Historia de México/De la Revolución de Ayutla al Segundo Imperio (1855-1867)

De Wikilibros, la colección de libros de texto de contenido libre.

DE LA REVOLUCION DE AYUTLA AL SEGUNDO IMPERIO[editar]

Revolución de Ayutla (1854-1855)[editar]

El recuerdo de la gran revolución de Ayutla, nos da ocasión para significar la limpia trayectoria de la vida de Don Juan Alvarez, ciudadano ejemplar, revolucionario puro que entrega a la Patria medio siglo de su existencia, amalgamada con la causa misma de la libertad y agigantada por la fuerza política y moral y el profundo contenido social de nuestras revoluciones.

Inicia Morelos apenas sus operaciones en el Sur, cuando el 17 de noviembre de l810, en el pueblo de Coyuca, hoy de Benítes, se incorpora a su escolta el joven Juan Alvarez, quien ha de asistir al lado de Morelos, mientras este vive y después, al lado de Don Vicente Guerrero, a la mayor parte de las acciones de armas de los 11 años de la Guerra de Independencia, hasta verla coronada por el éxito en el memorable Abrazo de Acatempan, el Plan de Ayutla y la entrada a México del Ejército Trigarante.

No disipada todavía la lucha, defiende el federalismo (Constitución del 4 de Octubre de 1824 ), con el conocimiento pleno de que representaba la única forma de asegurar el pleno goce de las libertades, que el centralismo pretendía ahogar, continuando el sistema virreinal a base de concentrar el poder y la autoridad en unas cuantas manos.

Esta convicción le mantuvo activo hasta 1854. En el período que va de la consumación de la Independencia Política a la Gran Revolución de Ayutla, solo mantiene en paz a su provincia, cuando surgen los gobiernos liberales que dan vigencia a la Constitución de 1824, con una sola excepción que lo honra; Siendo presidente Santa Anna y manteniéndose los surianos en rebeldía, acaece la invasión norteamericana; el sur depone su actitud y al mando de Juan Alvarez presta su contingente, para mantener la integridad Nacional.

El 1º de marzo de 1854, se proclama El Plan de Ayutla y es la figura de aquel joven soldado que se unió a Morelos en 1810, que maduro en convicciones a través del penoso evolucionar de su pueblo, el que ha de prestarle eje y alma a la gran Revolución de Ayutla.

Jesús Romero Flores, escribe “ Tres etapas grandiosas ha tenido la Revolución Mexicana: La lucha por la Independencia Política, 1810; la lucha por la libertad espiritual, 1854 y la lucha por la autonomía económica 1910. Hidalgo, Alvarez y Madero, acaso sin proponérselo conscientemente, iniciaron cada una de esas etapas que fueron felizmente continuadas por otros muchos paladines “

Pero la figura de Juan Alvarez se actualiza, cobra importancia, a través de la política presente, porque no solo funde su vida al calor que producen las luchas libertarias, sino que es entonces y se prolonga ahora como una eterna y hermosa lección de civismo.

El hombre que ha dado su juventud a la Patria, viejo ya, abraza una vez más su vieja causa con estas ejemplares palabras:

"Mi edad bastante avanzada y mis notorias enfermedades, me exigen retirarme al descanso de la vida privada; más al llamado de mis conciudadanos he alejado de mí el bienestar particular y vengo a sacrificarlo todo a la causa sagrada que desde tiempos muy atrás sirvo con lealtad, porque ella es la de mi Patria"

Y cuando triunfante la Revolución de Ayutla estima necesario nuevamente el sacrificio nos hereda estas preciosas palabras.

"Pobre entré a la Presidencia y pobre salgo de ella, pero con la satisfacción que no pesa sobre mí la censura pública, porque dedicado desde mi más tierna edad al trabajo personal, se manejar el arado para sostener a mi familia, sin necesidad de los puestos públicos donde otros se enriquecen con ultraje de la orfandad y la miseria"

Invasión francesa de México[editar]

Disputas con el clero, así como con los diplomáticos de España en México, habían iniciado una cadena de intranquilidades entre México y varios países Europeos. Además, la demora económica causada por la Guerra de la Reforma y la Revolución de Ayutla, a pesar de las medidas tomadas por el gobierno para reducir los costos de la guerra (por ejemplo la reducción de las fuerzas militares) forzaron al gobierno suspender la liquidación de las deudas externas por un periodo de dos años.

España, Gran Bretaña, y Francia formaron una alianza tripartita en Octubre de 1861, con propósito de protestar conjuntamente contra las pólizas mexicanas; exigirían el pago de la deuda, aunque sin intervenir en los conflictos domésticos de la nación.

Las ultimas tropas de la alianza arribaron en Veracruz durante enero 1862. Manuel Doblado, secretario Mexicano de Relaciones Exteriores, notificó a Juan Prim, a cargo del movimiento tripartito de las complicaciones económicas del país y logró persuadirlo que la suspensión de las deudas era algo transitorio. Para los gobiernos de España y Gran Bretaña esta explicación les fue suficiente, y zarparon de Veracruz, una vez concluidas las conferencias diplomáticas de La Soledad. Por su parte las tropas Francesas negaron irse, puesto que Napoleón III poseía intenciones de instaurar una monarquía en México.


La Invasión[editar]

Francia envio cerca de 5000 hombres bajo el mando de Carlos Fernando Latrille, conde de Lorencez, quienes llegaron a Veracruz el 6 de marzo 1862. Entre tanto los soberanos de España y Gran Bretaña disolvieron la triple alianza , agraviados por la diligencia de Francia, y se dispusieron a arreglar sus asuntos con México individualmente.

Las tropas francesas se dirigían a la capital; Lorencez marchó hacía Orizaba, dónde recibió refuerzos de L´Herillier y Gambier.

Las Tropas republicanas, bajo el mando de Ignacio Zaragoza, intentaron cortar a los franceses el camino a México cerca de las Cumbres de Acultzingo, aunque fue inútil. Zaragoza procedió a congregar sus fuerzas alrededor de Puebla; la victoria de los republicanos en la Batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo 1862, proporcionó optimismo y confianza, lo cual incrementó la moral del pueblo mexicano, así como un período de tiempo en el cual Juárez tuvo la congruencia de establecer la defensa; se levantaron trincheras y se reunieron recursos para sostener un posible sitio. Francia envio 30,000 soldados suplementarios bajo el mando del General Forey.

Por su parte, el 16 de marzo, Forey comenzó el sitio de Puebla; la ciudad resistió numerosos días, pero finalmente, después de haber sido destruidos los fuertes de Santa Inés y San Javier, sucumbió a las tropas francesas. El sitio llego a su fin el 17 de mayo, cuando Forey capturó la plaza central, aunque él no entró en la ciudad hasta el 19 de mayo. González Ortega, Escobedo y Negrete fueron enviados a Francia, pero lograron escapar en el trayecto.

A continuación de la caída de Puebla, Juárez se fugó a San Luis Potosí, donde reestableció su gobierno. Mientras tanto, el 10 de junio, las tropas francesas hicieron su entrada a la ciudad de México, donde Forey constituyó el gobierno de la ocupación. Juárez, pronosticando la victoria, organizaba la resistencia, y los estados norteños tomaban medidas para la guerra.

Forey regresó a Francia, para recibir su título de mariscal, y en su ausencia fue asumido el cargo por Bazaine. El ejército francés superaba ya los 45000 hombres, y aunado a los territorios previamente conquistados, ya ocupaba a Tlaxcala, Toluca y, muy pronto, Querétaro. El 9 de noviembre partió Bazaine, acompañado de su áscar, hacía el norte; encontraron poca resistencia, lo cual les proporciono bajas pérdidas al ocupar las principales poblaciones del país. El general imperial Márquez capturo San Luis Potosí, solo días posteriormente a que Juárez trasladara su gobierno a Saltillo.

Los republicanos resistieron el avance Francés en varia partes del país, empleando básicamente las técnicas de guerrilla; la ciudad de Tampico había sido bloqueada por guerrilleros, y en el sur Porfirio Díaz al mando de 4,000 soldados impedía el paso desde México hacia Veracruz. A pesar de eso no pudo impedirse el avance francés, y estos ocuparon en 1864 Guadalajara, Aguascalientes y Zacatecas.

Los generales republicanos suplicaban a Juárez que renunciara a su cargo para, de esa manera, poner fin a la intervención francesa, entre ellos destacaban Doblado, González Ortega, así como Santiago Vidaurri, gobernador de Nuevo León y Coahuila. Este último se unió al bando imperial a causa de una vasta diferencia entre él y Juárez. Entretanto, Juárez, debido a la reducción del territorio republicano se vio forzado a trasladar nuevamente su capital a Monterrey.

Las amenazas por parte de Francia de retirar sus tropas finalmente se materializaron a principios del año 1866, lo que inició el avance republicano hacía el centro del país puesto que el ejército imperial no contaba con las tropas necesarias para contener su avance. En 1867 Maximiliano I de México reorganizó el ejército imperial, designando a los generales conservadores para altos puestos militares, como Miramón, Mejía y Arellano. Sin embargo, al acercarse las tropas republicanas a México, Maximiliano huyó a Querétaro.

El 6 de marzo de 1867 Escobedo sitió la ciudad de Querétaro; mientras tanto, Díaz sitiaba la ciudad de México, impidiendo a Vidaurri reforzar las tropas imperiales en Querétaro. Después de 71 días de resistencia, Querétaro cayó en manos de Escobedo, y el 19 de junio fueron fusilados, en el Cerro de las Campanas, Mejía, Miramón y Maximiliano. Juárez entró a la capital el 15 de julio; había triunfado la república.

Conclusiones[editar]

Las Invasión Francesa a México fue un intento de Napoleón III de revivir el Imperio Francés, así como prevenir el crecimiento de los Estados Unidos a través de alguna anexión de territorio mexicano. Fue devastadora para México, ya que solo ayudó a incrementar el periodo de inestabilidad y agitación durante el siglo XIX. Además incremento la deuda externa y una disrupción en la producción agrícola e industrial.

La caída del imperio de Maximiliano es atribuida principalmente a la retirada de las tropas francesas, pero el corte liberal con el que gobernó Maximiliano fue un factor interno que también jugó un papel. Las medidas liberales que expidió Maximiliano como la que instituía la educación primaria laica, gratuita e ineludible, le grangearon el rechazo de los conservadores con los cuales compartía el gobierno, sin ganarle la de los liberales republicanos. Aunado a eso, la retirada de las tropas francesas en un momento anacrónico, cuando los republicanos seguían hostiles, y sin haber llegado a un acuerdo con ellos por donde reconocieran el Imperio, les facilitó la reconquista de los territorios perdidos.

Sin embargo, la invasión francesa y la ulterior instauración de la monarquía Habsburgo se posibilitó más por factores externos que por propios. Los planes de posicionamiento francés en ultramar aprovecharon el hecho de que los Estados Unidos de América se encontraban inmersos en la Guerra de Secesión, lo que garantizaba que éstos no estarían en posición de apoyar a los federalistas mexicanos -en buena medida hermanados a través de las logias masónicas. Sin embargo, en 1867 pasarían dos hechos cruciales para la ocupación francesa: (1) los federalistas de los EEUUAA ganan la guerra de secesión, y están ahora sí en mejor posición para ayudar a Benito Juárez con armas y logística, quien se encontraba en ese entonces con su gobierno paralelo en Ciudad del Paso (hoy Ciudad Juárez); (2) el Imperio Austriaco pierde la guerra de los treinta años frente a Prusia en ese mismo año (1867), por lo que Baviera se anexa a Prusia y con ello se unifica Alemania, lo cual la convierte en latente amenaza para Francia, y que le dificulta a esta última enviar refuerzos a México para sostener a Maximiliano en el trono. A lo anterior se suma una Austria devastada por la pérdida de la guerra Austro-Prusiana, por lo que tampoco Francisco José(emperador de Austria) está en posición para ayudar ni a su propio hermano, Maximiliano I de México.

CONSTITUCIÓN DE 1857 (1855, 1856, 1857)Y LEYES DE REFORMA[editar]

Antecedentes[editar]

A mediados del siglo XIX (recuerda que son los años 1801-1900) existían dos partidos políticos en nuestro país: el conservador y el liberal. Los dos querían mejorar la situación, pero no estaban de acuerdo en la forma de conseguir lo que el país necesitaba.

De 1833 a 1855, Antonio López de Santa Anna participó constantemente en la política. Intervino en muchos golpes militares, luchas internas y tropiezos económicos que vivió México. Lo mismo los liberales que los conservadores, muchas veces lo buscaron para que se hiciera cargo de la presidencia del país.

La última ocasión en que sucedió esto fue en 1853. Con el propósito de acabar con el desorden, los conservadores formaron un gobierno centralista, y para encabezarlo trajeron del destierro a Santa Anna.

El gobierno de éste se convirtió en una dictadura; el presidente suprimió los derechos y las libertades individuales, e impuso su voluntad personal. Vendió a los Estados Unidos el territorio de La Mesilla, cobró impuestos sobre coches, ventanas y perros y, finalmente, hizo que lo llamaran Alteza Serenísima. Con todo eso, el descontento se generalizó.

En 1854 un antiguo insurgente, Juan Alvarez, se levantó contra Santa Anna y proclamó el Plan de Ayutla. Este exigía que Santa Anna dejara el poder y que se convocara un nuevo Congreso para que elaborara una constitución. La revolución de Ayutla, como se llamó a este movimiento, se extendió rápidamente. El dictador salió de México y desapareció del escenario político. Regresaría después de la muerte de Benito Júarez (1872), para morir en su país, en 1876.

Los liberales en el poder[editar]

Con el triunfo de la revolución de Ayutla, llegó al poder una nueva generación de liberales, casi todos civiles. Entre ellos, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Miguel Lerdo de Tejada y Guillermo Prieto. Una junta nombró presidente interino al general Juan Alvarez y después a Ignacio Comonfort. También convocó a un Congreso que trabajaría en una nueva constitución.

El equipo de Comonfort preparó algunas leyes que promovieron cambios importantes.

La Ley Juárez (por Benito Juárez), de 1855, suprimía los privilegios del clero y del ejército, y declaraba a todos los ciudadanos iguales ante la ley.

La Ley Lerdo (por Miguel Lerdo de Tejada), de 1856, obligaba a las corporaciones civiles y eclesiásticas a vender las casas y terrenos que no estuvieran ocupando a quienes los arrendaban, para que esos bienes produjeran mayores riquezas, en beneficio de más personas.

La Ley Iglesias (por José María Iglesias), de 1857, regulaba el cobro de derechos parroquiales.

La Constitución de 1857[editar]

Finalmente el Congreso promulgó la nueva Constitución el 5 de febrero de 1857.

Esta declaraba la libertad de enseñanza, de imprenta, de industria, de comercio, de trabajo y de asociación. Volvía a organizar al país como una república federal. Entre otras cosas, incluía un capítulo dedicado a las garantías individuales, y un procedimiento judicial para proteger esos derechos conocido como amparo. También apoyaba la autonomía de los municipios, en que se dividen los estados desde un punto de vista político.

El presidente Comonfort temía que las ideas liberales de la Constitución provocaran un conflicto social y decidió no aplicarla. Los conservadores, dirigidos por Félix María Zuloaga, se rebelaron contra la Constitución. Comonfort intentó negociar con los sublevados pero fracasó, dejó la presidencia y finalmente abandonó el país.



Fuente: SEP, Historia Sexto grado, México, 1999, págs. 42 - 44.



Las Leyes de Reforma[editar]

De acuerdo con la Constitución, al faltar el Presidente de la República, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que era Benito Juárez, asumió la presidencia del país. Pero, los conservadores no acataron el mandato constitucional y por su cuenta nombraron como presidente a Zuloaga y se apoderaron de la capital. Esto provocó que hubiera dos presidentes, y que estallara la Guerra de Tres Años (1858-1861), o Guerra de Reforma, entre liberales y conservadores.

Al principio las victorias fueron de los conservadores. Juárez tuvo que trasladar su gobierno a Guanajuato y a Guadalajara. En esta ciudad estuvo a punto de morir. Juárez salió del país por Manzanillo, pasó por Panamá para ir a La Habana y Nueva Orleáns, regresó por Veracruz y allí instaló su gobierno y promulgó las Leyes de Reforma. Su propósito esencial fue separar la Iglesia y el Estado. En adelante, la Iglesia no debería tomar parte en los asuntos del Estado. A esto se le llamó el Movimiento de Reforma.

ETAPAS DEL MOVIMIENTO DE REFORMA[editar]

En el Movimiento de Reforma debemos distinguir principalmente cuatro etapas:

1) Como antecedente, la reforma de Valentín Gómez Farías, de1833. 2) La segunda reforma, que consta de las leyes Lerdo, Juárez e Iglesias. 3) La Constitución de 1857, en que triunfaron los liberales moderados. 4) Las Leyes de Reforma o de guerra de contenido radical.

Estas últimas comprenden las siguientes leyes:

  • Nacionalización de Bienes Eclesiásticos (1859)
  • Matrimonio Civil (1859)
  • Registro civil (1859)
  • Secularización de Cementerios (1859)
  • Días Festivos (1859)
  • Libertad de cultos (1860)
  • Hospitales y Beneficencia (1861)
  • Extinción de Comunidades Religiosas (1863)


En enero de 1861, después de que Jesús González Ortega derrotó en Calpulalpan al ejército conservador de Miguel Miramón, el presidente Juárez retornó victorioso a la ciudad de México.


Fuente: SEP, Historia Sexto grado, México, 1999, pág. 46.

Benito Juárez[editar]

(1806-1872)

Nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca, en 1806. De extracción indígena, habló solamente zapoteco durante gran parte de su niñez. En la ciudad de Oaxaca vivió con su hermana Josefa, quien servía en la casa de don Antonio Maza. Estudió en el Seminario de Santa Cruz, único plantel de secundaria que existía en Oaxaca.

Posteriormente, Juárez estudió Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes. Fue regidor del Ayuntamiento de Oaxaca en 1831 y diputado local en 1833. Durante algún tiempo vivió de su profesión defendiendo comunidades indígenas. Al ser derrocado de la presidencia el general Paredes Arrillaga, Juárez resultó electo diputado federal, y le correspondió aprobar el préstamo que Gómez Farías había solicitado a la Iglesia (1847) para financiar la guerra contra Estados Unidos de América.

Como gobernador de su estado natal (1847) procuró el equilibrio económico y ejecutó obras públicas: caminos, reconstrucción del Palacio de Gobierno, fundación de escuelas Normales; levantamiento de una carta geográfica y del plano de la ciudad de Oaxaca; reorganizó la Guardia Nacional y dejó excedentes en el tesoro.

Al volver Santa Anna al poder, muchos liberales, entre ellos Juárez, fueron desterrados. Juárez fue a Nueva Orleans, donde, sin descuidar su actividad política, desempeñó diversos oficios para ganarse la vida. Mientras tanto en México se proclamó el Plan de Ayutla que desconocía a Santa Anna como presidente.

Al caer Santa Anna y llegar Juan Alvarez a la presidencia, nombró a Juárez Ministro de Justicia e Instrucción Pública (1855). Desde este ministerio, expidió La Ley sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios (Ley Juárez), con la que fueron abolidos los fueros, privilegios que tenían los militares y el clero por encima de otras personas. Nombrado gobernador de Oaxaca, convocó a elecciones; como resultado de ellas, fue reelecto.

Promulgó en su estado la Constitución de 1857. Se le nombró ministro de Gobernación (1857) y posteriormente fue elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia, durante el gobierno del presidente Comonfort. Al desconocer Comonfort la Constitución de 1857, y dar un golpe de Estado, encarceló a diversos ciudadanos, entre ellos Juárez. Este acto de Comonfort desencadenó la Guerra de Reforma.

Al ser liberado (11 de enero de 1858) asumió la presidencia en Guanajuato por ministerio de ley. En julio de 1859, con apoyo del grupo liberal, expidió las Leyes de Reforma, que declaraban la independencia del Estado respecto de la Iglesia, la ley sobre matrimonio civil y sobre registro civil; la de panteones y cementerios, y el paso de los bienes de la Iglesia a la nación.

Al concluir la Guerra de Reforma con el triunfo de los liberales, fue electo consitucionalmente para continuar en la Presidencia (15 de junio de 1861). Debido a la intervención francesa, en mayo de 1863 tuvo que dejar la ciudad de México, ejerciendo su gobierno desde diferentes puntos del país. Regresó a la ciudad de México el 15 de julio de 1867, después de que Maximiliano fue juzgado y fusilado.

Por su defensa de las libertades humanas, defensa que sirvió de ejemplo a otros países latinoamericanos, fue proclamado "Benemérito de las Américas".

Al triunfo de la República, dijo en un célebre discurso: "Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".

"Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo".

En octubre de 1867 fue reelecto presidente de la República; se dedicó a organizar la situación económica del país, redujo el ejército, organizó una reforma educativa, ordenó sofocar los alzamientos militares y enfrentó la división de los liberales. Se mostró respetuoso ante la organización de los obreros y artesanos.

En 1871 fue reelecto por última vez como presidente. Murió el 18 de julio de 1872.


Fuente: Instituto Nacional de Solidaridad, Microbiografías, Personajes en la historia de México.

EL IMPERIO DE MAXIMILIANO[editar]

La victoria de los liberales fue difícil. Los conservadores no se resignaron a la derrota y emprendieron una guerra de guerrillas. Los problemas económicos del país eran tan grandes que en 1862 Juárez se vio obligado a decretar que durante dos años México dejaría de pagar las deudas que tenía con España, Francia e Inglaterra.

Una parte de la deuda se debía a préstamos solicitados desde tiempo atrás por los diversos gobiernos de México. Lo mismo liberales que conservadores. Otra parte era por reclamaciones de extranjeros residentes en México cuyas propiedades habían sufrido daños durante las revoluciones. Francia, España e Inglaterra enviaron sus flotas de guerra a ocupar veracruz, para exigir el pago.

En ese tiempo veracruz era un lugar malsano, donde abundaban las enfermedades. Por ello, el gobierno de Juárez permitió que los soldados extranjeros se instalaran en Córdoba, Orizaba y Tehuacán mientras se discutía el problema, con el compromiso de retirarse en cuanto se llegara a un acuerdo. Los ingleses y los españoles vieron que Juárez garantizaba que México pagaría tan pronto como fuera posible, y se marcharon.

En cambio los franceses no cumplieron con lo pactado. El emperador Napoleón III quería formar un gran imperio que se extendiera por América. Así que aprovecharon la ventaja de hallarse en Orizaba, y avanzaron hacia la ciudad de México con un ejército numeroso y bien disciplinado, al que se sumaron las tropas conservadoras que quedaban. Aquellos conservadores que habían creído siempre que México debía ser una monarquía, veían en esta intervención la oportunidad de derrotar a los liberales y suprimir la república.

El 5 de mayo de 1862 el general francés Conde de Lorencez atacó la ciudad de Puebla, que defendía el general Ignacio Zaragoza. Puebla estaba protegida por los fuertes de Loreto y Guadalupe. Los franceses atacaron con fuerza, pero tres veces los mexicanos resistieron el ataque y finalmente vencieron a los invasores.

Sin embargo, siguieron llegando a veracruz tropas francesas, hasta completar treinta mil hombres. En marzo del año siguiente, el Ejército francés, más numeroso y mejor entrenado y equipado que el mexicano, volvió a atacar Puebla. Las tropas mexicanas estaban ahora dirigidas por Jesús González Ortega, pues Zaragoza había muerto.

Los franceses entraron a Puebla el 19 de mayo, en medio de la alegría de los conservadores. En junio tomaron la ciudad de México, mientras el presidente Juárez se retiraba, con el gobierno legítimo, a San Luis Potosí.

Juárez luchó por la soberanía nacional, por sostener el gobierno electo de acuerdo con las leyes mexicanas. Sin dinero y con pocas armas, viajando de un lugar a otro hasta instalarse en Paso del Norte (hoy ciudad Juárez) el gobierno de Juárez mantuvo un larga lucha contra la intervención extranjera. Desde donde se encontrara, Juárez iba dirigiendo los movimientos de los ejércitos nacionales, que comandaban Mariano Escobedo, Ramón Corona y Porfirio Díaz, y que mantuvieron una resistencia heroica y tenaz.


El Imperio de Maximiliano (sucesos)[editar]

Los conservadores mexicanos consiguieron que el emperador de Francia, Napoleón III, que quería formar un gran imperio y frenar el crecimiento de los Estados Unidos de América, se interesara en imponer como gobernante de México a un príncipe europeo.

El escogido fue el archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo, quien creyó a los conservadores, que lo convencieron de que sería bien recibido, y aceptó la corona. Llegó a México en 1864, con su esposa, la princesa belga Carlota Amalia; su gobierno duraría tres años. Era un hombre culto, de ideas liberales. Esto le hizo perder la simpatía de la Iglesia católica y algunos apoyos entre los conservadores.

La mayoría de los mexicanos defendieron la soberanía de su país y respaldaron a Juárez que representaba el gobierno nacional. Presionado por los Estados Unidos de América, Napoleón III retiró de México sus tropas gracias a las cuales Maximiliano se había sostenido; para los liberales fue entonces más fácil derrotar a los invasores. Porfirio Díaz tomó Puebla. Ramón Corona y Mariano Escobedo sitiaron a Maximiliano en Querétaro. El emperador se rindió y en junio de 1867 fue fusilado junto con sus generales mexicanos, Tomás Mejía y Miguel Miramón. Desde entonces, nadie ha vuelto a proponer un gobierno monárquico para México.

La Consolidación del Estado Mexicano[editar]

El 15 de julio de 1867, la capital de México se vistió de fiesta para recibir a Juárez, que retornaba victorioso. Con su triunfo se consolidaba la república, que había sido amenazada y atacada por el imperio de Maximiliano y que la tenacidad del presidente constitucional y de sus colaboradores más cercanos, así como la resistencia del pueblo, habían logrado sostener.

A los diez años siguientes, época en que se afianzó el gobierno republicano, se les llama a veces la República Restaurada aunque, en realidad, la firmeza ejemplar del gobierno de Juárez logró que la república no desapareciera nunca.

Con el triunfo de Juárez y gracias al respeto que su gobierno tuvo por la Constitución y por las Leyes de Reforma, se consolidó el Estado mexicano. Disminuyó el desorden político, y México comenzó a ser una república vigilante de sus leyes.

En esa época se promulgaron leyes que fortalecieron la educación pública, y hubo más escuelas gratuitas que el gobierno sostenía para los niños. En 1873, además, se inauguró la primera línea de ferrocarril, de la ciudad de México a veracruz.


Fuente: SEP, Historia Sexto grado, México, 1999, págs. 46 - 49 y 54.

INDICE GENERAL, HISTORIA DE MEXICO[editar]