las Últimas Noticias (La Segunda), el único diario vespertino que aún existe en Santiago.

Respecto a la tercera idea podemos señalar que el Diario Ilustrado, fundado el 31 de Marzo de 1902 por Ricardo Salas Edwards, introdujo en el periodismo el uso del fotograbado en sustitución del sistema del litograbado que se usaba hasta entonces. La creación de un diario ilustrado, con fotograbado, que permitió la publicación de fotografías por primera vez en el país, fue una idea importada de Inglaterra. El Diario Ilustrado fue desde su fundación, el más calificado representante de las ideas políticas conservadoras y el más decidido defensor de la religión y el clero. Su primer número constó de solo 4 páginas y a finales de 1902 alcanzó una tirada de 2000 ejemplares diarios, un verdadero record en aquellos años. La Nación, por su parte, marcó una de las épocas más brillante del periodismo chileno en su etapa de diario independiente. Creado por el político y estadista Eliodoro Yánez el 14 de enero de 1917, se colocó rápidamente en los primeros lugares de la prensa nacional. Expropiado por el gobierno durante la primera administración del General Carlos Ibáñez del Campo, se convirtió en órgano oficial de gobierno. Clausurado a raíz de la caída del régimen, en Julio de 1931, reanudó su publicación 6 meses después, conservando su carácter oficialista. Posteriormente se fundaron numerosos diarios que alcanzaron una vida más o menos larga, y ejercieron gran influencia en la opinión pública. Los Tiempos, vespertino fundado el 14 de Septiembre de 1922 por la empresa periodística La Nación, dio auge y jerarquía al periodismo policial, dando una nueva orientación a la llamada <crónica roja>. Este diario dejó de publicarse cuando fue clausurada La Nación. Reaparecería después de más de 20 años de silencio, el 16 de febrero de 1953, pero desapareció definitivamente el 12 de Junio de 1955. El 2 de noviembre de 1926 Augusto Ovalle Castillo fundó el vespertino El Imparcial, que, a mediados de 1953 pasaría a denominarse El Nuevo Imparcial. De tendencia liberal social cristiana, radical independiente, fue en cierta época una empresa periodística socializada, con participación directa de sus empleados y obreros.

Sobre la cuarta idea señalada con anterioridad se puede decir que el 23 de noviembre de 1931 apareció en Santiago el diario Crónica, con el objetivo de combatir al gobierno de Juan Esteban Montero. Este diario fue de tendencia alessandrista y dejó de aparecer el 29 de agosto de 1932. El político Juan Bautista Roseta fundo el 21 de Marzo de 1932 el diario La Opinión, en Santiago primero y en Valparaíso después. Ambas publicaciones se caracterizaron por su mala presentación tipográfica y por ser los órganos de las clases populares, en razón de su tendencia socialista. La Opinión de Santiago dejó de publicarse el 21 de noviembre de 1951. En 1952 desapareció La Opinión de Valparaíso. El diario La Hora órgano oficial del partido radical en el momento de su desaparición, en mayo de 1951, fue creado como órgano independiente el 25 de Junio de 1935. Las Noticias Gráficas, unos de los muy escasos diarios de la denominada <prensa amarilla>, fue fundado el 8 de febrero de 1944 y desapareció en febrero de 1953.

En este periodo las noticias también alcanzaron gran importancia y desarrollo, logrando una basta circulación y prestigio. Para apreciar objetivamente el auge conseguido por las revistas basta mencionar Zig Zag, fundada por Agustín Edwards MacClure en 1905; el Pacífico Magazine, de 1912; Sucesos; Corre-Vuela, de enero de 1908 (una especie de cantera de periodistas jóvenes que aspiraban a ver sus firmas en Zig Zag); Familia, revista de moda y del hogar, fundada en enero de 1909; Selecta, en abril de 1909 (dedicada al tema del arte) y la revista Hoy, fundada por Ismael Edwards Matte, que años después de su desaparición reaparecería, a comienzos de 1953, tras un juicio sobre la propiedad de la cabecera comercial.

En conclusión podemos afirmar que los periódicos fueron y son de mucha importancia para el país ya que en ellos se informa a la población de los temas más relevantes e importantes que acontecen en el país y el extranjero. A principios del siglo XIX cuando despuntó la prensa en Chile hasta los inicios del siglo XX, hubo muchos periódicos, ya que casi todas las personas o entes de importancia social, sin excepción necesitaban un medio para informar de sus actos, algunos de estos periódicos lograron subsistir en el tiempo y otros murieron en el intento. El primer periódico nacido en chile y el más importante de su época fue La Aurora de Chile que se publicó el 12 de febrero de 1812.

El siglo XX trajo consigo una nueva prensa de proporciones hasta entonces impensadas, su principal característica fue que eran informativos, ampliaron sus servicios y crearon nuevas secciones de interés social, ya que es la sociedad su principal usuario. Además, tuvieron gran importancia las revistas, que eran otro medio adicional a los periódicos que convirtieron a este medio de comunicación el más importante de su época. Entre las revistas más importantes del siglo XIX y XX son las siguientes: La Revista de Chile, La Lectura, La Revista de Artes y Letras, La Revista Ilustrada y La Revista del Norte, Zig Zag, Pluma y Lápiz, Sucesos, Corre-Vuela, Familia, la revista Hoy, Selecta, etc. Los periódicos más importantes del siglo XX fueron El Mercurio de Santiago y Las Últimas Noticias, fundados por Agustín Edwards MacClure, marcando un hito fundamental en el periodismo del país e iniciando una etapa de franca prosperidad.

Las Últimas Noticias creó escuela, ofrecía al público, en la tarde, un diario completo, semejante a los de la mañana, con secciones de nacional e internacional. Con el tiempo, se convirtió en matutino, para dejar su puesto, el 29 de Julio de 1931, a La Segunda de las Últimas Noticias (La Segunda), el único diario vespertino que aún existe en Santiago El Mercurio de Santiago se convirtió en el principal diario del país y en la brújula de la opinión pública. A menudo se lo ha comparado con los grandes diarios británicos, tales como The Times de Londres, de indiscutida influencia en la vida política inglesa. Muchos periódicos siguen perdurando en el actual siglo XXI, con una indiscutida importancia social, pero es en el siglo XIX y principalmente en el siglo XX donde alcanzan su mayor grandeza y esplendor, junto a las revistas.